La Belmontina

Tapeteo, autentico,
Lo que prefiero.las parrochas.
La fabada bien, ración suficiente para uno.
La señora que atiende es un encanto, nada de conachadas.

Terraza al lado de la catedral de Oviedo con tapas típicas. Destacar las parrochas con jamón y unas buenas croquetas.

Mi experiencia no ha sido buena, ya que llegamos a las 22: 45 y pedimos 4 copas de cervezas y preguntamos si podemos picar algo, la contestación por parte de la mujer que está en la barra es que la cocina está cerrada y tampoco es posible servir en la barra. A las 23: 10 llega una pareja y le pregunta al chico si está abierta la cocina, le dice que si y flipamos en colores. Tomamos nuestra cerveza y marchamos indignados. LAMENTABLE!

Fui con mi pareja a almorzar. Nos atendieron relativamente pronto y pedimos croquetas, el plato de la aldea y garrocha. De esta última no había porque el día anterior no salieron a faenar, algo normal ya que era lunes. La camarera, muy simpática, nos dijo que habíamos pedido mucho para dos, por lo que al final fue media de croquetas más el plato de la aldea. La calidad de la comida no era nada del otro mundo y la carta bastante escueta, pero para salir del paso estuvo bien.

Llegamos por casualidad para tomar unas sidras y al dia siguiente volvimos, por la sidra, por los pinchos, por el precio y por el personal, amable y atento. Una sidreria con solera
Si llegamos a conocerla antes de ir a Oviedo, habriamos reservado para comer.

2 horas para sacar la comida, que luego no era para tanto, el sitio cutre a más no poder y no más barato que los restaurantes que lo rodean.

Es el último chigre de verdad que resiste en Oviedo. Se come comida casera de verdad, de la que te haría tu abuela. Para mí de los mejores restaurantes que tienes en Oviedo para ir a comer.

Comida casera de 10, la carne guisada y la tortilla mención eapecial, pero sin duda lo mejor la atención. Juan el mejor camarero!

El camarero es un maleducado, llegamos a la hora de la reserva y no teníamos mesa, por lo que tuvo que levantar a la gente que estaba sentada, algo bastante desagradable ya que acaban de pedir.
Estuvimos esperando una hora para que el camarero nos trajera las bebida y nunca llegó a tomarnos nota de la comida, después de una hora esperando le llamamos la intención por la espera. Debo apuntar que la terraza estaba vacía y nadie estaba comiendo, por lo que no entendemos la demora. Cuando le llamas la atención nos contesto de muy mala formas y nos invito a irnos. Cero recomendable, un trato vergonzoso

Felicito a quienes hayan logrado comer aquí, habéis tenido mucho más aguante que yo, he estado, 10 minutos esta mañana y me han sobrado 9 para saber que no debo perder mi tiempo en locales regentados por gente tan maleducada y soberbia. 4 veces pedí que me atendieran y 4 veces fui ignorado, ni una mirada ni un "un minuto" y no estaba precisamente lleno el local, lo que si estaba es algo sucio pero eso me suele dar un poco igual, es parte del encanto de una taberna, pero también es típica la buena atención y aquí brillaba por su ausencia. A punto estuve de deciroslo a la cara, pero seguro que os presta escuchar que tratáis mal a quien queréis y el negocio os funciona igual porque está a 30m de la catedral, así que desde aquí mi más sincera recomendación de que no deis dinero a gentuza, para eso ya están los bancos.
PD: los callos tenían buena pinta, a ver si os artais de comerlos cuando os chapen el chiringo.

A ver, es cierto que puedes encontrarte con encargadas/os más amables y complacientes en Oviedo (de verdad es lo más importante? ! Algún empleado/a del local es espectacularmente agradable.) Lo que está claro es que es de los locales más antiguos y auténticos de la capital. Siempre merece una visita. Este tipo de locales hay que respetarlo y conservarlo

Comida casera de verdad, clásica y bien hecha. Trato muy amable. Solo un fallo, la ventilación es mejorable, sales oliendo a comida. Resto excelente.

