Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Buena comida casera a precios adecuados. Cómo aspectos negativos, el local, y especialmente las mesas exteriores, se ven sucias. El hecho de que animales como perros y gatos transiten sueltos, también resulta desagradable a muchos comensales. En cuanto al trato recibido por parte del personal, es apropiado, a excepción de la dueña del local, demasiado extrovertida o antipática por momentos.
Al tratarse de un restaurante alejado de todo, al que uno va deliberadamente, aunque la comida sea buena, no lo es tanto, lo que unido al trato recibido o las características del propio local, no justifican repetir.
Buenísima.comoda casera. Entorno inigualable. Eché en falta poder tomarme una copa de vino durante la comida (o botella o nada). Precios acordes a la buena comida.
Normal, pedimos un cachopo y una pequeña ración para 1 niño de cachopo: total 44 euros. Tortilla riquisima y comida muy buena pero cara. El gran inconveniente es la jefa que grita a sus empleados durante todo el servicio.insoportable para los clientes. Mención especial a los servidores que son muy valientes para trabajar en estas condiciones.
Muy caro y muy mal ambiente. La dueña continuamente gritando y al pagar te dicen que no aceptan tarjeta, algo que deberían anunciar en un cartel cuando leo que siempre lo hacen.
Llegamos de casualidad y qué maravilla! Manuela una excelente anfitriona! Pedimos fabada y fabes con almejas y espectacular! Champiñones con picadillo para volverse loco y que decir de la tortilla pinalin.menudo manjar! También pedimos un arroz con almejas y delicioso! Ya el postre, punto y aparte! La tarta de queso de locura! Tan bueno fue el trato y el precio que reservamos al día siguiente un arroz con marisco. Si podéis, reservar el arroz! Alucinante! Sin duda volveremos!
Comida casera aunque algo grasienta. Entorno y ambiente espectacular. La dueña, que tambien es la camarera no para de gritar por todo, tanto a los clientes como a su pobre madre que está en la cocina. Chicote no duraría allí ni 1 min. No apto para quien le incomode esto.
Nosotros celebramos nuestra boda este Agosto y fue un total acierto. Estamos muy agradecidos, resultó un día fantástico! El sitio precioso, tuvieron muy bonitos detalles en la decoración para la ocasión, y tanto Manuela como su equipo, amabilísimos y muy profesionales. La comida estupenda, estuvieron atentos en todo momento y nos hicieron sentir a todos encantados y muy felices. El resultado fue una tarde-noche de risas, música, baile y buen comer inolvidable para todos!
Muy bien todo. El entorno con el tiempo de Asturias es especial. El pastel de puerro y cabrales y las cebollas rellenas. Mejor ir en época de menos gente
No les doy las 5 estrellas por no tener para pagar con tarjeta. No me cuenten excusas.
Muy, muy buena cocina, manteniendo y mejorados los sabores más de 35 años. Y ahora todo apto para celíacos. ¡Muchas gracias por ese empeño! Además, en un parage inmejorable para familia y niños.
Comida casera buenísima! La tortilla de bacalao de 10 ¡! Y las cebollas ricas, ricas, calidad precio razonable.para volver y probar el resto de la carta.
Estupendo sitio, todo muy rico y auténtico. El cachopo y el pastel de puerros para recordar. Una estupenda campa para los niños, la terraza montada en el prao. Muy recomendable, de lo mejor de la zona
Trato genial. Rapidez al atender y traer la comida. Platos exquisitos, todo estaba riquísimo. Perfecto lugar para ir con la familia porqué tiene un jardín enrome, un columpio y mesas fuera.
A parte de un entorno tremendamente bonito, una comida copiosa y excelente, el lugar está decorado con un exquisito gusto. Si vas por la zona, es un privilegio poder ir.
Encontramos el sitio por casualidad. Está situado en una zona tranquila y agradable. Toda la carta es apetecible. Nosotros pedimos el pastel de puerros, la fabada y el cachopo. Todo estupendo!
Tienen una terraza muy amplia donde los niños pueden jugar sin molestar en la mesa
Muy recomendable Como detalle, no admiten pago con tarjeta. Pero sigo manteniéndole las 5 estrellas
Buena cocina casera, rápida atención y son súper amables. Ideal para ir con niños porque tiene un gran prado donde pueden jugar. Imprescindible probar las cebollas rellenas, el bonito en rollo y la tortilla al ron. Bueno todo está bueno.
Nos encantó la fabada de 10 y el cachopo excelente el trato súper familiar ideal para ir con niños hay una Extensa pradera para que tomando un café o el postre los nulos corran y jueguen volveremos seguro 100%
Uno de los mejores restaurantes que he visitado en Asturias, Manuela la dueña y cocinera un temperamento en estado puro y su sobrino Edu un inmejorable director de orquesta. La comida inmejorable, la tortilla Pinalin.de lo más jugoso, el codillo para chuparse los dedos, el rollo de bonito como para repetir. En resumen de DIEZ.
