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Sitio ideal para descansar y desconectar, con un entorno precioso y unas instalaciones que le acompañan muy bien.
Las instalaciones son muy buenas, teniendo todo lo necesario para un buen descanso, las habitaciones están muy bien equipadas (en la que me quede era como un miniapartamento) y varias activades a realizar en contacto con la naturaleza.
Puede que el acceso sea algo complicado, ya que está en un pueblo en una montaña, pero puedes acceder a él con el coche y vale la pena.
Encima son muy majos, aunque no les avisamos con la suficiente antelación, nos aceptaron hacer una tarta de queso para celebrar mi cumpleaños.
Una estancia de lujo. El personal muy amable y profesional. La comida riquísima y la habitación muy confortable. El desayuno un espectáculo. Lo traen en una cesta con más de lo q se puede comer. Volveremos!