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Si al dueño le importa un mínimo su negocio no debería permitirse faltar el respeto a un cliente y máxime sin motivo. Fui ayer a comprar, le comenté, con la educación que él no tuvo, que el anterior ibérico que me llevé lo encontré salado y directamente me dijo que me invitaba a salir de allí. Atónita ante su respuesta totalmente fuera de lugar no reaccioné y me fui. Pero como bien me comentó un amigo debería ir a pedir la hoja de reclamaciones, aunque no lo haré ya que tengo mejor fondo y sé comportarme mejor que él. Y dicho sea de paso, llevo toda mi vida comiendo ibéricos, los suyos.será la conservación o.muy regulares.