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Espectacular comida a buen precio. Personal muy agradable. Es un sitio con poca capacidad así que es mejor llamar para reservar. Comimos pote de castañas (subo foto) que no puede estar más rico, carne de caza (jabalí, corzo), caldereta de cabrito, y los postres muy buenos también.
Hemos comido allí varias veces, tanto en terraza como en el interior. Platos de comida casera de calidad y el trato excelente. Un restaurantes como El teixu, me recuerda la frase con la que se anunciaban aquellas viejas fondas asturianas, "se guisa de comer" o lo que es lo mismo, que nadie se marcha sin alimentar el cuerpo. ; el alma, si se escucha a la gente de la zona que pasa por allí a tomar algo o a disfrutar del menú del día, también va surtida. Un placer.
Fuimos el lunes bajo reserva. Los platos de cuchara como Pote, pote de castañas y Fabes estaban aceptable pero parte de la comida que ofrecía la carta no había. El servicio y la atención fue escaso, pero comimos!
Lugar castizo, de los de toda la vida, de atención amable y cercana. Fuimos un lunes y tenían menu del día por 12€ pero queríamos probar el famoso pote de castañas (14€) y nos ofrecieron la carta. Fue toda una sorpresa este plato, es muy curioso comer castañas en un guiso con chorizo y morcilla. El cabrito (14€) también estaba rico aunque le faltaba un pelín de salsa que si hubiéramos pedido seguro que nos hubieran dado eh.solo lo digo como mejora para el emplatado. Tiene una terracita genial para tomar el café luego.
Nos han hecho esperar por mucho tiempo porque eramos 5 personas, y aunque habia muchas mesas no nos pusieron en una mesa. Además despues vinieron dos personas sin reserva y les dieron mesa antes que nosotros que estabamos esperando mucho. No muy inteligente el personal. No volvería nunca.
Después de una buena caminata fuimos a comer y fue espectacular tanto el servicio como la comida, estaba todo riquísimo y la camarera nos asesoró de manera ideal y trato excelente, muy buena experiencia tuvimos. Recomendable totalmente.
Precios altos (como en: baja relación calidad-precio). La comida es mucho mejor en otros restaurantes. Debe pagar una tarifa adicional si desea sentarse afuera, lo cual, al menos para nosotros, no estaba claro de antemano. ¡No recomendado!
Excelente sitio para disfrutar de comida casera. Trato muy agradable y educados. Nos atendieron muy rápido, a pesar de no tener reservado. Comimos el menú del fin de semana.
Comida casera y muy buen trato, el camarero encantador, comimos un menú fin de semana y un cachopo, el pote de castañas y el jabali riquísimo, lo único que fue algo escaso el cachopo, pero se compensa con todo lo demás, buena relación calidad precio.
Fui con un amigo a tomar algo. Estábamos de paso por el pueblo. Estuvimos un rato en la barra esperando que los camareros que había dos, nos atendieran. Entró un grupo de jóvenes y fueron atendidos al instante, ante la pasividad de ambos camareros de nuestra presencia nos fuimos sin tomar nada. No sé si fue por racismo por mi aspecto de extranjero u otra razón. Pero tener un cliente delante tuya esperando ser atendido y actuar como si fuéramos fantasmas me parece una actitud inadecuada. Que cada uno saque sus conclusiones. Yo desde luego no vuelvo.
