Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
No hay un bar en Palma del Río con el que se trate con tanta amabilidad. En Antonio y Pepe encuentras verdaderos amigos que recomiendan sus ricos platos. Si os gusta la cuchara, los mejores potajes, sopas y platos de cuchara de todo Palma del Río los encontraréis en este lugar. Quedamos encantados cada vez que comemos y el trato es exquisito. Sus platos son tradicionales y hechos con esa mano de abuela que quita el sentido. Vuelvo siempre y doy siempre un 10 a esta casa que lleva tanto tiempo haciendo feliz a la gente.
No puedo decir nada más! Todo perfecto. Calidad precio, limpieza, buena atención al público. Si vienes a Palma del Río, bar obligado para degustar comida tradicional y de calidad.
La experiencia ha sido muy muy satisfactoria, hemos llegado muy tarde y nos han atendido muy bien, nos han dado de comer sobre todo para mi niña que eso es lo que verdaderamente me ha gustado. No dudaré en ir y muchas gracias por habernos tratado tan bien hoy.
Un lugar muy recomendable para ir Buena comida, de gran calidad y mucha variedad. Buen ambiente. El trato por parte del personal que atiende muy agradable sin dejar de ser profesional. Muy buena relación calidad precio. Platos exquisitos, no sabría cual recomendar. Seguro que volvemos.
Estupendo sitio para tomarte: un te especial, café rico, chocolate riquísimo.comerte un rico menú o a la carta, exquisitos platos y presentación. Os lo recomiendo
Un sitio bastante familiar, platos aceptables, bien de precio y muy limpio. El camarero fue muy amable y servicial con nosotros, todo correcto. Algo complicado aparcar por la zona, por lo demás todo bien.
Un desayuno como en casa, y los menús de medio dia, parece que fue tu madre que te puso de comer, jejje.sin duda la mejor comida casera en compañía de amigos.
La comida estaba bien, nada del otro mundo pero bien. Relación calidad precio regular. Pero el camarero que nos atendió parecía haber salido de un fumadero, ojos rojísimos y mal aspecto.
Restaurante familiar. Apto tanto para desayunos como comidas. El trato es inmejorable y la cocina es ideal para degustar la gastronomía autóctona. Hay una amplia terraza a una avenida y un reservado interior con mesas. Se aparca fácil por la zona.
Para ser un pequeño bar restaurante de pueblo la calidad es muy alta. Buena materia prima sin excesivos adornos ni elaboración. Y la simpatía de los hermanos arrolladora
Este fin de semana estuvimos allí y como siempre el trato perfecto y cordial. Los caracoles y la comida genial! Pero lo más de lo más esa tarta de fresas con chocolate blanco. EXQUISITA. PARA repetir