El camarero es un chulo mie.rda, lo siento por la señora de la barra si es familia suya, tiene que ser doloroso compartir tiempo con ese tipo. Espero que lo despida pronto para que no mande el negocio a pique. Los platos tenían buena pinta, pero nos quedamos sin cenar por culpa del susodicho.

Le doy una estrella por dar algo, el otro día estuvimos allí tomando algo en la terraza y qué decir del impresentable camarero que nos mal atendió, maleducado, grosero y de mala leche, no sólo con nosotros porque vino el trato recibido por otras personas.vamos todo un "profesional". Sino es familia de los propietarios yo no dudaría de ponerlo de patitas en la calle.

Chigre de toda la vida. Sitio auténtico, las mejores tortillas y la mejor carne guisada. Gracias Juan por el servicio! Majísimo!

Vergonzoso el trato en este bar, de pelicula. Hicimos una reserva a las 9: 30, la cual decían que no existía, nos dieron mesa a regañadientes, dando patadas a las sillas y mesas como un energúmeno. Hasta que sacamos el registro de llamadas. Como le faltaban sillas se las quitó sin preguntar a unos ya sentados en la terraza, ellos también se quejaron y les echó. Estuvimos una hora para que nos tomara nota y ni nos puso las bebidas. Le dijimos algo y nos empezó a contestar super mal y nos echó también. Alucinante, no tenemos palabras. Y toda la terraza mirando.

Entramos a tomar una caña, el camarero, un chico moreno, estaba atendiendo a una chica con unos modales y un trato indignante. Lamentable tratar así a los clientes, decidimos irnos del local.

Bar Asturiano, junto La Catedral, con mucho sabor, oficio, materias primas de mercado, fabada y sidra. Libre de barreras a la movilidad especial

Nos encanta La Belmontina. Visita obligada mínimo una vez al mes a comer los escalopines con cabrales y la carne guisada. Esta vez también pedimos rollo de bonito. Espectacular. Hasta la próxima!

Muy cerquita de la Catedral, comimos allí de casualidad, atraídos por los pinchos de tortilla de chorizo que vimos encima de las mesas.espectaculares! Sidra rica, y comida casera de la de toda la vida, buena buena. Recomendable.

Sidrería tradicional de las que casi ya no quedan. Comida casera, sin lujos ni modernidades superfluas pero de muy alta calidad.

Un clásico en Oviedo. El pincho de tortilla. También buenos guisos. En verano rollo de bonito. Difícil encontrar sitio en festivos.

Día de agosto, comida en interior. Tardan en atender, en servir y además con mala cara. Respuestas poco hospitalarias y la comida bastante normal (las rabas eran congeladas y el jamón escaso y nada especial). No repetiría ni lo recomiendo, pese a las reseñas que dicen lo contrario (entiendo que si pides fabada asturiana es ideal, pero si quieres algo distinto ve a otro sitio).

Hace unos años estuvimos ya aqui, hemos vuelto y la comida sigue siendo espectacular. Comida casera, sabrosa y con raciones grandes. Además está bien de precio y situado al lado de la catedral. 100% recomendado.

Muy buena comida a muy buen precio. El sitio es fantástico, el personal encantador y con muy buen ambiente.

Nos sentamos a tomar un café en la terraza con un perro y han tenido el detallazo de traerle a él unas golosinas ¡que gran gesto!

Clasico entre los clasicos de Oviedo. Terraza muy agradable y sofisticada en un entorno inmejorable. Ofrecen una sidra excelente a un precio normal, sin esquilmarte como en otros lugares.

Me gustó la sidra del lugar y el establecimiento es muy parecido a un típico chigre asturiano. Pero con lo que no me sentí cómodo fue con la actitud de la camarera: cuando pedíamos sentíamos como si molestaramos. Teníamos que pedir dentro cada vez que queríamos una botella y no escancian la sidra.

Todo muy rico, platos abundantes, muy bien de precio. Éramos un grupo y comimos rollo de bonito, tortilla de patata, escalopines al Cabrales y carne guisada. Todo perfecto.

