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Aparté por teléfono una camiseta, la última en stock en todas las tiendas. Le dije si podían hacerme el favor, por tema trabajo no podía ir hasta la hora que le comenté y me dijo que no había ningún problema, me la guardaría. Al llegar yo a la tienda, la compañera la había vendido. Me hubiese ahorrado los 40km. Un poco más de organización por parte de las trabajadoras.