Batería alta de Santa Catalina

La Batería Alta de Santa Catalina, también conocida por Batería de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra ocupando la mayor parte del cerro de Santa Catalina, en la localidad de Gijón, provincia de Asturias.
El cerro de Santa Catalina fue un asentamiento romano desde donde evitaban los asedios por la costa gracias a la vista privilegiada sobre el mar y la ciudad.
Además del fuerte del siglo XVI ubicado en la parte oeste del cerro, en el siglo XX se construyeron bunkers y baterías, que fueron utilizados en maniobras militares hasta 1989.

Antigua losa de hormigón con barra de refuerzo que muestra. Caminé hasta la cima para escuchar el sonido del monumento pero no funciona. La vista del mar es hermosa pero esto no está relacionado con esta pieza.

La mejor parte son las vistas de los océanos desde este punto de vista. Las fortificaciones de artillería son una decepción. Buen ejercicio caminar cuesta arriba.

Ubicado en el punto más alto de la ciudad de Gijón, está a una corta caminata cuesta arriba desde el centro de la ciudad. Las vistas son geniales desde aquí. La gente suele venir aquí para ver las puestas de sol.

Lugar increíble para los amantes de la historia bélica, aparte de ser un parque en un entorno espectacular.

Castillo de Santa Catalina construido por la Guerra Hispanorteamericana de 1898 y que albergó los obuses y cañones de avancarga hasta entonces ubicados en el Fuerte Viejo

Una colina para apreciar la fortificación que en algún momento tuvo el area de Gijón. Vistas panorámicas.

Una gran lugar histórico. Aquí se encuentran las antiguas defensas de la ciudad de Gijón, donde se escondían los guerreros para pelear contra los enemigos que intentaban entrar a la ciudad desde el mar.
El lugar está bien cuidado, y además tiene a su alrededor un paisaje digno de observar, el cerro de Santa Catalina.
Tienen algunas pintadas y grafitis, lo que me decepcionó un poco.

La Batería Alta de Santa Catalina, también conocida por Batería de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra ocupando la mayor parte del cerro de Santa Catalina, en la localidad de Gijón.

El cerro de Santa Catalina fue un asentamiento romano desde donde evitaban los asedios por la costa gracias a la vista privilegiada sobre el mar y la ciudad.
Además del fuerte del siglo XVI ubicado en la parte oeste del cerro, en el siglo XX se construyeron bunkers y baterías, que fueron utilizados en maniobras militares hasta 1989.

El estado actual de la batería actual es el resultado de un proyecto inacabado, redactado en el año 1902. Su objetivo era la defensa de la bahía gijonesa, formando parte de un proyecto más amplio que contemplaba la instalación de baterías en la Providencia y en la Campa Torres.

¡Es una espacio histórico y cultural que merece muchísimo la pena visitar, además de tratarse de una atalaya desde la que contemplar una increíble vista se la ciudad de Gijón, justo en medio de sus dos playas urbanas más grandes, y con panorámica de las montañas que la flanquean al Sur!

Lugar destacado en la historia de Gijón.
Para no perderlo.tanto por sus vistas, como por su historia.

In Santa Catalina hill, located in the highest area of the city of Gijon, we found some historical elements such as remains of a Roman wall and ancient military bunkers. This place has the most beautiful panoramic views of the city and the Cantabrian Sea, strategically ideal to control and protect this coastal city in the past

Ubicado en el casco antiguo de Gijón en el barrio de Cimadevilla en el centro del Cerro de Santa Catalina te puedes encontrar las defensas militares de la guerra civil.

Fue un proyecto inicialmente del año 1902 en el cual se recogía la construcción de un gran complejo militar cerrado perimetral mente con una única entrada al sur. Entre los elementos que nunca se llevarían a término destaca el frente de gola que sería sustituido durante la vida útil de la batería por un cierre de alambrada.

El estado actual de la batería alta es un proyecto en acabado el objetivo en la defensa de la bahía gijonesa formando parte de un proyecto más amplio que contemplaba la instalación de baterías en la provincia y la Campa Torres.

