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Hemos estado hoy sábado y aunque estaba a reventar de gente, nos han atendido muy bien y rápido. Los montaditos están exquisitos, al igual que la mojama casera minera y los chicharrones fritos. El queso al romero debería probarlo todo el mundo, está espectacular. Volveremos seguro!
Ubicación estupenda y las tapas ricas. No sé si el camarero joven que atendía fuera estaba teniendo un mal día o es así de prepotente con los clientes por naturaleza. Descontento por el trato recibido, una pena.
Ambiente de gala, lleno hasta la bandera. Empleados y gente del barrio simpaticos, y agradables! La comida ya es otra cosa, la tortilla parecia de plastico y sin sabor. El vermut peleon.
Una vergüenza nos hacen reservar la mesa a la hora que ellos quieren y encima nos hacen esperar más de una hora porque le dan nuestra mesa a unos familiares de los dueños del bar nos han hecho irnos porque ya cerraba la cocina y no nos han dejado cenar. ¡¡No aconsejable!
Me encanta este sitio es de los pocos auténticos para gente del barrio que quieran estar agusto, sobre todo con el encantador perrito blanco, es una lastima que admitan a personas que no saben apreciarlo.
Increíble experiencia la que se puede apreciar en este auténtico rincón sevillano. Un hogar para todos los que quieran conocer la idiosincrasia de la ciudad.
Estuve el Sábado pasado con 3 amig@s más, y podemos decir que tapeamos de 10! El mejor chicharrón de Cádiz está aquí, el queso un espectáculo y las cervezas bien fresquitas. El camarero fue súper rápido y simpático.
Buen sitio para tomarte un tapeo, cerveza bien tirada y buen ambiente, es pequeñita y como tardes en ir no cabe un alfiler.eso es lo malo el ajetreo, pero para tomar unas cervezas y unos montaditos esta muy bien.
Dimos con el lugar de casualidad y fue todo un acierto. Tanto, que repetimos. La pringá de 10 y la tortilla con salsa de whisky espectacular. Tabernilla de toda la vida
Fuimos por recomendación y fue una grata sorpresa. Bodega de toda la vida. Ambientazo. No cabía ni un alfiler. Poco a poco nos hicimos hueco y la espera mereció la pena. Probamos los chicharrones fritos (muy ricos) y la tortilla al whisky. No nos quedamos a probar más cosas porque había una espera de 40 minutos para una mesa en la terraza. Así que es recomendable ir temprano. Lo genial es el ambiente. Rodeado de un ambiente que te hace sentir que los años no han pasado. Parece que te trasladas de época. El personal muy amable. Y la confianza de que no se paga hasta que te vas. Eso sí! Todo apuntadito con tiza en la barra. De verdad es curioso de ver. Experiencia para repetir y probar más de sus tapas.
Cualquier cosa que pidas está riquísima. Típica bodega sevilla que no puedes dejar de visitar. Y el personal es amable. Hemos repetido y lo seguiremos haciendo.
EL PEOR SITIO PARA COMER DE TODA SEVILLA. Ni te lo pienses parar aquí ni para pedir agua. Servicio nefasto, incluso se permitieron mofarse de clientes que se acababan de ir. La comida: para que los metan en la cárcel.
Fantastica bodega tipica en Sevilla donde tomar montaditos buenisimos como el de pringá y un salmorejo con melva que quita el sentio. Un camarero David majisimo, atento, profesional y simpatico que te hace unas fotos buenisimas con una sonrisa. Super recomendado.
Sitio de toda la vida, donde te hacen sentir como en casa. Donde como antiguamente, la comanda sigue escribiéndose a tiza en la barra. Diego super profesional, y divertido. Y que voy a decir de los caracoles. Los mejores de Sevilla; o al menos para mí.
Para mi la temporada de caracoles en Sevilla empieza en la Mina, me declaro minero convencido de unos caracoles diferentes pero como siempre, difícil de explicar, mejor recomiendo ir a probarlos…
No conozco un lugar con más solera, con más agrado por quienes te atienden ni con más calidad en las tapas típicas de bodega sevillana, que este rinconcito en la cuesta del Rosario. Los caracoles, por desgracia solo en temporada, son los mas ricos, con mucha diferencia, de los que puedas encontrar en bares del casco antiguo. Todo un lujo poder disfrutar de todo esto en los veladores de su terraza.
Estuvimos tomando algo y la verdad que bien muy buena atención y muy agusto. En la Cuesta del Rosario siempre se está bien muy buen ambiente "de sevillanas maneras".
Sintiendo mucho esta calificación y a espera de que podamos volver a darle 5. Los motivos, son entre otros, limpieza, comportamiento de algunos trabajadores (comiendo por medio de los clientes, tirando basura al suelo, etc) y momento de cobro. Cobran por encima de lo consumido. (Aún demostrando lo consumido, cobran lo que les da la gana, y sin tener argumentos ni forma de demostrarlo te levantan la voz ante toda la clientela) Siendo esta la segunda vez de lo ocurrido. Y digo segunda por dar oportunidad a un lugar tan emblemático y característico de Sevilla el cual fue tan mimado por su propietario hasta el momento de su fatídico accidente. Espero se de cuenta quien regenta el local en este momento, antes de que sea tarde. Pues la buena fama no se crea en 2 días como si lo hizo su propietario.
Sitio ideal para tomar un vermut o ir de cañas. Decoración genial y trato muy agradable. Imprescindible visitarlo. Eso sí, siempre está a tope, como cualquier sitio que pueda presumir de hacer las cosas como se deben de hacer: bien y con cariño
Bodeguita para tomar cervezas heladas y picotear algo. Los montaditos son su especialidad. El del pringá es exquisito y cuando es tiempo de caracoles hay que pedirlos. Los caracoles están buenísimos, con una salsa ligera que la gente se pide en caso y se la bebé. Ahora atienden en mesa, los camareros son amables y súper efectivos. No es un sitio para comer grandes platos. Es el lugar idóneo para el tapeo y observar la plaza, un enclave idóneo del centro. En Semana Santa se pone hasta la bandera. Es de mis bodeguitas favoritas.