Hotel rural Valle de Lago

Un lugar muy tranquilo y Natalia que es quien lo lleva, es encantadora. Los desayunos son muy buenos, abundantes y caseros. Las habitaciones de buhardillas (las más caras) son una pasada, y se duermen estupendamente. Son muy amplias.
Se encuentra cerca de la ruta del lago del valle.

Excelente! Pasamos dos noches y tres días encantados, habitación estupenda, desayunos espectaculares con especial atención a nuestra hija celíaca. Muy amables y pendientes en todo momento, muy hospitalarios nos hicieron sentir como en casa y deseando volver. Mis hijas encantadas ayudando a transplantar las plantitas.
En su restaurante, Las Duernas, todo buenismo fabada, cachopo, calamares, postres, un diez! El entorno espectacular tranquilidad total y desconexión máxima.
Gracias 1000! Xavi, Ana, Marina y Anita.

Estuvimos el fin de semana en Valle de Lago pero no alojados en su hotel debido a que lo intentamos pero lo tenía todo ocupado.y cómo no! A pesar de esto, nos dio de desayunar, comer y cenar (ya que no comemos carne ni bollería industrial, lo único que nos ofrecían en los demás sitios, y se negaban a darnos más cosas). Madre mía! Qué comidas más buenas, 100% caseras, hechas por Natalia con amor a su profesión, la cocina. Lo más bonito de todo es cómo te lo transmite y puedes ver que vive todo lo que hace. También, nos encantó su cercanía, y la de Mario, que nos acogieron muy bien durante nuestras "estancias gastronómicas ". Por lo tanto, no podemos estar más agradecidos a los dos, porque hacen muchísimo esfuerzo para estar ahí, ellos solos y durante todo el día. Infinitas gracias
100% recomendable!

Hotel encantador en un paraje de cuento. Hemos estado genial. Todo muy limpio y desayunos muy ricos. En el Restaurante que regentan tambien Natalia y su hermano Mario se come espectacular! Mi hija es celiaca y tanto desayunos como comidas muy bien. Trato exquisito de Natalia. Nos ha encantado tambien la habitacion. Muchas gracias!

Todo genial! Un hotel muy acogedor, la dueña maravillosa y la comida espectacular! Muy recomendable y esperamos volver pronto.

Excelente Hotel, servicio y trato. Natalia es encantadora, cariñosa y estás como en tu casa. Tiene un restaurante a 1 km se llama Las Duernas y se come.madre mía como se come, no te pierdas los postres! ;) 10/10

Venimos encantados!

El hotel genial y el restaurante aún mejor, fuimos un grupo de moteros y la anfitriona nos trato fenomenal.
Parking para las motos, las habitaciones muy bien, el cachopo, el bacalao y las ensaladas buenísimas, nos pusimos hasta arriba. Todo al lado, te puedes tomar un cerveza y no tener que conducir, después de un día de curvas: D

El hotel está situado en un lugar precioso. Trato inmejorable por parte de la dueña, muy familiar y cercano.
La habitación que ocupamos, muy amplia y cómoda.

Pequeño hotel rural muy acogedor, cómodas habitaciones limpias y ordenadas, amable y familiar la atención sus dueños, excelente desayuno.

Comida casera buenísima y un trato estupendo. Fuimos a cenar después de estar todo el día caminando y el día no podía haber acabado mejor. Muy recomendable.

Muy buena experiencia Natalia la Dueña muy maja y atenta si algo falta se lo pides sin problemas, apesar de llevar poco tiempo abierto, todo limpio y recién pintado, los desayunos incluidos en el precio, muy ricos con café de Puchero como el de los pueblos de antes, y cocina muy rico en el Restaurante de arriba a un kilometro. Volveremos

Como en casa, Begoña, la dueña, muy cercana y familiar. Se duerme y se come bien y en un entorno precioso. Repetiremos

Un trato genial por parte de la dueña! Limpio y tranquilo, cerca de la ruta del lago Valle y a 45 minutos de los lagos de Saliencia.

El Hotel de montaña Valle de Lago se encuentra situado en el Parque Natural de Somiedo en el pueblo del mismo nombre, Valle de Lago, a unos 8 km de Pola de Somiedo, capital del concejo.

El hotel ocupa un contundente edificio de piedra que en su día fueron las antiguas escuelas del pueblo y que, en los años 90, fue transformado en hotel por el ayuntamiento de Somiedo como iniciativa para activar el turismo en la zona.

Ha sido renovado y decorado en el año 2012, y en la actualidad cuenta con nueve habitaciones, de las cuales dos son suites que ocupan el piso superior; mientras que el primer piso cuenta con cuatro habitaciones dobles, dos de ellas con dos camas individuales y otras dos con camas de matrimonio y finalmente tres individuales.

Todas ellas cuentan con baño con secador, TV, conexión a Internet, calefacción, etc. Así mismo, cuenta con un acogedor salón para disfrute de nuestros clientes con una pequeña barra de cafetería, sillones, TV, chimenea, etc.

También dispone de un pequeño comedor donde podrán degustar los platos típicos de la zona como la fabada, el pote de berzas, las distintas sopas de la casa, embutidos tanto de cerdo como de vaca, carnes de la ternera asturiana de los valles en sus diferentes presentaciones y los postres caseros como el arroz con leche, la tarta de queso o los borrachines.

La ubicación del Hotel es perfecta para realizar excursiones. La dueña, Begoña, muy amable y atenta a todas nuestras necesidades, como si te conociera de toda la vida. Comida muy casera y rica. Recomendable 100%

Fuimos en invierno (temporada baja) hace varios años y es un lugar espectacular, el entorno nevado y para desconectar 100%. Begoña te hace sentir como en casa, amable y cálida, su comida casera es como la comida de una madre los domingos.
Mención especial a las carrilleras!

Hotel en el que te sientes como en casa por el trato familiar, pero además con habitaciones rurales de calidad.

Estuvimos el año pasado, pero ha empeorado mucho. Las instalaciones siguen igual (habitación muy pequeña), y el desayuno muy bueno, pero la limpieza es nefasta. El día de la llegada ya encontramos en la papelera una bolsa que no era nuestra, pero es que, al día siguiente por la noche.toda la papelera seguía como la habíamos dejado por la mañana.

Hotel con mucho encanto, ubicado en sitio de ensueño, ideal para hacer senderismo y conocer el Parque Natural. Lo mejor sin duda la dueña Begoña y su cocina. Comimos todos los dias y nos trató como a sus hijos. El cachopo y el cocido para llorar de Felicidad.