Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Posiblemente el mejor chiringuito de toda Matalascañas con el personal de servicio más agradable, simpático y amable y unas vistas y un ambiente insuperables!
Un verdadero desastre. Estuvimos 45 minutos esperando que nos atendieran. A los 30 minutos de llegar nos sirven las cervezas. 15 minutos después nos levantamos, pagamos y nos fuimos a otro lugar que nos atendieran mejor. No estaba lleno, había al menos un tercio de las mesas vacías.
El lugar es magnífico, el chiringo moderno y con mucha luz pero lo de la comida sí es de otro mundo, pescado de calidad de la zona hecho con gusto, ojo con el lomo de bacalao! A repetir
Lugar legendario, en un entorno único. Con pocas perspectivas de sobrevivir. De referente como recuperación de un paraíso vacacional obsoleto en Torre la higuera. Debido a un ayuntamiento que optó por el abandono y ostracismo. En esta última década de remonte económico del turismo de la zona, el chiringuito beach bar Ambos Mundos, era un sitio clave para disfrutar y gozar de la naturaleza. Muy a mi pesar, debo denunciar el abandono por parte del equipo, camareros lentos, desgastados y pasotistas. Lo último, críos consumiendo drogas en una de las terrazas, al amparo de uno de los camareros. Me sumo a los cientos de clientes que se han quejado. Recuperemos por favor este emblemático lugar, donde antaño disfrutaba de atardeceres inolvidables.
Concretamente el Cóctel de piñacolada, es de esos, que cuando vas a un hotel, no vuelves a pedir. No digo que no esté bien el sitio en sí, pero el Cóctel, de verdad, malisimo, lo tomamos a disgusto.
Nos dejaron entrar con nuestro perro sin poner ningún inconveniente. Nos dieron un cuenco con agua para él. Muy rápidos atendiendo, muy buen precio y encima agradables. ¿ Qué más se puede pedir? Unas vistas al mar y una puesta de sol impresionante. Os lo recomiendo!
El camarero no te suele ver si te sientas en la terraza y si es de noche, tienes que levantarte para pagar o pedir porque no sale a la terraza a preguntar si necesitan algo o al menos mirar por si necesitas algo.
Ya me habían al vertido, pero hemos querido probar, y después de 20min nos hemos tenido que ir sin desayunar… creo que les falta un poco de profesionalidad por conocimientos. Son jóvenes y falta experiencia. Una pena ya que el sitio y las vistas son muy buenas. En fin…
Tras la marcha de Paco, el anterior encargado, la atención recibida no es lo mismo. Lo bueno, que la cocina sigue siendo una delicia y recomiendo preguntar por el pescado del día.
He vuelto después de muchos años y siguen igual. Nos fuimos 35 min después de ser atendidos y no servidos. Cuándo les dijimos que nos íbamos, les dio absolutamente lo mismo.
Reseña de 2017: El servicio de desayuno es nefasto. El típico sitio q se aprovecha de su ubicación inmejorable para descuidar totalmente a su cliente. Una pena.
Bonito sitio para tomarte alguna copa frente a la playa. Pero no para comer. La calidad del servicio y los precios ya es otro tema. Menú gourmet 19.50€ y no incluye la bebida. Primer plato con 4 croquetas y segundo plato con un entrecot muy normalito. Cualquiera se sirve un plato en casa con más ganas de lo que lo hacen allí. Ahora recuerdo porque no iba a comer allí desde hace años.
Un auténtico desastre, descoordinación total, muchísimo tiempo de espera aún estando casi vacío, traen los cafés y a la media hora las tostadas, y aún así falta un ingrediente que ni traen…. Y una clavada en toda regla! Nada aconsejable desde luego
No vamos a criticar todo lo malo simplemente lo que comimos y bebimos estaba todo bien pero se nota la juventud del personal a el cual debería de estar más cualificado para que la caja crezca nos pudimos una cerveza y un caipiriña y nos tardo más de 40 minutos aún estando el restaurante casi vacío lo único bueno del personal es el más mayorcito que estuvo bien y a la altura de este tipo de negocios aunque un poco serio pero buen profesional le doy 2 estrellas espero poder darle un 5 el próximo día porque me gustaría volver después de todo puesto que la calidad es buena
Tardan muchísimo en atender, independientemente que vayas a desayunar o a almorzar. Platos escasos y caros. Personal escaso y encima sin experiencia, algunos intentan hacer lo mejor pero no dan para más. La comida es buena y sabrosa un ole para la cocinera, pero no compensa todo el mal servicio, tardanza, precios, etc. No lo recomiendo.
Un sitio muy agradable para visitar en Matalascañas, una vista a la playa espectacular, el desayuno está delicioso, sugiero se mejore un poco el servicio de los camareros, algo despistados
Lugar espectacular para tomar café, variedad de cerveza y la atención de los camareros muy buena. Sólo pondría un pero. El café es malisimo, yo personalmente tengo que pedir un cola cao porque no me gusta el café. Los desayunos lo veo también un poco caro, pero estas también pagando el sitio donde desayunas, unas vistas expectacular.
