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La comida genial hemos comido croquetas, cachopo y carrilleras. Todo buenísimo! Nos llovía, estabamos con nuestro perrito y nos dejaron comer dentro. La verdad que todo excelente! Lo recomiendo 100%
Hoy fuimos a ver la cuevona, y a la vuelta paramos a comer en la Madreña. La verdad que no había mucho para elegir, no había menú, y elegimos tres platos. Los chorizos estaban demasiado fuerte para mi gusto. Eran chorizos a la sidra. Después pedimos pantrucu, que era una especie de morcilla, muy tostada por fuera, que estaba bien, y después pedimos la carrillera ibérica. La carne estaba rica, se deshacía, y la salsita tambien estaba muy buena. Hemos comido bien pero para la calidad y la poca cantidad que ponían en los platos, lo vimos un precio excesivo. Con pan, dos refrescos y agua, casi 40 euros erps dos personas.
Tranquila Sidrería por su ubicación, buena relación calidad/precio. Personal muy amable, y atento. Pedimos wok de verduras con nueces y pasas, tortilla de bacalao, y rabo en salsa, de postre arroz con leche muy bueno. Muy recomendable.
Recomendado 100% Hemos parado a comer y todo perfecto, muy buena atención, comida casera de calidad y lugar acogedor. Un cachopo para 2 personas es más que suficiente, por la comida y 4 tercios nos han cobrado 31€. Y tienen una perita muy bonita que se porta genial y no molesta para nada.
Raciones escasas y caras. Nos cobraron 17 euros por un" puñao "de trozos de calamares. También pedimos unos tortos con picadillo (concretamente tres, con otro puñao de picadillo). En cuanto a los postres, la tarta de queso estaba buena, pero como ya comenté, ración muy escasa, y la tarta de hojaldre no era fresca. Por cada uno de ellos nos cobraron casi 6 euros. En resumen, por ésto y un par de cervezas hemos pagado algo más de 40 euros. A mí no me importa pagar lo que sea, siempre que salga de allí sin hambre. Desde luego, no volveremos.
Está muy bien. Es un sitio apartado de los agobios de los sitios con gran afluencia de turistas. Comimos un pantrucu espectacular, una ensalada de tomates con unos tomates como hacía años que no probaba. Todo de la zona y a precios razonables. La terraza pegada a la carretera no es lo más agradable, la única pega que le pondría. Nosotros que somos veraneantes habituales de Ribadesella seguiremos acudiendo.
Pésimo trato por parte del dueño; en cuanto a la comida, no tiene cobertura para dar de comer a los clientes, nosotros éramos 11 y no nos ha querido atender a pesar de tener suficientes mesas vacías, eso sí, los refrescos muy buenos jaja
A las afueras de Ribadesella y cerca de las cuevas de Tito Bustillo. Camarero muy agradable, bien adaptado para personas celiacas. La comida es espectacular; las anchoas del cantabrico muy buenas el pantucru (morcilla) espectacular si estamos por la zona repetimos.
Mesón/Sidrería con muy buen servicio, calidad/precio razonable, con platos generosos y espectaculares. Poca variedad, pero os aseguro que no hace falta más, ya que se centran en, que lo que hacen, hacerlo bien y quedas muy satisfecho. Puedes estar con tu mascota que será muy bien recibida. Solo comida a la carta, pero es que no es necesario menú. Terraza perfecta para escaziar sidra. Totalmente aconsejable para comer informal y probar la gastronomía local, con postres caseros deliciosos. Deseando de repetir, para probar otros platos.
Buen sitio, acogedor, buena atención Cuando pedimos (a la costumbre de pedir un par de entrantes y plato) el camarero nos dijo que era "demasiado"y menos mal que le hicimos caso! Platos generosos, es a la carta pero esque no hace falta menú porque se come bien si se es aconsejado por ellos, las zamburiñas, el cachopo, hasta la ensalada de tomate que simplemente era eso, tomate, estaba todo buenísimo, y qué decir de los postres! No puede faltar el arroz con leche!
Nachdem wir es versäumt hatten, in einem der Restaurants im Ort zu reservieren, stießen wir auf dem Rückweg zum Hotel auf dieses etwas abseits gelegene Restaurant. Niemand spricht hier eine andere Sprache als spanisch bzw.den lokalen Dialekt, so dass die Verständigung zwar schwierig, aber nicht unmöglich war. Das Essen war gerade noch o.k, aber gemessen am Gebotenen eher zu teuer. Überhaupt scheint der Laden eher als Anlaufstelle für einen schnellen Drink nach der Arbeit zu dienen, denn als ernst zu nehmendes Restaurant. Es war allerdings auch eines der authentischsten Lokale, in dem wir innerhalb unserer drei Wochen Rundreise gegessen haben. Hier trifft man garantiert keine Touristen.