El sitio sigue siendo espectacular, con mesas al aire libre, rodeado de campos, árboles, animales. Pero apuesto a que podrían hacer más en cuanto a las medidas preventivas de contagio, como en otros sitios de comer. Para muchos resulta algo importante a la hora de escoger dónde ir a comer con la familia.
Cenamos 4 por 90€ y solo permiten pago en metálico, espero que les revisen las declaraciones como es debido, esa noche éramos 40 personas cenando aprox
Lugar espectacular.comida casera y buenísima. Comimos las fabes con almejas, las cebollas rellenas, y el pastel de puerros.todo exquisito, pero sobre todo el pastel de puerros al cabrales estaba espectacular. 100% recomendable
El lugar es fantástico, perfecto para aparcar, lleno de vida y en plena naturaleza pero la comida no dice mucho más. Lo que si que vale la pena probar y hacer el desplazamiento es por el pastel de puerros con queso (Creo recordar que se llamaba asi) y es una auténtica delicia. Por lo demás, bien.
El lugar excepcional, la comida riquisima y a pesar de ser la primera vez que íbamos nos sentimos como si fuéramos unos clientes de siempre, una pasada.
Todo muy rico. Entre lo que pedimos el pastel de puerros nos encantó, la tortilla y el arroz con leche. Además los camareros y la cocinera muy amables y muy buen trato.
Fantástico lugar para comer en familia y amigos. Mesas al aire libre en un entorno muy bonito, perfecto para poder mantener las distancias de seguridad. El trato inmejorable y muy cálido. Hemos venido otros años y nunca nos defrauda. Recomiendo el pastel de puerros, el cachopo XL y todos los postres. Repetiremos!
Una experiencia lamentable. Tienen un gran local y habíamos estado el año pasado con una experiencia mejor, pero no repetiremos más. Los camareros, dos chavales jóvenes, no tienen mucha idea de hostelería pero se nota que nadie se ha molestado en enseñarles ni lo mínimo. Cuando llegamos pedimos algo para tomar mientras esperabamos la comida, al pedir Martini mezclado (blanco/color) la respuesta de la dueña fue que eso no era un restaurante, no una coctelería y que no se podía pedir. Bueno, pues pasemos a la parte de restaurante:
La comida ahora se reserva con antelación vía WhatsApp. En nuestro caso era: pastel de puerros al cabrales, una ensalada de tomate y cebolla, 2 raciones de rollo de bonito y cachopo XL para 2.
Los platos te los colocan amontonados en la mesa con los cubiertos y las servilletas y tienes que colocarlos tu.
Sin pedirnos la bebida empezaron a servirnos la comida. El pastel de puerros al cabrales lo sirvieron sin panecillos para untarlo. Hay que usar el pan normal para ello al parecer. Por otra parte estaba excesivamente calentado en el microhondas con lo que el cabrales estaba seco. Posteriormente sacaron la comida de 2 comensales, los rollos de bonito, sin nada de acompañamiento por lo que los otros 2 comensales nos quedamos un buen rato mirando como comían para que no se enfriara la comida. Al rato llegó el cachopo que estaba bien de sabor pero para nada es de tamaño XL teniendo en cuenta lo que se sirve en Asturias. La ensalada tuvimos que pedirla porque no llegaba, cuando nos la trajeron ya no era de cebolla y tomate sino de tomate solo.
Para finalizar, a la hora de pedir cafés no tenían descafeinado, ni de máquina ni de sobre, así que pedimos la cuenta y nos fuimos.
Una pena que un local tan bueno, sobre todo si tienes niños pequeños como es nuestro caso esté tan pésimamente gestionado. Una coctelería no será, pero la palabra restaurante le queda bastante grande.
Una fabada excelente y un servicio esmerado y extraordinariamente complaciente. Trato encantador por parte de todo el personal. La comida es deliciosa, no solo lo que comimos hoy sino otros días. Es recomendable para cualquier tipo de público, ya que el sitio permite que niños y mascotas estén cómodos y sin molestar a nadie.
Sitio muy agradable y con muy buena cocina en medio del campo y con mucha arboleda. Informal, no es lujoso, apto para niños ya que tienen mucho campo y están a la vista. Muy rico el codillo y las cebollas rellenas. Relación calidad precio normal
Merendero de prau (padro). Accesible para todos incluso mascotas. Naturaleza y comida típica asturiana. A 5 minutos de la playa de Tapia y 2 minutos de la autovía Oviedo - La Corña
Cocina tradicional asturiana en un entorno natural. Todo muy bueno, en especial el pastel de puerros, las fabes, la tortilla con pisto de 10, las cebollas rellenas de bonito de cine. Lo mejor, dejarse asesorar por la dueña y a disfrutar del buen comer asturiano.
Sí, comida abundante y buena, lo estropea quien te sirve, si es que está la misma camarera todavía, que te dice lo que has de pedir, cuando y como comértelo
Comida rica, el trato un desastre, la camarera nos dice que no cobran con tarjeta, tenemos que ir al pueblo de al lado a sacar dinero y luego la dueña me dice que le podía hacer transferencia.vamos un desastre. Por no decir, al llegar, mi marido recibe una bronca de la dueña por estar en la puerta para pedir que alguien le atendiera. Y le dice que le da igual que nos vayamos.no nos fuimos porque llevábamos una niña y tenía hambre.que sino.