Buenas Vistas, todo muy bonito pero la COCINA un desastre, las puntillitas hechas con aceite del principio del verano y la merluza se notaba que muy fresca no estaba.si el producto fuera bueno estaría bien de precio
Preciosas vistas, buena ubicación, caro para la calidad que ofrece. El pescado frito no estaba mal y los postres caseros pasables y caros, revuelto de setas solo champiñones de lata. El servicio muy malo, costaba que te atendieran. Una pena porque el lugar donde está situado es privilegiado.
Ubicación perfecta, lugar perfecto para unas buenas copas, o tomarte un café. Mejorable el personal, y la atención del mismo. Pero como se puede mejorar todo en esta vida, 5 estrellas porque solo el lugar merece la pena visitarlo.
Una experiencia única. No se puede conocer Roma si visitar los.museos Vaticanos. La sala de los mapas, los tesoros vaticanos y especialmente LA Capilla Sixtina. Una.maravilla del mundo moderno.
El mojito no está mal. La cerveza está fresquita, pero no helada. El trato regular. El local está chulo. Puedes tomarte algo, pero no es un gran sitio.
Esta situado más o menos en el centro de la playa de Matalascañas y se puede llegar en coche. Sólo hemos ido primera hora de la noche, y a esas horas es un local muy tranquilo para tomar una copa y charlar. Se puede hacer dentro y fuera, y si fumas, no tendrás problema. El local esta limpio y cuidado; el personal es amable y simpático.
Precioso lugar mejor ubicación. Pero muy sucio todo, mesas, sillas, suelo llama la atención pues si eso es lo que se ve a simple vista no quiero imaginarme la cocina. Lastima pues me encanta el chiringuito pero es cuestión ya de salud.
Chiringuito a pie de playa, tanto a nivel del paseo cómo de playa, habiendo en éste último tumbonas con lonas mesas y sillas. Muy buen sitio para desconectar. Cómo nota informativa para madrileños, disponen de Bravas, las tapas de orejas en Matalascañas no la he encontrado.
Buena terraza para ver la puesta de sol, tienen variedad de cervezas y cócteles. En cuanto a la comida, el precio es bastante elavado en relación calidad-precio. Hay bastantes camareros pero no son muy eficientes, en ocasiones llega la comida antes que la bebida, es muy caótico. Por último, comentar que el chiringuito en sí no tiene baños, hay que pagar 30 céntimos por utilizar uno cercano, algo impensable en cualquier lugar de comidas.
Tiene buenas vistas y está bien situado, decoración bastante moderna. Hasta ahí bien. Nos atiende un chico bastante seco, menu de 13€, que no incluye bebida, y muy escueto para ese precio. Los primeros bien, ensalada mixta y completa y salmonetes frescos. Llega el segundo, san jacobo casero, y Oh sorpresa! Muy pequeño y con jamon de york, ni siquiera jamón serrano. Esperábamos algo más por ese precio. Pocos postres.
El precio es elevado en comparación con la calidad. Las raciones o medias raciones son muy escasas. El precio que nos cobraron por las gambas no sé correspondía en absoluto. Consideramos un robo la cuenta.
Aunque me hubiese encantado la comida, que no ha sido tampoco así (comida normal que puedes encontrar en cualquier chiringuito) no volvería. La simpatía y educación de la mayoría de los camareros brilla por su ausencia.
Estuvimos en la parte de las camas en la playa y te traen cojin y todo, están a 10€ por cama pero luego con esos 10€ tienes para gastartelo en consumiciones y aun así no se exceden con el precio de las consumiciones, te sirven ellos como si fuera un bar y te traen todo a la cama. Estas muy cómodas y asequibles por el precio, a veces gastarte un poco más sale más económico, en este precio te incluyen el acceso a los aseos (los de 30 cent.) de forma gratuita. Muy recomendable, una atención excelente
Decidimos ir a este lugar ya que respecto a la estética llamaba la atención. Cuando vimos la carta nos sorprendió la poca variedad de comida de mar que tenía siendo un lugar de playa, y ni hablar del precio (bastante excesivo). Por lo que pedimos de beber y unas patatas bravas que al probarlas, sentimos que fue realmente decepcionante, ya que estaban refritas y con salsa de bote, nada casero. Nos fuimos del lugar porque no merecía para nada la pena, pagas el establecimiento, calidad comida-precio horripilante. Nada recomendable. No pienso volver.
Caro muy caro y completamente fuera de la arquitectura o linea que tienen el resto de chiringuitos vamos para mi una catetada fuera de lo rustico que necesita esta playa. A y por supuesto carisimo y me recuerda a un negocio franquicia mas que un chiringito familiar.