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Casi 4 euros por un pitufo minúsculo de catalana, con apenas visible el jamón y dos cacho de tomate más grandes que el propio pan, por no hablar que ni le quitaron lo verde de la raíz del tomate, la primera y la última como quien dice, por seguir un colacao casi a 2 euros también, precios altísimos para tan baja calidad.
A lot to improve. Pan en lugar de ser tostado nos lo han dado quemado. Lo peor ha sido encontrar 2 pelos en la comida. Un pelo rubio en los frijoles del English breakfast, y uno negro en el zumo de naranja. Como si esto no fuera suficiente, cuando se le ha informado a la cajera solo ha respondido: “yo no estaba, estaba en el baño. Nunca nadie nos había dicho nada. ” Es decir, ni siquiera ofrecieron una disculpa por servicio a cliente. Cuando se le informó a la cocinera nos hemos dado cuenta que no usa gorro ni ningún tipo de protección para la preparación y manejo de alimentos, súper antihigiénico. Lamentable, no volveremos.
Muy caro para lo que ofrecen, un campero de tamaño reloj con jamón y queso y un mini trozo de pollo dentro 8,50€ no volvería a repetir y atendimiento un poco desagradable con tono de enfado.
El local está en el estacionamiento del centro comercial La Trocha, todo el ambiente es tipo terraza. Los menús en su gran mayoría son ingleses. La atención de la chicas es amable aunque un poco lento el servicio. El local está limpio y ordenado. Los precios están bien según lo que ofrecen.
Es un lugar que desde el primer dia que fui me encantó, es como un kioskito de madera donde te saben atender, tiebe su terracita con sus toldos para evitar el frío o calor, está a pie del C. C. La Trocha en Coín, y es ideal para desayunos meriendas o picotear, me encanta!
Excelente comida y servicio con una sonrisa, a un precio razonable, siempre ocupado, vale la pena esperar y visitar, especialmente el día del mercado dominical del Rastro.