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Magnifica pescadería de barrio de "las de toda la vida", con su foto reglamentaria del Gran Poder, sus pescaderas serviciales y conocedoras del nombre de gran parte de la clientela y buen género, tanto fresco como congelado. Recomiendo el adobo que venden para enharinar y freir. La relación calidad / precio es bastante correcta, aunque suelen tener exquisiteces (atún, pez espada, marisco,) que exigen un pequeño esfuerzo económico.
Deje de ir porque tenían empatía cero, no me gustaba como trataban y hablaban a los clientes. El otro día fui por si la cosa había cambiado, pero no! Siguen fatal con el trato a las personas. El género es normal y precio altito para la calidad que tienen.
No me gustó como me prepararon el pescado. Me preparó una lubina y le dejó todas las aletas. Además estaba liada con un tema personal y no me hizo ningún caso, solo comentaba con la compañera. Pensaba comprar más cosas pero ante el plan lo dejé. Volveré a ver si era solo un mal día. El género bien.