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Lamentable trato el recibido hoy por parte del trabajador llamado J. S. He ido a llenar el depósito de mi vehículo como casi todas las semanas, ya que soy cliente habitual, y este trabajador se ha negado a dejarme esperar dentro de la tienda. (1ª vez que me lo dicen en más de 10 años repostando allí). Es invierno, hace frío, y como no me gusta que me traten como si fuera un ladrón, he decidido esperar dentro de la tienda como en cualquier otra gasolinera. El trabajador ha entrado de muy malas maneras, se ha negado a terminar de llenarme el depósito del vehículo, con chulería me ha dicho que o salgo de la tienda o me lleno el depósito yo… Señores responsables de CARBURANTES CATALÁN DEL VAL, con trabajadores que te tratan con chulería, falta de respeto y te tratan como a un presunto ladrón, se pierde el comercio de cercanía. Ante semejante trato, le he dejado claro que no volvería a usar vuestros servicios, a lo que, por supuesto, ha exclamado que a él eso le da igual. Pues nada, por mi parte, ni un € más de ninguno de mis 3 vehículos.
Siempre hemos parado aquí dirección a Cáceres, por ser familiar, pero, hoy nos ha decepcionado la dejadez de los baños, sucios y roturas, tanto hombres como mujeres. Por lo demás, calidad-precio más o menos, pero, poca variedad a las 9.30h en cuestión de bollería para el desayuno
La gasolinera es una vergüenza El dependiente de copas con un cliente se ha negado a servirme combustible Nada recomendable Espero que a este trabajador le den un aviso
Nose cuál es la preferencia a algunos clientes se colocan así mismo el combustible y otros se debe esperar a que el empleado se desocupe para suministra el combustible. Decidan una norma y que se aplique. Pues debe ser el mismo servicio. Bien sea auto.servicio o no.
Yo estuve comiendo y atención estupenda. Teniendo en cuenta que soy una persona vegetariana, se volcaron en ver qué opciones tenía para poder comer bien!
Una vergüenza de sitio. Cierran cuando les da gana, fui media hora antes de cerrar y no me quisieron atender, 10 minutos después atendieron a otra persona en mis narices. Una vergüenza.