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Una iglesia pequeña y preciosa, llena de capillas con imágenes que te tocan el corazón y obras de arte impresionantes. Hacia tiempo que una iglesia no me emocionaba tanto. Digna de verse.
Una iglesia muy bonita y si te gusta este tipo de edificios, imprescindible visitarla. Lo que más me llamó la atención fue la sala situada entrando a la izquierda, con un techo con el que te quedas embobado/a; y La Virgen María embarazada, donde los padres y madres dejan sus chupetes y zapatitos de sus bebés.
Una iglesia preciosa. La pequeña sala que encontrarás justo a la izquierda cuando entras tiene una decoración en el techo de las que te hacen quedarte mirando un rato hacia arriba
Se funda en el año 1531 bajo el patronato del IV Conde de Ureña, don Juan Tellez Girón, realizándose su construcción a lo largo del siglo XVI, si bien durante los siglos siguientes, XVII y XVIII se produjeron en ella diferentes reformas.
El proceso se inicia en el citado año de 1531, cuando el Conde hace donación de la vieja ermita de San Sebastián y el hospital anejo a los monjes de la Orden de Predicadores para que pudieran fundar su convento.
La iglesia se organiza estructuralmente según una sola nave, que se cubre con una bóveda de cañón, que a su vez sustituye a un anterior artesonado mudéjar, hoy desaparecido.
Cuenta con un presbiterio que se alza ligeramente por encima de la nave y que aparece cubierto por una bóveda de crucería. A ambos lados de esta capilla mayor se abren sendas capillas laterales, cubiertas a su vez por cúpulas apoyadas sobre pechinas.
De su interior destaca el retablo mayor, contratado por Diego de Velasco y Jerónimo Hernández en el año 1582. Está compuesto por: banco, dos cuerpos de cinco calles reparadas por columnas corintias y ático, y aparece presidido por una imagen que representa a Santo Domingo penitente.
También son de gran interés los dos retablos con tablas de Antonio de Alfián, contratados en el año 1564. De ellos, el de la Virgen de Belén contiene notables trabajos escultóricos realizados por Lorenzo Meléndez.
Otro elemento a destacar es el coro, que conserva una sillería con 27 asientos que presentan sus respaldos decorados con relieves alusivos a santos dominicos; una obra que está fechada en el siglo XVII.
De la centuria siguiente, siglo XVIII, es el órgano de esta iglesia.
Exteriormente destaca la altura de sus paramentos de piedra bellamente decorados con elementos renacentistas, como por ejemplo en la composición de sus elegantes ventanales de clara inspiración clasicista. Asimismo hay que citar su espadaña, muy esbelta, que sobre un delgado muro lateral levanta su campanario de un solo cuerpo y dos vanos, coronado por un pequeño ático y decorado con bandas de cerámica.