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El hotel está muy bien, pero carece de aire acondicionado, por lo menos en nuestra habitación y aparte de otra serie de pequeños detalles que es por falta de mantenimiento. Tampoco fue muy bueno el servicio de cafetería ya que su horario era escaso y el personal casi nunca estaba. Falta de personal. A su favor la atención de la recepción fue excelente, la comida excelente, el desayuno excelente, os recomiendo coger como mínimo el pack de alojamiento y desayuno. Las vistas inmejorables, como si estuviéramos en un cuento. En general bien,
Un lugar increíble donde alojarse, a parte un trato increíblemente humano por parte de la dirección, concretamente quería hacer especial mención a Jesús
Fuimos a comer ayer en el chuchu rest ya que llevamos nuestros dos perros El chico que nos atendió (de gafas y algo de barba) encantador.super dispuesto, atento, amable.de 10 La comida espectacular y el sitio precioso
El dia16 de agosto fui a comer en el chuchires y salí encantado trato por parte del camarero excelente, la idea de comer con tu perro fantástica La pega que al salir pare a mirar en el cartel que tienen informativo del paisaje, ladró tres veces mi perro, salió un señor relacionado con el hotel y me invitó a salir del recinto, Fatal por su parte
Lugar muy tranquilo y pintoresco donde lo más adecuado es hacer rutas de senderismo. Merecen muchísimo la pena los paisajes y adentrarse en la frescura de los bosques de montaña.
Estuve con mi hija disfrutando unos días; un paisaje y unas vistas increíbles, una atención maravillosa y exquisita por parte del personal. Destacar la amabilidad de Ángeles y por poner alguna pega, Jesús (el Director del Hotel), fue bastante serio y seco con nosotras. En general todo fantástico, los desayunos muy, muy buenos. Sin duda, repetiríamos. Muchas gracias por todo!
El trato con el cliente impecable, y la comida de su restaurante de 10, además un paraje incomparable, y las instalaciones respetando la arquitectura del lugar, recomendado 100/100
Habíamos reservado con terraza y se despistaron y nos dieron sin ella pero la cambiaron sin problema. Trato correcto, nos prestaron un cargador y unos cepillos de dientes. Cama cómoda y muy buenas vistas
Precioso hotel con restaurante con vistas y opciones veganas: pedimos la ensalada de frutos rojos (sin el queso), la parrillada de verduras y el wok de verduras. Echamos en falta alguna opción más contundente como un potaje con legumbres y verduras o algún arroz con setas por ejemplo. Pero quedamos bien. Buena selección de vinos también. Genial servicio y atención. Recomendable reservar.
La habitación amplia, limpia y con terraza. El personal del hotel encantador, la cena y el desayuno excelente, rico y abundante. Gracias a todo el personal del hotel y a Jesús por todas sus recomendaciones de la zona. Para repetir sin duda, gracias por todo. Saludos de los Corbechones, Laura y Gemma.
Comimos hoy en la parte del restaurante que es #petfriendly. La comida deliciosa, y un producto de muy buena calidad. El camarero muy amable y simpático. Las vistas, impresionantes - es Asturias. Agradecemos poder comer en un lugar donde también nuestros familiares perrunos sean bienvenidos. Este lugar es de 10.
Hotel muy bueno, aunque necesita mantenimiento en el baño, la grifería no cerraba bien del todo, no funcionaba el hilo musical en el baño, Por lo demás muy bien, desayuno y comida muy bien.
Las vistas desde la terraza son espectaculares, la comida buenisima el desayuno fenomenal y la atención de julio y Jesús los camareros fue estupenda lo recomiendo para unos días de tranquilidad
Fuimos a comer al restaurante por que el menú tenía buena pinta y el lugar parecía bonito en las fotos. Y no nos equivocamos; el lugar es precioso y tiene muchísimo encanto. Parece que entras en un castillo medieval. Me quedaron ganas de hospedarme allí. La comida muy rica y de gran calidad. El personal muy amable y profesional; a pesar de que había mucha gente y estaban bastante apurados nos atendieron súper rápido y con mucha amabilidad. Las vistas inmejorables: era un día nublado y el paisaje de la montaña era mágico. Estoy deseando volver para hospedarme y vivir la experiencia completa.
El sitio 10, total descanso y paz. La gente muy amable y la habitación con terraza un acierto para leer y disfrutar de la tarde. Paseo por la ruta del agua y comida espectacular en el restante: cachopo, verduras y fabada. Muy bien!
