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Estaban las mesas vacías nos fuimos a sentar para tomar algo y una señora nos dijo era para cenar que si no en la barra así echa a la gente que va al bar
Inmejorable, trato cercano del propietario, comida "bueno bonito barato" y de calidad, el ambiente recuerda a un restaurante tradicional en pleno centro histórico de la ciudad. Lo recomiendo 100%
Que no te engañen las apariencias, en esta pequeña cafetería se come como en casa. Es súper abundante y realmente económico. Recomiendo mucho este restaurante
Bar restaurante con buena comida y buen trato os recomiendo los calamares y el chorizo frito geniales adema tiene tapas y platos combinados muy ricos y a buen precio muy atentos y ahora lo han arreglado y está muy bonito se come genial totalmente recomendables las albóndigas y los huevos rotos espectaculares son muy majos los dueños
Queríamos tomar unas tapas y al pasar por allí vimos la oferta de tapa más bebida 2,50€ y decidimos probarla. Las tapas tenían muy buena pinta. La relación calidad precio fue correcta.
Tardan mucho en atenderte, las raciones poco echas, los vasos sucios. Y tardan un motón en cobrarte. La salsa de las patatas brava es mahonesa de sobre
Horrible hemos ido de bares por la zona comiendo raciones por los diferentes bares de la calle don Jaime dos niños de cuatro y ocho años y dos adultos al llegar al imbyss nos sentamos en una mesa y tenía 4 más vacía le pedimos a la señora una ración de callos y otra de caracoles dos cervezas un zumo y un kas y la señora nos dijo q dos raciones no era suficiente para ocupar una mesa, por eso ni volveré ni lo recomendaré a nadie gracias y asta nunca
Pessima pulizia, pessimo cibo, freddo e costoso rispetto a quantità e qualità. Personalmente pessimo, Vs bene non sapere l'inglese perché a gestione familiare ma almeno priva a mettere a proprio agio il cliente, sembrava che dessi loro fastidio. Pieno di anziani del luogo, ok, ma scrivete fuori "no stanieri" se non vi interessa.
He salido con ganas de no volver. Cerveza casi disipada o mal servida. Las croquetas muy pastosa la bechamel y poco jamón, la tortilla de patatas con un caldito por dentro de dudosa procedencia.
Un lujo poder seguir cenando en pleno centro de Zaragoza a un precio muy asequible. La calidad de los platos a ese precio, sin duda repetiré los calamares. La atención me sorprendió para bien, el camarero joven tuvo tu un trato excepcional con mi hijo. Da gusto encontrarse gente así trabajando. Volveré con mi familia!