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Una casa de campo en una ubicación idílica en una gran pendiente con una vista increíble. La comida también fue genial. No estuvimos allí mucho tiempo, no pasamos la noche así que no puedo comentar sobre las habitaciones, etc., ¡pero lo que usamos fue fenomenal!
Un lugar encantador, nada más llegar no se escuchaba nada de ruido, ideal para descansar, además de la gran amabilidad de Javier, Pepa y Asier. Increíble su desayuno muy recomendado. También realizan actividades maravillosas en los que se disfruta plenamente de la naturaleza que nos rodea. Un 10 de sitio para ir solo, con pareja, amigos o familia.
La Posada del Candil ha sido una experiencia inolvidable que jamás olvidaré. Me vino además genial personalmente porque es un ambiente tranquilo con trabajadores muy cercanos que hacen que tu estancia sea inmejorable. Volveré, seguro.