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Lugar precioso y tranquilo, la comida estaba exquisita y el servicio super atento, no te acumulan platos en la mesa te los traen ordenados uno tras otro y sin tener que esperar, una experiencia totalmente recomendable .
Venimos a Carmona desde León hace ya unos cuantos años y comer en este sitio, un antiguo molino de aceite, es para nosotros algo imprescindible y otro año que no nos han defraudado, cantidad, calidad, buen trato.y encima riquísimo, desde luego que volveremos y por supuesto repetiremos.