Billy Bob

Un total desastre. Una pena porque vas al de Oviedo y no tiene nada que ver.
Empezando por las hamburguesas que estaban requemadas (el bacon tieso y carbonizado), le sumamos que la cocinera se confundió de ingredientes. El trato malo ya que la camarera estaba más atenta a hablar con la cocinera que de atender. La cocinera mal tomada.
La comida pésima y el trato más de lo mismo.

100% RECOMENDABLE. Hamburguesas muy buenas y ricas. Los postres igual de buenos. Calidad, cantidad y precio muy buenos. Gran atención y trabajo de Yeri. Muchísimas gracias.

Fatal no.lo siguiente.pago casi 8euros por una burguer de pollo.y me traen una hamburguesa donde el pollo está totalmente carbonizado (el.rebozado sta negro, duele hasta morderlo). Una de 2 o teneis el aceite quemado o al.que cocina se le va la olla. Por un momento pense que era tenera.mpero no, la burguer estaba totalmente carbonizada.
Nunca mas!

Hamburguesería bien montada pero los días que coincide con conciertos en la sala que tienen en el sótano hay mucho caos para entrar a cenar

Local renovado, aunque el día que fuimos a ver un concierto una compañera que no podía beber alcohol, las cervezas 0,0 las tenían calientes.y si no hay mesas porque se entiende más como pista de baile, al menos sería buena idea poner en las paredes repisas para apoyar la bebida. Por lo demás todo bien!

La sala de conciertos pequeña pero lo pasamos muy bien, no estaba muy lleno. Recomendable ir con efectivo ya que no hay cobertura y no funciona el datáfono (al menos cuando yo fuí)

Me gustaría preguntar cuál es el aforo máximo de esta sala, ya que tengo que hacer un trabajo sobre este lugar y me ha parecido adecuado preguntar. ¿Alguien sabría responderme?

Muy bien atendidos, las hamburguesas y costillas en bbq muy buenas, felicidades y mucha suerte en la nueva andadura.

Nuevo local de burgers en Gijón, es una especie de cadena de comida Americana, hay dos en Oviedo y este abrió hace poco en Gijón. La temática y decoración está genial, es estilo es como el de un bar de los años 80 Americano, rockero, hay una moto en la barra y varias estatuas de personas tocando la guitarra, suelos de cuadros y asientos de cuero. Si vas te recomiendo que también pases por los baños, están chulísimos.
En la carta hay más de 20 hamburguesas distintas (habría que ir varios días para ir probandolas todas) se hace difícil elegir. Además también tienen perritos, costillas, patatas y algunos aperitivos. Las hamburguesas vienen con patatas y no son pequeñas, nosotros fuimos un grupo de cinco, pedimos cuatro hamburguesas, media ración de costilla y unas pops de pollo, con esto no llegamos al postre y nos costó terminar las pops.
De precio está bastante bien las hamburguesas rondan entre los 9 y 14€ y son contundentes.
Si te gusta la comida Americana te recomiendo este sitio. A mí personalmente me gusta mucho ️.

15 minutos de concierto y nos fuimos. El aforo era el triple de lo permitido y el olor a disolvente tan fuerte, que la gente tenía que salir a respirar por el mareo que producía. Foco de brote asegurado. Hacía muchos años que no estaba tan apretujada en un local. No se puede tratar así a la gente.

Un lugar de conciertos enano donde el escenario está muy mal ubicado y solo unos pocos pueden verlo bien. Estábamos hacinados en una lata sardinas en un mal recinto. Imagina un tubo alargado donde el escenario está en un lado de los estrechos donde la inmensa mayoría de gente verá cabezas y móviles en alto. NO CONSIDERO QUE SEA UNA SALA APTA PARA CONCIERTOS. Dudo que las medidas de sanidad con gente sin mascarilla o tema de ventilación fueran adecuados. Para colmo olía a pintura. La calidad de sonido fue regular: volumen sobresaturado. Estuvimos 15 minutos en el concierto de Lincoln Park y nos fuimos. ¿Demasiadas entradas vendidas?

Una sala con mucho encanto y buen sonido. El tamaño es perfecto, al igual que su ubicación y con muy buen gusto en la decoración. Los camareros majisimos nos trataron súper bien. Seguro que volveré y pronto. Que guay! Algo nuevo en la ciudad.

No fue tan alejada mi experiencia de ayer con la q pudieron vivir aquellos hacinados en cámaras subterráneas y obsequiados con zyclon-b.
No cabía un alma más. El aforo a buen seguro no cumplía las mínimas normas PREpandémicas, no digamos ya lla normativa actual por los tiempos que nos ha tocado vivir. A la incomodidad permanente del que es rozado, empujado, sobado y dado a probar los alientos ajenos en contra de su voluntad, hay que destacar el insoportable olor, la nauseabunda atmósfera a barniz que estuvimos aspirando (restandonos capacidad pulmonar para unos cuantos días comienzo a pensar). Quince o veinte minutos aguanté dudando de mi mismo, ¿sería que me estaba volviendo viejo? , repitiéndome que había estado en sitios peores. Sin embargo eso que veían mis ojos y sentían todos los poros de mi cuerpo no podía estar pasando, no en estos tiempos. Salí pronto, pasé de la resignación al cabreo cuando lo entendí al fin, con la primera bocanada de aire fresco. Afuera estábamos unos cuantos que, cuando quebramos el silencio, nos hicimos automáticamente cómplices por haber vivido aquella tormentosa experiencia. Hoy el dolor de cabeza continúa y si lo pienso, creo que aún me cuesta respirar.

La sala pequeña, estando la parte de arriba en obras había un olor a pintura que a veces se hacía insoportable, no se como pueden meter un concierto en esa sala en esas condiciones, echar ambientador en spray no funciona, todo lo contrario.
Por otro lado nada que reprochar al tributo, el sonido estaba bastante bien para la sala que era.
Un buen rato que en otro lugar hubiera sido mucho mejor.