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Yo fui operado por el padre en la seguridad social hace 3 años y a partir de ahí comenzó mi calvario. El señor padre Gimenez Almenara no escucha, va siempre muy prepotente. Desde que me operó sufro restricción palpebral en un ojo y tengo ansiedad por lo que me origina. Me operé por una pequeña molestia y desde entonces sufro constantes molestias por la enorme cicatriz que me generó en un ojo.
No sé cómo tratará a sus pacientes en la clínica privada, pero en la sanidad pública, el doctor Gimenez Almenara, padre, trata a sus pacientes con desprecio, no les escucha, apenas los mira, y no se preocupa por solucionar sus problemas. Yo padezco de glaucoma y él ha puesto en riesgo mi tensión ocular por no pararse a escucharme. Ir a su consulta resulta siempre infructuoso, y un trago desagradable. Muy mal, somos enfermos!