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He estado en consulta con la Doctora Fernández Alba y el trato ha sido muy cercano, me preguntaba y me escuchaba, una persona agradable y educada, sus explicaciones entendibles, te aconseja sobre que tratamiento será el mejor, la exploración cuidadosa, y he salido de la consulta pensando que en breve obtendré recuperación de mi dolencia. Es lo principal que cualquier persona que llega dolorida y desconcertada a una consulta, el médico que la recibe le haga sentir bien, le escuche, le atienda, le resuelva dudas, y le aconseje el mejor tratamiento. Una doctora profesional y entregada a su trabajo y a sus pacientes. Yo salí satisfecha y supongo que nos volveremos a ver más veces. Muchas gracias Doctora.
Acabo de salir de la consulta y estoy encantada, me dieron la cita rápidamente y me ha dedicado tiempo tanto a mi dolencia como a ayudarme a entender y a aprender a convivir con ella, no puedo dejar de recomendarla sin lugar a dudas
Excelente profesional, que dispensa un trato muy humano y cercano, y con un ojo clínico digno de admiración. Me atendió de unos achaques de cosquilleos y pérdida de sensibilidad en las manos que tuve, dio rápida y acertadamente con el diagnóstico, resolviéndome en pocos días la falta de sensibilidad, y mostrándome que debía hacer para que no volver a sufrir esos ataques. Altamente recomendable.
La doctora Fernández Alba me está tratando la artritis reumatoide y estoy muy contenta con la mejoría, es muy paciente y cercana, lo explica todo de manera sencilla y sabe escuchar sin juzgar, estoy muy contenta y la recomiendo.
Excelente doctora y profesional. Trasmite una confianza total y no escatima a la hora de investigar posibilidades. La recomiendo totalmente, lleve a un familiar a su consulta, y el diagnóstico y tratamiento han supuesto una mejoría impresionante. Muy agradecida por el trato exquisito.
Obviamente, ya que compartimos apellido, es mi sobrina. Pero no por ello voy a dejar de decir públicamente que desde que trata mi atrosis en las manos, puedo jugar al golf sin molestia alguna. Gracias, María!