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Desastre de atención por parte del personal del establecimiento, no sé si será motivo de una mala gestión por parte del dueño y una mala organización de cocina. Llevar más de una 1 hora esperando tapas frías, no tiene ninguna excusa ni justificación. Ver cómo mesas que el camarero conoce son atendidas antes de que la nuestra tampoco parece muy lógico, llegando a las 16: 45 y nos empiezan a salir los primeros platos que hemos pedido.
Para nada recomendable
PD: la costumbre de fumar que tiene el camarero antes de servir los platos a los clientes en la misma puerta del establecimiento debería también corregirla.
PD2: parece ser que después de una llamada de atención empiezan a sacar toda la comida cual si estuviéramos en un un chino.
Tardan mucho en atenderte. Las croquetas vacías. Los precios no lo ponen en la carta. Entré a la barra a decirle que le decía la comanda y me dijo he me sentara y me atendió 20 minutos más tarde, solo tenían 5 mesas en la terraza…
Cenamos y la verdad es que todo estaba muy bueno, el servicio un poco lento desde mi punto de vista tenían demasiadas mesas y no daban a basto. A pesar de todo eso volveré porque la variedad de la carta es amplia y no pude probarlo todo
El servicio es penoso, maleducado y muy lento. Y luego los precios totalmente desorbitados para la cantidad, la tapa de carrilleras 6€ y tenía 2 bocados. Me gustaba mucho este sitio, pero ya no volveré.
Decepción total. Fuimos con grandes espectativas porque nos habían hablado bien de ellos, pero un fracaso. El servicio, muy lento. Tardaron mucho en dirigirse a nosotros y desde que nos pusieron las bebidas hasta que volvieron a acercarse a la mesa para tomarnos nota de la comida pasó muchísimo tiempo y no era porque no les llamaramos. Para colmo la comida no es nada del otro mundo, más bien regularcilla. Lo único aceptable son los precios, pero para que queremos buenos precios si ni la comida ni el servicio lo son. En Mazagón hay muchos sitios en dónde se come bastante mejor y a precios competitivos, y sin desplazarse mucho, en la misma calle hay algunos. Evidentemente, no repetiremos.
Sinceramente fue una cena decepcionante. No recomiendo nada el sitio. Pedimos piriñaca, rejo de pulpo, croquetas y albóndigas chocó. Todos los platos eran pequeños en tamaño, tipo tapitas, y no en precio. Pero eso no es lo peor, pues la comida deja mucho que desear, crudo por dentro y quemado por fuera. Las croquetas de puchero con especies, raro un tanto, si si como escuchas con especies. Las dos albondigas con patatas fritas que pusieron estaban ricas, salio a 2.50 por bola. Piricaña ponía plato pero aquello era tapa estaba bueno, pero salió por 7.5 eur una pipirrana con pescado desmenuzado encima, me parece un pasote. Ni la niña ni la madre pudieron comer a penas y yo comí porque no me quedó otra.
Pagar y comer bien, paga uno con gusto. Pagar y comer fatal duele.
NO LO RECOMIENDO PARA NADA, mala comida y te crujen. Lo único bueno el ambiente.
Para que conste anexo factura, si eso llega a ser factura, juzguen vosotros.
Sinceramente espero que sirva. Esta opinión es de verdad, por si de seguido veis una muy buena, lo suele pasar por casualidad.
Precios más elevados de lo habitual (han subido los precios bastante respecto hace varias semanas) para la misma cantidad, la la cual considero algo justa
Buen sitio y siempre un trato muy agradable. Local más amplio que el anterior. Tiene terraza. Los domingos por la mañana, suele hacer arroz. Buen ambiente.
Es un placer ir por allí, todo está muy bueno, hay una gran variedad de vinos, que es de agradecer y para eso también está Pedro que te asesora y siempre es un encanto. La habla de quesos con un buen vino es un placer. Calidad precio muy bien.
Comida normal al igual que el precio. Lo que no nos gustó es que nos “echaran”, es decir, sin habernos terminado ni la cerveza y sin haberla pedido, nos trajeron la cuenta.
Es un local sin pretensiones, pero la comida está deliciosa. Además se ve que se esfuerzan en una buena presentación y en hacer tapas originales y ricas. Hemos disfrutado de una buena experiencia.
Vaya chasco, es la primera vez que me levantan de un bar sin haber pedido y habiendo dejado que me sentara. Quien nos ha atendido se ha agobiado porque le han llegado despues otros clientes a quienes se sentiria más obligado a atender. Lamentable.
Llegamos a este lugar para tomar algo. El camarero decidió recoger todas las mesas vacías excepto la nuestra. Tras 10 minutos esperando nos informa de que no nos podrá atender, si acaso unas bebidas. La primera vez que nos ocurre algo así.
Llegamos y el camarero muy amable, pero tardó muchisimo en traer las bebidasy encima después la comida estaba malisima y tardaron horas en traernosla, la mitad (de 9 que eramos) nos fuimos de allí sin cenar y encima la camarera nos trajo la comida con comentarios, vacilandonos y al preguntarle por el baño contestó muy mal. En fin, no vuelvo a pisar aquel sitio.
Tomamos algo de picoteo aquí para cenar. En general nos gustó, pero dos o tres cosas que teníamos ganas de probar no había y nos recomendó el pastel de calabacín que resultó un poco vulgar, dado que era calabacín, tranchete y tomate de bote.
Bebida cara, muy lento y servicio horrible. La comida sí es verdad que es de calidad, pero nosotros necesitamos casi dos horas para cenar, así que la espera y la parsimonia te amarga la cena. Soy de Madrid y sé que aquí la velocidad en los restaurantes es menor, pero en este caso es muy excesivo. La calle tiene bastantes restaurantes más así que no tiene sentido volver.
Un bar acogedor en pleno centro de la playa de Mazagón, lugar pintoresco y con trato amable y familiar ideal para compartir un rato con amigos y familia, rodeado de otros bares es una buena opción para empezar una ruta de cervezas y tapas, salón interior para pequeños grupos con chimenea, para las tardes y mediodías de invierno.
Está taberna se encuentra en una calle rodeada de otro bares, la calle es popular, a ciertas horas la calle es peatonal, con lo cual ponen muchas mesas en la calle y se crea un muy buen ambiente, tiene una cartita de vinos buena y ofrece una buena carta de comidas, con tapas y platitos, combinando la cocina tradicional con algunos toques diferentes, un buen sitio para una cena en verano.
Pasamos de camino y paramos fuera a tomar unas tapas. La cerveza muy fría y luego probamos el chicharrón, las ortiguillas y los canutillos de langostinos. Todo muy rico. Servicio rápido y atentos.
Venir a Mazagón y no probar la cocina y la selección de vinos de Pedro sería perderse una parte muy importante de lo que nos hace regresar aquí todos los años (y varias veces). Dejaros aconsejar por Pedro y no os defraudará.