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El trato no ha sido el correcto. Concertamos hace unos días una visita con la comercial (o propietaria) de la hacienda y cuando ya íbamos de camino nos dijo que ella no estaría y que nos la enseñaría su hija. Hasta ahí, sin problema; la sorpresa llega cuando descubrimos que su hija es una menor que no llegará a los 15 años. Un niña fue la encargada de recibirnos y enseñarnos la hacienda sin que pudiera responder a ninguna pregunta, lógicamente. Conste que la niña es encantadora pero no deja de ser una menor sin edad legal para trabajar (aunque le esté haciendo un favor a su madre) y para las personas que acuden a este tipo de instalaciones me parece una falta de profesionalidad y respeto. En cuanto a las instalaciones necesitan una puesta a punto (puertas que no abren, olor a cerrado.)
He estado como invitada en una boda y me ha parecido espectacular, la recepción con sus aperitivos, la cena al completo. La hacienda muy cuidada y limpia, además del trato del personal. Muy amables.