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Había pocos palos de sidra para elegir. Nos fue difícil comer con sidra y que te escancien, al final tuvimos que pedir un tapón. Los cachopos menguaron compararlos con meses atrás.
Un clásico de este barrio gijonés y una excelente opción para comer el menú del día con una relación calidad/precio de las que hoy ya resulta difícil encontrar. Gracias por la atención, volveremos muchas veces.
Es un lugar muy recomendado para comer, la comida es muy buena, y la atención excelente, nunca he tenido queja las veces que he ido, si tienes dudas los camareros te asesoran muy bien
Una pequeña sidrería de barrio, con unas tapas ricas y económicas. El personal atento y profesional, sobre todo es un espectáculo ver escanciar a Sebastián.