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Una hospedería ideal para los peregrinos del Camino Mozárabe. Sobria y suficiente. Habitaciones muy limpias, tranquilas y suficientes. Me he alojado dos veces. En comunidad. Excelente.
Un lugar entrañable con comida sencilla pero elaborada con paciencia y cariño. Se respira paz y bien. De paso ayudamos a las personad que ayudan. Más que recomendable. No tienen vino, pero se puede llevar, que no ponen pegas.
Alojamiento y comida económico. Habitaciones sencillas, cómodas y limpias. Con baño en la habitación. Comida casera a buen precio y muy rica. El desayuno incluye café, zumo, pan, fiambre, fruta.
Calidad bajísima (esperable), cantidad bajísima (no esperable). Nos pidieron de antemano el tipo de carne pero no sirvió de nada, pusieron lo que quisieron… y poquísima cantidad para 25 personas. Todo el mundo con hambre. Traían todas raciones en bandejas para compartir y claro lo hacían a ojo y no había comida para todos. Con lo fácil que es repartir las raciones en platos y que todo el mundo tenga su plato. Hasta el postre lo tuvimos que cortar y racionar nosotros. Experiencia malísima.
0 calidad en el servicio, calidad de comida y cantidad…
Por 5 euros más comes en cualquier restaurante normal con servicio y cantidad normales y muchos mejores.
Una decepción total, jamás volvería ni se lo recomendaría a nadie.
El cariño y la amabilidad con la que te atienden las monjas de este convento, y la maravilla de sus patios y arquitectura, ya es motivo suficiente para dedicar al menos una comida en este espacio tan especial. Pero es que, además, la comida está buenísima y los precios más que bien. Un aparte merecen los postres, sobre todo los dulces que elaboran en el propio convento. Espectacular.
Un trato genial, el primer dia que llegamos a eso de las 12: 30 de la madrugada ya nos tenian preparada la cena con un menú tipo restaurante, cosa que si vas a un hotel cualquiera a esas horas te cierran la cocina.
He estado hospedada junto a mi marido y un grupo de amigos de la Cofradía del Huerto de los Olivos de Salamanca, y el trato de las madres Comendadoras ha sido EXQUISITO, pendientes de todo y siempre con una gran sonrisa. Sitio recomendable 100%
Comida Genial, trato inmejorable, personas muy agradables y sencillas. Limpieza excelente un 10 para todo ha y los dulces que hacen, como no podía ser de otra manera, DIVINOS
Precioso lugar, se respira paz. El jardín muy cuidado. La comida casera buenísima y reconfortante: un arroz caldoso marinero en su punto; el pollo en salsa de almendras y patatas fritas riquísimo; las natillas de huevo una vuelta a la infancia. Menú con cerveza pan y café 12€. He sucumbido a comprar 1 docena de roscos de almendra por 5€, 1docena de magdalenas por 6€ y una tarta de Santiago por 12€. Repetiré y repetiré
Estuve alojado el 5 de Septiembre de 2018 (Camino desde Almería a Santiago) Muy bien las habitaciones y el desayuno. A las 6 h.ya estaba una hermana pendiente de todo. Muy buen sitio. Repetiré.
Por 10 euros te pones las botas de comida casera y buena.tienen el precio muy ajustado. Tienen varios salones, y hay que reservar, porque hacen muchas celebraciones, Tienen abajo un parque con columpios cerrado para los niños. Está en el centro histórico de Granada, por la parte de jardines del cuarto real de santo Domingo, y no hace falta coche para llegar.
La situación buena, el precio caro para los servicios que prestan, hay hoteles muy buenos por ese precio, limpio pero muy pequeñas las habitaciones, con aire acondicionado que apagan a su antojo, los desayunos y comidas bien pero no sé elijen, sin wifi, sin TV. Las monjitas simpáticas pero muy controladoras si salias y entrabas, además que antes de las 24 había que estar dentro, una experiencia que deja mucho que desear.
Empezado a construir en 1501 sobre tierras pertenecientes a la madre de Boabdil, en el Real Monasterio de la Madre de Dios, de la orden Comendadoras de Santiago, se inicia el camino mozárabe de Santiago. El convento es un lugar de recogimiento, oración y espiritualidad, con buenas instalaciones y mucha tranquilidad.
Poca variedad, pero no vas por eso, vas a comer bien, con postres exquisitos y mucha paz. Totalmente recomendable. Hay que llamar con tiempo para reservar
Hospedería atendida por las Comendadoras de Santiago, tienen un menú diario por un precio muy asequible muy bien preparado y muy bien atendido por las hermanas. Para grupos a partir de diez personas, se puede elegir los platos concertandolo con anterioridad si no el que tenga preparado para el día. De bebida ponen agua y cerveza, pero puedes llevar vino por tu cuenta.