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Una vez más Ribadesella me encandila. Estuvimos alojados en la Tená, y que decir, la tranquilidad y la amabilidad sacude cada rincón del paraíso Sardalla. Las noches en el mirador son espectaculares, me falto ver los amaneceres, pero repetire sin dudarlo, y eso que abrir las ventanas y oler a galletas es sorprenderte. Tengo que destacar que los dueños son encantadores, Toñi y Ángel unos cielos. Por poner una pega, es que no nos pudimos despedir de Toñi. Recomendable 100%
Casa sitiada en una aldea (Sardalla) en un alto de Ribadesella. La familia que lo lleva muy amable. La casa en la que estuvimos ' la tena" 2 plantas razonablemente bien equipada. A mejorar la terraza que está enfrente, queda muy bien en la foto, pero no es práctica, entre otras cosas, mucho viento, eso sí las vistas son espectaculares. Un agradecimiento a Ángel y a Toñi por la atención.
Nos alojamos en Alba II, una casa con una decoración preciosa y muy tranquila, los dueños geniales nos dejaron galletas de la casa como regalo de bienvenida. Estaba muy bien equipada e insonorizada. Todo estupendo, para repetir!
Muy buen sitio la casa muy acogedora y bien equipada muy buenas vistas de Ribadesella los dueños Toñi su marido y su hijo encantadores y las galletas de la abuela espectaculares
Los dueños encantadores, se han portado genial y han estado constantemente pendientes de nuestras necesidades, (Iván, uno de los dueños se encargó hasta de reservarnos en los restaurantes que comimos y cenamos). Mi hija pudo disfrutar con sus ovejas dándoles de comer junto a Toñi, la dueña, eres encantadora! Son los dueños de Las Galletas de la Abuela, buenísimas! La casa recién reformada, limpia y grande, con una cama elástica y piscina en el jardín! Los niños disfrutaron muchísimo. Tiene unas vistas espectaculares de Ribadesella. Volveremos sin duda.
Las casas están todas ubicadas en un pequeño pueblo con unas vistas magníficas de Ribadesella.
La casa en la que nosotros nos alojamos es la grande (5 habitaciones) y estaba impecable tanto en limpieza como en servicios. Toñi, Ángel e Iván (los dueños) se portaron de maravilla, siempre dispuestos a que nuestra experiencia fuera la mejor posible. Nos dejaron un pequeño detalle de bienvenida (Galletas de la abuela) y hasta nos llevaron a dar de comer a sus corderos. Cuando alguien pone tanto cariño en algo, las cosas salen bien.
La casa cuenta con un amplio salón con chimenea, un porche donde poder desayunar y un jardín donde jugar y saltar en una cama elástica que hará las delicias de los más pequeños. También cuenta con barbacoa.
Por si fuera poco, los dueños viven al lado por lo que siempre están pendientes de cualquier cosa que puedas necesitar.
Los dueños encantadores. Muchísimas GRACIAS a Toñi, Ángel, Ivan y María por el trato que nos han dado, lo fácil que nos lo han puesto y su disposición para cualquier necesidad o duda en todo momento. Nos vinimos para Salamanca con ganas de volver. GRACIAS de Corazón. La casa acogedora, tranquila y perfecta para desconectar y recargar pilas.
Nada serio. Hablamos con ellos por teléfono, avisamos que vamos a reservar 4 personas y dos perros. Reservamos y en una semana nos avisan que no aceptan dos perros. Vamos que no nos podrian decirlo antes de reservar? Ahora tenemos que empezar de nuevo buscando casa. Muy desepcionante.
Muy entrañable y acogedor. Lugar para escapar del mundo conocido. Los dueños como la propia familia. Y el levantarse con el olor de las galletas indescriptible. Recomendable para ir en pareja
Sitio muy acogedor y tranquilo. Ideal para desconectar. Los dueños son encantadores. Justo al lado está su horno donde elaboran galletas, así te levantas con un olor muy agradable.