Llegamos dos adultos y un niño a las 14: 40 sin reserva. Nos indicaron que podíamos sentarnos. Tardaron en atendernos más de media hora, en terraza había 3 mesas ocupadas (4 con la nuestra) y dentro 2 para dos camareras. La camarera que nos atendió, toda amabilidad, luego se convirtió en "la niña del exorcista". Menú de fin de semana en terraza 22€/persona. Mucho más que excesivo para su calidad. De primero pedimos unos pimientos con anchoas y queso y dos ensaladas de salmón y aguacate. Los pimientos con anchoas tenían un pase. En cuanto a la ensalada: una montaña de lechuga (con muchas de sus hojas renegridas y babosas) sobre la que presentan 6 o 8 rodajas de aguacate negro y duro como madera, con un puñado de aceitunas negras, unos tacos de tomate, unos trozos de huevo duro (lo más comestible de todo) y media lámina delgada de salmón ahumado insípido. Le hacemos saber a la camarerera que nos parece que el aguacate no estaba en condiciones de ser servido y le hicimos ver en qué condiciones estaban varios de los trozos de lechuga (insisto babosos y renegridos, en claro estado de descomposición). La amabilidad se esfumó de golpe. Nos ofreció, de muy mal talante, cambiarnos el plato, lo cual rechazamos. Las opciones eran pimientos con anchoas y queso (soy intolerante a lactosa) y pote asturiano (ese día estábamos a 30°C a la sombra). Mi acompañante decidió seguir rebuscando en la ensalada algo comestible, yo pedí q me retirasen el plato sin apenas haberlo tocado. La chica me preguntó si me traía el segundo, a lo que yo asentí. Mi segundo era secreto de cerdo (que había pedido muy pasado). Me trae el plato y ya a simple vista era observable que el secreto había pasado por la plancha o la sartén 2 minutos de cada lado. Le pido a la chica que observe mientras intento cortar uno de los trozos de carne.en el interior la carne tenía el mismo aspecto que en la carnicería, crudo por completo. Y así se lo indico a la camarera que ya fuera de si empieza a dirigirse a nosotros a grito pelado. Cuando le indicamos que ninguno estaba sordo en la mesa, fue peor. A gritos (insisto) le dice a mi acompañante adulta que no estará tan mal cuando ella estaba comiendo y que no sabía qué era lo que pretendíamos. Al final nos dice que va a llamar a la encargada y entra en el local a grito pelado llamando a su madre. Al rato sale una señora acompañándola. La chica le cuenta su versión a la encargada (muy poco ajustada a la realidad, puesto que entre otras falacias le cuenta que le tiramos la ensalada a la cara) y la señora se deshace en disculpas y le indica a su hija gritona que desaparezca (cosa que no le agradeceré lo suficiente a la señora). Nos vuelve a proponer cambiarnos las dos ensaladas (cosa que volvemos a rechazar por las causas ya explicadas y porque llegábamos tarde al evento al que habíamos acudido a la zona). Retira la otra "ensalada" y me pregunta si trae un plato para que yo (que no había probado bocado) me sirviese del segundo plato de mis acompañantes. Rechazo su propuesta, el asco y la irritación por el comportamiento de la camarera ya me impedían comer nada). La señora vuelve con una enorme bandeja con rabo de toro, a todas luces excesiva para tres comensales (sólo se habían pedido dos segundos de rabo de toro). Mis acompañantes dieron buena cuenta del plato, dijeron que estaba delicioso y así se lo hicimos saber a la encargada. Rechazamos postres dada la hora y pedimos la cuenta. En la cuenta nos cargan dos menús. Le indicamos a la encargada que había un error puesto que nuestra comanda era de tres. Nos contesta que puesto que yo no había comido porque "no hubo buena comunicación entre la camarera y yo" (en fin.), ella asumiría la pérdida que suponía no cobrar mi menú. Un detalle por su parte, que estropeó visiblemente con el comentario. Ganas me dieron de decirle que esa "pérdida" podía considerarle compensada con los postres que no iba a servir, con lo cual sería una "pérdida" compartida. Me callé porque lo único que tenía eran ganas de salir de ese sitio al cual no tengo pensado volver en la vida!
Pedimos el menú de fin de semana y estaba muy rico, de cantidad muy bien y los postres buenísimos (la tarta de almendra y avellana es de 10). Comimos en la terraza porque íbamos con perro pero se está a gusto. Y la camarera un encanto.
No lo recomiendo. Pedimos unos bocadillos el fin de semana para cenar, que veníamos de viaje, y nos dijeron "a ver si tenemos pan". Y efectivamente tenían pan. De antes de ayer. Además, como se ve en la foto, el bocadillo no era muy espléndido. Eso, ese, porque el de lomo. No estaba nada bueno. También pedimos otro de carne guisada. La carne no estaba mal, pero claro, el pan gomoso y duro te lo estropeaba. La ensalada era lo único que estaba bueno, pero nos soplaron 12€. En total, esto y tres coca-colas, y tres botellas de agua, unos 38€. Caro y malo.