Empezamos con botella de Sidra, servida por la misma dueña, choricillos a la Sidra.
Y el Plato de la Aldea (patatas, con huevo y chorizo del bueno)
Volveríamos sin dudarlo, atención muy buena.

Lugar de siempre. Con sidra excelente, comida casera y ensalada fresca.para mí sin lujos, pero un verdadero lujo.

Una pena no poder puntuar la comida porque ni siquiera pudimos sentarnos. Una de las empleadas actuó de forma muy maleducada. Íbamos por las buenas valoracioes y ni siquiera llegamos a sentarnos con su actitud al atendernos.

Da gusto encontrar sitios así. Tienen unas tortillas expectaculares, gente muy amable, Tenéis que probar la tarta de queso, pedimos 1 para compartir y luego otra.

Estupendo para tomar algo y comer un pincho mientras disfrutas de las vistas de la catedral de Oviedo

Para comer bien, para tertulias, para relajarte en su terraza al lado de la catedral, uno de esos sitios que nunca deberían desaparecer

Mítico sitio de Oviedo que pasan los años y sigue ahí con una excelente calidad. Tienen varias tapas y platos típicos caseros muy bien de precio y siempre ricos. Las vistas a pie de la catedral de Oviedo sin inmejorables. Siempre buen ambiente.

La persona que nos atendió muy amable y eso que estaba ella sola. Comida rica y bien de precio. Volveremos.

La Belmontina, en Oviedo, es un bar de los de toda la vida. Iluminación con tubos fluorescentes como los que había en las cocinas de las casas o pisos en los años 60. Tienen un pequeño comedor en la parte superior que se extiende también a la planta calle. También terraza con sombrillas grandes y toldos que funciona incluso en invierno. Sólo pudimos probar la tortilla con chorizo (correcta) y las croquetas (ricas y cremosas pero con un rebozado muy gordo). Con sidra que escancian ellas, por supuesto. Precios muy buenos.
El problema vino cuando, al estar en barra por no haber mesa disponible, nos dijo la "chica joven" que solo podíamos pedir tortilla, croquetas o rabas. Tienen otros platos (callos, fabada, etc) pero, sin decirnos por qué (por estar en la barra, vamos) no pudimos pedirlos.
Al preguntar a la otra persona que atendía (la señora mayor de pelo corto), al menos conseguimos una carta y sí que nos ofreció todos los platos de la misma. Sin embargo, fue rápidamente reprimendada por la otra, por lo que nos quedamos con las ganas de probar más raciones.

Salimos con la impresión de que no les gustan los forasteros.

Una lástima. Íbamos a volver pero con el trato recibido, imposible.

Un clásico ovetense por su ubicación y su solera. El último local "auténtico" de la ciudad.
Su cocina está sobrevalorada pero para tomar algo es un valor seguro.

Las carrilleras deliciosas, paramos por casualidad y nos quedamos sorprendimos con la cantidad y la calidad. Tenían pan sin gluten, lo que se agradece mucho!

La responsable es una chica joven encantadora. Tienen unos pinchos de chorizo un poco picante RIQUISiMOS

Chigre histórico y auténtico en pleno centro donde sirven riquísima comida casera a un precio muy económico.

Qué tortilla, por Dios. ¡Qué tortilla!
Sidra viene, sidra va. ¡Aquí se podrían firmar contratos millonarios!

Casero, muy bien de precio y buenissimo, desde la cecina a la parrocha, pasando por los escalopines al cabrales

Un descubrimiento. Al lado de la Catedral, una carta con las tapas y platos de toda la vida y sin tonterías.
Pedimos y ya la camarera nos aconsejó que era demasiado con lo que cenamos media de parrochas y una de escalopines al Cabrales. Más que suficiente para dos personas, puesto que las raciones son abundantes. Las parrochas estaban muy buenas y nunca había comido unos escalopines tan tiernos.
La única lástima es que ya estábamos tan llenos que no pedimos postre, porque tengo entendido que su tarta de queso está muy buena.
Si a ello le unimos unos precios que no tienen comparación en la zona ya lo digo todo.
Sin duda para reoetir

Lugar emblemático para la ciudad que mantiene su característica de bar de barrio. En la terraza puedes ver a 4 chicas jugando a las cartas, un anciano tomándose un café o amigos disfrutando de una botella de sidra.

