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Buena parroquia. Pensaba que el nivel bajaría al irse Don José, pero lo sigue manteniendo. Sus feligresas estratégicamente situadas cumplen su función a la hora de iniciar y seguir los rezos en las misas. Buen sitio. Dios está en todas partes.
Es un templo acogedor y agradable, cuya parroquia te abre sus brazos desde el primer momento y te hace sentir un miembro importante de su comunidad. Se lleva a la práctica la máxima cristiana de amor al prójimo, pues quienes pertenecen a esta parroquia ayudan de manera altruista a los más necesitados, sean o no de la parroquia. Cáritas es un ejemplo de ello. Y, por supuesto, Don Miguel Cámara, que es quien guía a esta comunidad, es un excelente sacerdote y una magnífica persona.