Magnífico hotel situado en el municipio de Taramundi. Tranquilidad y rodeado de un paraje natural de grandísima belleza. Se come genial. Ideal para cambiar de rutina y pasear con nños. No te puedes ir sin visitar sus casas de piedra y la pequeña iglesia. Totalmente recomendable.
Sencillamente maravilloso! Precioso hotel rural en un entorno privilegiado, con unas vistas impresionantes desde las habitaciones e instalaciones comunes. Un remanso de paz y de belleza. La habitación fantástica, amplias y comodas, en particular las que tienen terraza (cubierta). Una delicia el desayuno en la terraza del restaurante por su contenido y por las vistas. Un servicio atento y amable. Imposible no repetir.
Reconstrução fabulosa de uma antiga casa senhorial rural do cura da aldeia de Taramundi. Com todo o conforto moderno e vista para a aldeia, vale e serraria em volta. Comida excelente. Casal proprietário muito eficiente e atencioso.
Hotel muy acogedor y con vistas espectaculares. El trato recibido por parte de todos los trabajadores inmejorable. Excelente desayuno y comidas en general. Destacar la simpatía del camarero.
Pongo 5 estrellas por qué no puedo poner 10. El trato de la señora y el señor increíble. Las habitaciones espectaculares y las vistas alucinantes.sin duda lo recomiendo 100%
Me ha encantado, localización y vistas excelentes. Tomamos un queso de Taramundi para empezae, escalopines al Cabrales y cachopo. Buena calidad y buen servicio.
El flan de requesón excelente, por poner un pero, estaría mejor con menos cantidad de caramelo, esconde el maravilloso sabor del flan.
Totalmente recomendable. Nos quedó el gusanillo de quedarnos a dormir.
La experiencia ha sido perfecta. Tanto por instalaciones como trato del personal. El servicio de cocina y el entorno. La ubicación es fantástica con una panorámica increíble del pueblo y parte del valle. Los desayunos te dan energía para el resto del día. Y la carta para comidas y cenas aunque es corta, tiene una calidad envidiable.
El restaurante se encuentra en un sitio privilegiado, con unas vistas maravillosas. El trato y la comida fueron exquisitas. La fabada estaba deliciosa y el patio exterior es perfecto para tomar algo antes de comer. Volveríamos sin dudarlo.
Lugar precioso, comida exquisita (raciones enormes) y trato por parte de los camareros inmejorable (Samuel fue muy agradable y profesional). Repetiremos sin duda.
Las ventanas en La Rectoral son mágicas. Permiten atravesar muros espesos, oscuros, que separan el confort, el calor, el aroma del llar, del día abierto y perfumado.
Buena cocina y local con muy buenas vistas. El camarero que nos sirvió la comida, parecia estar amargado, demostrando muy malos modos. Sin embargo tanto el señor que servia las bebidas como la señora de recepción del hotel son unos grandes profesionales demostrando en todo momento una constante predisposición. Es una pena que en un lugar como este tengan un camarero de esas características ya que no solo fue una apreciación nuestra sino de las otras mesas colindantes. Gracias
He tenido la suerte de conocer este paraje hace años y he de decir que su situación actual ha empeorado considerablemente. Esta vez no nos alojamos y fuimos sólo a comer. En primer lugar, y considerando la situación de pandemia actual, NO habilitan zonas al aire libre para comer, sólo interiores. No nos dieron ninguna razón y espacio hay de sobra. De hecho en nuestra anterior estancia sí era posible comer en unos balcones descubiertos. Descartamos la comida y optamos por un café en la terraza, esta sí al aire libre. Cuando preguntamos qué podíamos tomar sólo ofrecían café y helado. Nada más para acompañar el café en una zona espectacular. El camarero me confeso que no entendía la razón de esta carta tan exigua, pero que es lo que había. Por último y para terminar la jornada, cuando terminamos el café quisimos dar una pequeña vuelta por los alrededores (literalmente, no bajar al pueblo) y dado que había aparcado en los soportales de la entrada les pedí permiso avisándoles que serían unos 15 minutos. Craso error: El empleado que en principio aceptó la solicitud, nos persiguió literalmente por el recorrido insistiendo hasta llegar a la mala educación en que dejáramos la plaza libre. No había nadie más esperando para aparcar, había más plazas de parking y viajábamos con nuestra hija de 5 meses por lo que la movilidad era reducida. Una falta total de empatía y atención. Justo antes de esto comentábamos que podríamos volver a pasar un fin de semana: descartado. Mi mujer se arrepintió hasta de haber dejado propina. Una decepción total. Espero que al menos el personaje en cuestión esté feliz con su preciada plaza de parking, aunque más les valdría mejorar la atención al cliente.