Trato muy desagradable, casi nos echan por no querer atendernos a las 2: 30 d la tarde para comer, un grupo de 11 personas y habiéndolos avisado dos horas antes. No recomendable
No pidáis las navajas. El trato bien y el sitio es agradable. Queríamos algo de pescado, no había mucho dónde elegir. Pedimos las navajas. Cuando las trajeron, tenían mal color y olían mal. Probamos una y estaba mala. Devolvimos el plato y nos dijeron que ya les había pasado más veces.
De estos sitios que llevo viendo toda la vida pero que nunca me había parado a probar. El camarero muy atento y muy acertado con las recomendaciones. El gambón estaba espectacular. Y no quiero dejar de mencionar a la mascota y dueña absoluta del sitio: Lola. Volveremos seguro.
La comida no estaba mal. Hemos tenido que esperar casi una hora a ser servidos. Los camareros han sido amables pero no no han ofrecido ninguna explicación por tardar tanto. El precio es caro para la calidad y la lentitud del servicio.
No recomendable para nada. Aparte de ser un sitio cutre, el dueño deja mucho que desear. Las raciones son escasas y no creo q tengan nada que ver con la cocina asturiana. Creo q no volveré en la vida. Mal lugar y mal recuerdo de la visita a Ribadesella x lo demás fenomenal
Fuimos por las buenas reseñas y verdaderamente comprobamos que este sitio es estupendo. Personal amabilísimo, comida muy buena y terraza agradable, sin aglomeraciones ni ruido. Totalmente recomendable.
Comida regular para el precio, demasiado lentos (Una hora para el entrante y habiendo aún bastantes mesas vacías) y tienen un perro que está todo el tiempo dando vueltas por la terraza para pillar algo de comer
Servicio demasiado lento, 45 minutos desde que pides hasta que te sirven. El cachopo muy flojito. Personal amable, pero calidad precio no compensa demasiado.
Buen sitio para cenar al igual que la relación calidad precio de la carta. El camarero muy servicial y siempre atento a las mesas. Lo mejor Lola, una perrita que cuida de las mesas y de los clientes.
Excelente sitio, exquisita comida y genial de precio. Para que os hagais una idea fuimos 3 veces en una semana. El camarero muy atento y simpatico y ademas su perra Lola muy agradable. Recomiendo: el chorizo a la sidra, la ensalada de tomate, el pantrucu, las zamburiñas, el tortilla de bacalao y la cebolla rellena.
Llegamos a este lugar recomendado por un lugareño a la salida de la cueva de tito bustillo. Resultó muy buena recomendación, un lugar sencillo con buena fabada y buen precio. Recomendable
Comida simple y escasa a un precio demasiado alto para lo que ponen. Una auténtica confusión. No entiendo cómo o quién valora para que este sitio tenga un 4,2 de nota media.
Chorizos a la sidra, cachopo y tarta de queso espectaculares, y todo acompañado de una atención muy cuidada. No te puedes ir sin probar la sidra. Un saludo a Lola
Pocas veces me ha sucedido encontrarme tan en desacuerdo con la nota otorgada a un local en Internet. Pedimos tres platos. Las pencas rellenas eran 3 pencas recalentadas en el microondas ya que por fuera echaban humo y por dentro estaban templadas. El precio de este plato fue de 10,50. He comido menús espectaculares por ese precio. Continuamos con unas croquetas congeladas. Por el mismo precio (8 euros) he comido verdaderas croquetas en infinidad de locales. Y si vas a ponerme croquetas congeladas, no me las cobres a ese precio. Por último, unos huevos fritos con jamón, correctos. No sé si eramos los primeros que pedíamos las pencas y las croquetas y por eso no hay valoraciones de este tipo o qué, pero me sigue doliendo pensar en el precio de las 3 pencas recalentadas. A continuación varios detalles extras. El baño se encontraba en frente de nuestra mesa, por lo que pudimos deleitarnos varias veces con el aroma de las necesidades de los clientes. Por último, había un par de perros rondando por debajo de la mesa todo el tiempo. El camarero, únicamente se limitaba a echarlos dos metros más lejos de cuando en cuando. Aunque a veces se tomaba un tiempo en acariciarlos agusto con sus manos para luego servirte los platos con esas mismas manos. Entiendo que es un restaurante en el que la mayoría del tiempo se junta la gente de pueblo y estarán en un ambiente de grupo de amigos, pero si tienes que atender al público que viene, hazlo correctamente. Y sino, haz una asociación del pueblo, no un restaurante.