Estuvimos hace unas semanas. Menu de fin de semana caro 20 euros con botella de vino de 1.10. Entramos y nadie saluda. Platos puestos en la mesa con los cubiertos encima en vez de estar a los lados. Camarero que ni un que aproveche tiene.no volveremos
El personal es muy atento y la comida está espectacular, pidas lo que pidas. Sin duda un lugar para tener de referencia si estás por la zona, tanto para tomar y picar algo como para sentarse a comer en condiciones.
Llegamos con la hice desde Peñarrueda.y un poco más y no seguimos la ruta.lunes de menú! La ensalada, las fabes y el codillo de rechupete, y será que como menos codillos, pero no pude dejar de mojar en la salsa tostada que soltó en el plato.imagina el resto los postres caseros y el requesón evocador Y luego postre.voy a tener que terminar la ruta y luego subir, que con suerte vuelvo a cenar aquí Local de toda la vida, recomendado por los lugareños, limpio, con buenas profesionales en todos los aspectos, terracita y comida como para volver.
Restaurant sans chichi, cuisine locale en abondance à prix imbattable. Leurs spécialités: l’agneau, le chevreau et le sanglier. Ne soyez pas trop gourmands avec les yeux, les portions sont généreuses! Accueil chaleureux et agréable. Terrasse disponible. Pour les autocaravanistes, l’aire de camping-cars est toute proche!
Menú de 'finde', pote y cordero al horno, muy bueno, aunque algo caro; 20 euros cuando lo más normal en Asturias son 18 €. Desmerecen el postre y el vino de la casa demasiado vulgares. Mi esposa no tomo el menú, optando por un plato "de pueblo". Las patatas estaban bien fritas sin exceso de grasa y sabrosas -las del menú también- y el resto también bien; en resumen quedó satisfecha. Recomendable. Como sugerencia: ya que el menú resulta caro, podría incluir un vino de más calidad y unos postres mas elaborados. La diferencia de coste seria mínima y el menú resultaría perfecto.
Llegamos hacia las 22h en el hotel y nos dijeron que estaba todo cerrado. Encontramos el restaurante por internet, y fue el único sitio que estaba disponible a 5 minutos en coche.
La verdad es que nos atendieron muy bien, y la comida estaba muy buena. No había nadie más en el restaurante, y a primera vista no es un sitio que escogeríamos, pero al entrar te das cuenta de que es un sitio auténtico, tradicional y la comida muy casera.
Personal atento. Buena opción si te alojas cerca. Raciones abundantes. Salimos satisfechos! Y menos mal que lo encontramos!
La verdad es que ya sido una muy buena experiencia. La sopa de cocido riquísima y los boquerones muy muy ricos. Los postres todos caseros. Y la camarera super amable. Cien por cien recomendable!
Una atención profesional y familiar ADMIRABLES. Es una suerte poder disfrutar de su dedicación, comida, y paisaje que te hacen sentirte como en casa. La limpieza y medidas de higiene son inmejorables. Gracias, esperamos volver pronto.
Comida casera, bien hecha y platos abundantes. El pote de castañas está espectacular, merece la pena probarlo. Los postres caseros y muy buenos también. El trato muy bueno y agradable. Precios no del todo baratos, pero acordes a la calidad y cantidad.
Impresionante el pote de castañas, me haría 400 km solo para ir a comerlo y los cachopos espectaculares de buenos también, si te sales del menú si es un poco caro pero por lo general estupendo
Comida estupenda. El menú de finde demasiado para nosotros porque son demasiado contundentes tanto los primeros como los segundos. Así que hemos optado por la carte, pote asturiano, para uno, y sartén de probé para otro (patatas, huevo y morcilla Natacha a). Todo exquisito. Destacar la morcilla Natacha a.arroz con leche, muy muy bueno y precios de vinos asequibles. Un Ramón Bilbao a 15€