La tardanza en su construcción que comenzó finales de 1904 y se prolongó hasta 1926 provocó que tanto el artillado como la propia ubicación quedasen disfrazados por lo que nunca llegaron a montarse las piezas escribiste ni se concluyó y diseño original. Salud breve periodo durante la guerra civil Berna Sergio desarticulada hasta que 1982 perdido definitivamente su carácter militar cuando fuiste de la ciudad de Gijón junto con los terrenos la batería baja.

Hoy es un parque en el cual también se sitúa el elogio del horizonte y desde donde podrás disfrutar de un las vistas de toda la bahía y la ciudad de Gijón

El estado actual de la batería actual es el resultado de un proyecto inacabado, redactado en el año 1902. Su objetivo era la defensa de la bahía gijonesa, formando parte de un proyecto mas amplio que contemplaba la instalación de baterías en la Providencia y en la Campa Torres. RECOMENDADO.

También se la conoce como Batería de la Segunda Guerra Mundial, quitando un breve periodo de tiempo en la Guerra Civil la batería ha permanecido siempre desartillada.

Fuerte de Santa Catalina construido finales del XIX para defender la ciudad de la amenaza de USA de bombardear los puertos españoles. Se subieron los obuses de avancarga del fuerte viejo pues los cañones de Trubia no llegaron a instalarse asi como el espaldón del propio castillo nunca se terminó. Despues de la guerra se utilizó hasta los años 80 como polvorín central. La artilleria de campaña del regimiento Simancas estaba en el parque artilleria final calle Marqués de San Esteban al lado de la antigua estación del norte hoy museo del ferrocarril.
En la guerra civil se utilizaron las defensas de La Providencia para emplazar alli los cañones de costa realizados en Trubia lo que obligó al crucero Cervera a realizar el bloqueo naval lejos de la costa.

Interesante para saber algo de historia militar del finales del XIX y principios del XX. Los paneles informativos están en buen estado y explican bien.

Interesantísimo lugar no solo por las espectaculares vistas si no (y sobre todo) por los restos de la batería de costa de principios del s. XX perfectamente conservados, señalizados y explicados. Una visita imprescindible.

Una vista espectacular de Gijón i del mar cantàbric. Visita obligada en un passeig per la ciutat.

Se ha sabido mantener y conservar las antiguas construcciones de las baterias de costa en un entorno natural, con jardines y parques de niños. Un sitio estupendo para dar un paseo.

Batería de costa situada en el Cerro de Santa Catalina en Gijón. Junto a la batería de la Providencia y la Campa Torres se encargaba de proteger los barcos mercantes que recorrían solos las ultimas 3 millas, desde que abandonaban la protección de la Flota Inglesa hasta el puerto del Musel. Esta Batería seria programada en 1897, empezada a construir en 1902 y terminada en la década de los años treinta, aunque no llego ser usada para colocar cañones en ella, sus instalaciones logísticas si fueron usadas. El estado actual de la batería actual es el resultado de un proyecto inacabado, redactado en el año 1902. Su objetivo era la defensa de la bahía guijonesa, formando parte de un proyecto mas amplio que contemplaba la instalación de baterías en la Providencia y en la Campa Torres. La tardanza en su construcción, que comenzó a finales de 1904 y se prolongó hasta 1926, provocó tanto el artillado como la propia ubicación de la batería quedasen desfasados, por lo que nunca llegaron a montarse las piezas de artillería previstas ni se concluyó el diseño original de la misma, previsto para 234 hombres. Salvo un breve periodo durante la guerra civil la batería permanecio desartillada, hasta que en el año 1982 perdió definitivamente su caracter militar cuando fué cedida a la ciudad de Gijón junto con los terrenos de la batería baja.

Bien como curiosidad. Parte de la historia reciente de nuestra ciudad, de lo que pudo ser a lo que es en la actualidad. Mejor que las armas reposen en el olvido y a cambio podamos disfrutar pacíficamente de un bello entorno, ideal para pasear y relajar los sentidos tantas veces embotados. Disfrutemos del espectáculo del Cantábrico en todo su esplendor y si han de sonar los cañones que sea el embate de las olas o el fragor de algún trueno lejano.