No hemos estado en el Hotel pero sí en el restaurante porque estamos de paso y hemos comido fenomenal. Tanto el trato como los platos, fantástico. Soy muy fan del arroz con leche, y este estaba muy rico. El entorno es magnífico. Nos hemos quedado con ganas de hacer noche. Volveremos. ¡Muchas gracias!
Es mi hotel favorito de cuantos conozco. Estuve hace 25 años y he repetido ahora, con la misma sensación de estar en un lugar único en el mundo. Todas sus habitaciones Dan al valle, con amplio ventanal que cubre toda la fachada exterior. Desearas quedarte allí para siempre. Además se come de maravilla.
Impresionante, empezando por el sitio y continuando por la comida. Los entrantes de lujo, unas zamburiñas y queso de Taramundi, los platos generosos, el cachopo tiernísimo y un risotto cremoso con un sabor espectacular. Los postres, como no podía ser de otra manera, para no dejar ni rastro en el plato. La atención del camarero espectacular, hay que dejarse recomendar sin ninguna duda. De estos sitios en los que no piensas en lo que te va a costar porque disfrutas comiendo. Recomendable al 100%.
Comimos en su "Chuchorest" una zona donde puedes comer con tus perros tranquilamente. Tienen camitas y bebederos. Un sitio precioso, hay una terraza con unas vistas estupendas. La comida muy rica y buenas raciones.
Al terminar la visita al Museo de la Cuchillería de Taramundi, fuimos a tomar una cerveza en la terraza del hotel, no sólo nos permitieron pasar con nuestros 2 perros, sino que tienen uno de sus comedores, dedicados a ellos!
Comimos muy bien, el trato fue fantástico. Muy buena recomendación el Pitu de Caleya (pollo autóctono y no alimentado con pienso) y las zamburiñas, espectaculares! En el Chucho Rest, los perros gozan de nuestra compañía, una cama y cuencos para agua y comida.
Lástima la iluminación del comedor pues desmerece el momento. Se hecha de menos una luz más natural o cálida, que permita vernos las caras, sentirnos más cómodos y fotografiar sin tanto efecto, su carta
Un lugar que vale para pasar un rato agradable en su terraza con unas vistas impresionantes de la zona, o para pasar varios días en un entorno precioso con diversidad de opciones, visitas, senderismo, paseos a caballo. Digno de visitar.
Remanso de paz y descanso total en la frontera de Asturias y Galicia. Especial y delicada atención al cliente tanto en recepción como en restaurante. Muy bien preparado en relación al coronavirus.
El entorno y las vistas son preciosos, es por lo que no entiendo que en las habitaciones, entre el dormitorio y el patio hayan puesto una pared con un espejo que impide ver desde la cama. En general un poco viejo todo. La cama es cómoda. El desayuno muy bueno, pero el restaurante no tanto. La atención del personal bastante buena.
La atención regulera, a pesar de que atendieron justo antes de a mi a dos chicos que fueron algo bordes y que pagaron con tarjeta aún sin llegar al mínimo que les dijo el camarero a partir del cual cobraban con tarjeta, después intentando ser amable para relajar los ánimos, al ir a la terraza, a los susodichos les bajaron unos frutos secos, dejándonos a nosotros con u palmo de narices. Vamos si queréis algo de picar con la consumición poneos chulos, funciona, la cordialidad por lo visto no. El detalle bastante feo
Tanto el trato del personal, limpieza y orden en las habitaciones y sobre todo las vistas desde las mismas y la tranquilidad que se respira en todo el entorno, hacen de la Rectoral un lugar para " perderse" y desconectar del mundo y olvidarse de todo.
Obviamente no es uno de los bares del pueblo, se trata de un hotel de 4 estrellas, lo que se nota en el servicio, emplatado, calidad del producto, precio y demás. Aún así creo que merece la pena por el encanto del lugar, lo bonito del edificio y por ser el primer refugio que hubo en Asturias. La comida rica y abundante, falta la foto del frixuelo relleno de helado de vainilla con chocolate caliente que estaba para chuparse los dedos.
Ubicación espectacular. Magníficas vistas. Buena decoración rústica con piezas antiguas de considerable valor. Es posiblemente uno de los alojamientos rurales más antiguos de España. Hotel rural de 4 estrellas.