Sorpresa! Un pequeño sitio muy bien localizado. En los pequeños chigres es donde mejor se come y este lugar hace referencia a cierto dicho.

Un sitio tradicional del Oviedo antiguo, con una cocina muy básica pero excelente El sitio puede engañar de la entrada por la puerta, no conviene llevarse por las apariencias.es lo mejor de Oviedo. Buena comida, buen servicio, buenos precios y buena ubicación.

Todo calidad y cantidad y muy buen precio, son muy atentas muy profesionales, no dudar en pasar por este sitio repitireis

El bar de toda la vida, con platos muy ricos.hechos como en casa. Terraza con vistas a la catedral perfecto para tomar vermut al sol y picar algo. Si te gusta la tortilla.el picho muy rico; si hace frío.pide un caldín calentito.

Un lugar perfecto para tomarse jn caldin calentin y un trozo de tortilla riquísima en una compañía genial. Animaossss

Barin de siempre, imprescindible de visitar. Forma parte de la historia de los bares de Uvieu. Buena sidra y una tortilla de patata exquisita

Los sesenta y seis años cara al público es aval de garantía que diariamente se constata y ojalá cumplan el centenario, yo no lo veré pero futuras generaciones tendrán esa dicha. Pero volvamos al momento presente, el Principado tiene una cuna gastronómica en un enclave de envidia, casco viejo, cerca de la Catedral, casi tocar el Cielo con las manos, exquisitos manjares a precios económicos, ir sin prisas, disfrutar de los pláceres de la buena mesa, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy y si no puedes no tardes tanto. Sinceramente: vale la pena.

Un sitio de toda la vida con unas tortillas de patata espectaculares al igual que su tarta de queso. Uno de mis sitios preferidos de Oviedo, no apto para escrupulosos y escrupulosas.

Bar mítico y con personalidad, de los que ya no quedan en los centros de las ciudades. Buena comida casera.

Sitio clásico para picar algo, tomar un vino y sobre todo gran ambiente para jugar a las cartas

Un bar, casa de comidas clásico, de siempre, que últimamente vuelve a estar muy de moda. Muy concurrido tanto en su terraza frente a la catedral, como en su añejo interior. La comida es casera y tradicional. Los callos están buenísimos, cumplen la regla de las 3 pes: Pequeñínos, picantinos y pegajosinos.
Un bar a proteger. Ya quedan pocos así.

Tiene una carta muy pequeña y puedes encontrarte con que la mitad de los platos estén agotados, quedándote prácticamente 2 o 3 raciones para elegir. También da la sensación de que van siempre con prisa.

El último sitio auténtico que queda en Oviedo. Con eso se dice todo.

Os recomiendo si el tiempo lo permite la terraza, aunque dentro el ambiente es muy entrañable. La tortilla espectacular.

Comida casera rica, sitio auténtico, localización privilegiada y una persona atendiendo que es maja no, lo siguiente). Nos encanta

La sidra muy rica, la camarera muy seria pero correcta y educada. Podrian poner algo para picar y quizas tendrian mas clientes.

El chigre muy mítico, camarera con poca sonrisa se nota que está haciendo horas a cascoporro, pero claro, es suyo el local, luego hay que pasar aunque sea a una sidrina

Genial, barato, buenísimo todo. No hay gran variedad de cosas pero lo que hacen lo hacen muy bien. Raciones generosas. Nosotros comimos 5 por 38€ con bebidas y postres. Estupendo

Barato no, lo siguiente. Comida casera en pleno centro, buen trato. Abundante, bueno y BARATO. Tarta de queso deliciosa, por 3 euros! Comes por menos de 15 euros por comensal. No esperes lujos ni refinamientos

Ambiente familiar. Perfecto a cualquier hora del día. Si llevas a tu perro, se lo pasará mejor que tú. Terraza con vistas a la catedral.