Don Felix Hotel

Exelente lugar muy agradable y confortable, para pasar lindos momentos en familia y vivir la linda experiencia del hotel Don Félix

Exelente lugar, para disfrutar en familia, amigos etc.
La atención y la comodidad del lugar es increíble.
Les recomiendo este maravilloso Hotel, me sentí como en casa

Habitación confortable, limpia y decorada con mimo. Desayunos abundantes y buenos. Cada día un desayuno diferente. El trato del dueño excelente. Amable, servicial y simpático. Le doy la máxima valoración y lo recomiendo encarecidamente. Muy bien situado para hacer las rutas más bonitas de la zona como la del Alba, desfiladero de los Arrudos y la cascada.

La ubicación es excelente, la limpieza es nota 10, el atendimiento es muy bueno también. La cama y las almohadas eran muy confortables. El desayuno era casero y abundante. Hemos podido descansar a gusto.

Sitio muy alejado de todo lo que interesa ver en asturias.pocos servicios en el pueblo.si quieres llevar un buen recuerdo de Asturias la mejor opción sería ir a la zona de llanes.

Buen sitio para quedarse a pasar un fin de semana y hacer una de las muchas rutas que hay por la zona

La estancia ha sido muy positiva.
La limpieza de 10, los desayunos abundantes, variados y muy ricos.
Los dueños súper atentos.

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Te sientes como en casa, las cenas y los desayunos caseros y muy buenos, limpio, acogedor, no había ruidos, por las mañanas nos despertaba un gallo.la estancia ha sido inolvidable

Muy bien atendido, desayuno espectacular aunque no sea bufef. Muy buena calidad y muy tranquilo.
Muy recomendable para alojarse para hacer la Ruta del Alba y alrededores

Un hotel muy acogedor, estuvimos muy a gusto nuestros amigos y nosotros. Íbamos con media pensión y fue un éxito. Comida casera riquísima y variada cada día con productos de la zona. Y el desayuno con mucho detalle y delicioso con productos caseros también. Patricia y Pedro unos estupendos anfitriones que nos hicieron la estancia muy agradable. Muchas gracias.

Totalmente recomendable, tanto en limpieza, como por su buena comida y decoración. Lo mejor el trato de Pedro, una persona amable y atenta q te informa y te entretiene con sus historias. En resumen, un sitio para recomendar del que te llevas un buen sabor de boca.

Me ha encantado el hotel. Una casona con historia que ha sido restaurada con mucho estilo y muchas maderas nobles. Super acegedor. El trato de Pedro excelente, perdió de su tiempo para contarnos cosas de la zona y de la historia del hotel. Super limpio. Nos dieron una cena exquisita, todo muy rico y casero. El desayuno abundante y con productos caseros. Me ha encantado. Sin duda intentare repetir porque la escapada fue muy cortita.

Un hotel con encanto tranquilo, limpio. Un desayuno espectacular, en un entorno privilegiado. Sin duda volveremos. El personal muy amable.

Me sabe mal, pero creo que no recomendaria este hotel a un amigo, es un sitio correcto limpio y atendido con fervor y gran amabilidad, pero, se le ha pasado el tiempo y la bonita casa Indiana parece anclada en el pasado. Más decepcionante aún es el pueblo en un entorno magnífico sin servicios de restauración en pleno Julio y en pleno sábado, al parecer solo al mediodía hay alguna buena opción para comer, cosa, que no he parado a comprobar.

Sitio de parada obligada, está casona convertida en Hotel y restaurante.
Trato inmejorable por parte de su dueño, comida casera excelente y ubicación en un entorno con múltiples posibilidades para descanso, aventura o simplemente desconectar

El hotel es un edificio que data más o menos entre el 1850 y 1870, es encantador, con una decoración exquisita y un total de 8 habitaciones. Los desayunos expectaculares, para reponer energías y recorrer los alrededores que son una pasada, sin olvidar el embalse de Rioseco, una pasada. Y más aún el trato del dueño del hotel, Pedro, una persona encantadora que te dará las mejores recomendaciones del entorno. Lo recomiendo al cien por cien y un 10 por todo.

Nos ha encantado este hotel. Está en una ubicación perfecta para recorrer sus montañas, el hotel es una preciosa casa de Indianos restaurada que te transporta a aquellas épocas. Por si fuera poco la comida es una verdadera maravilla, casera, casera y con productos de los alrededores, y, que decir de Pedro, el regente, entrañable persona que te deleita con sus historias sobre la zona y te guía por la comarca en aquello que quieras recorrer. Un placer, volveremos!

Hotel muy limpio y muy bonito, los propietarios super atentos, desayunos abundantes, y un entorno dificil de describir, hay que ir. Repetiría sin dudarlo

Excelente, y los desayunos espectaculares realmente un lugar para venir y ver porque el hotel es una pasada y Pedro es buenisimo