Un restaurante al aire libre aunque tiene mesas cubiertas. Su carta no cambia pero sigue siendo tan Rica como siempre. Las cebollas rellenas de bonito, pastel de Cabrales, tortilla piña línea (con pisto), o con bacalao, tartas de la casa o de queso, café de puchero. También hay fabas y cachopo XL. Un buen plan si vas con niños, pues tienen donde jugar y correr.
Lugar pintoresco de gastronomía típica asturiana en zona accesible y convenientemente apartada que le confiere un plus de autenticidad. Precioso por dentro, con terraza encantadora directa al monte. Carta de extensión perfecta, con platos típicos y bien trabajados. Pastel de puerros, cebollas rellenas, fabada, arroz con almejas, codillo al horno.se presentan como raciones que se pueden compartir. Manuela, mujer enérgica y amable donde las haya, ayuda a elegir proporcionadamente. Muy recomendable.
Un restaurante increíble de comida tradicional cantábrica. Llevad metálico por que no se puede pagar con tarjeta. Al parecer abre solo en verano y alguna otra fecha señalada. Llamar para confirmar y reservar mesa.
Todo estaba increíblemente bueno pero me gustaría destacar la cebolla rellena y los champiñones con picadillo al cabrales. Por supuesto fabes, cachopo y demás platos tradicionales.
Muy recomendable para ir en familia ya que es muy tranquilo y tiene un gran patio donde los niños disfrutarán.
Comida casera, muy buena y bien de precio. Entorno privilegiado. La dueña bastante curiosa por decirlo de alguna forma. No paro de echar broncas a todo el personal, clientes y camareros. La verdad es que nos pareció curiosa la situación y mi hijo no paró de reirse.
Manuela es una anfitriona estupenda que lleva 30 años tratándonos igual de bien. Las cebollas rellenas y el pastel de puerros no pueden faltar. Después, cualquier opción es ganadora.
He sido a una fiesta y desde el minuto uno mucho caos, la señora de los ticket gritando, quejándose del público en voz alta, detalle para mí de mal gusto. Una barra para bebidas muy pequeña para lo necesario, teniendo en cuenta los que estábamos allí, haciendo cola bastante rato y la bebida caliente. No comprendo para qué aceptar tantas reservas, si no se puede gestionar bien un evento.
Llegamos por casualidad a este sitio. El lugar precioso, pero había muchísimas moscas. En cuanto a la comida diría que regular. Las cebollas rellenas estaban ricas, pero el cachos XL que parece ser un reclamo estaba algo crudo y con bastante líquido de haber sido des congelada. Nos atrevimos con el postre, un arroz con leche seco con una capa de azúcar que podrías masticar. La ubicación nos encantó, pero si fuera por la comida q probamos no volvería.
Comida tradicional asturiana casera casera, sitio muy recomendable para ir a comer bien y con crios. Tiene un prao grande y sin peligro pa que corran. Necesario pedir: las cebollas rellenas de bonito, fabada bien sea tradicional o con almejas y el descubrimiento de este año para nosotros los vhampis con picadillo y cabrales.estaban soberbios. Le pongo un 5 porque no puedo ponerle un 6. El cafe es de puchero, no es nuestro preferido pero bueno.nos vale. No se puede pagar con tarjeta pprque no hay buena cobertura.lleven efectivo.
Carta corta pero original y muy rica, la tortilla y las cebollas rellenas son muy buenas luego hay una tortilla de.postre espectacular. Tiene una finca enorme ideal para ir con niños, la dueña es muy agradable.
Comida casera increible, ademas se preocupan por hacer postres de 10 sin gluten y cachopo perfecto. Uno de los mejores sitios que he comido ademas del paisaje.
Expectacular el sitio y entorno, comida muy buena a precios normales, ni es un sitio barato ni muy caro, no puntuo 5 estrellas porque no acepta tarjetas porque no les llega la cobertura
Aunque se olvidaron un poco de nosotros al principio porque estaban hasta arriba, la espera mereció la pena. La comida exquisita y la dueña y el personal, muy amables. Muy recomendable
Tiene una buena terraza, esta en el campo un sitio muy bonito, comimos allí 4 amigos, recomiendo las cebollas rellenas, el cachiporra, las albóndigas de atún, francamente muy bien, comida casera deliciosa.
Bonito para ir con niños Buen sitio para comer o cenar, tiene una terraza muy agradable y un jardín enorme para que correteen los niños sin molestar a nadie y la dueña me pareció encantadora. Muy buen servicio, rápido y todo bueno. Para pasar una comida tranquila con niñoses perfecto.
Un restaurante con más de 40 años de funcionamiento. Sirven comida casera tradicional exquisita y aún precio inmejorable. La ubicación es de ensueño en la que pueden jugar y corretear tanto niños como perros (que son bienvenidos).