Restaurante El Castelo

Nos paramos ahí porque el sitio lucía súper agradable, y así es, el entorno es hermoso y tranquilo, tiene mucho potencial, sin embargo, los precios eran demasiado para la calidad de la comida. 18€ una ensalada y una coca cola. La ensalada era lechuga de bolsa con maíz, atún, lo único que llevaba queso de cabra. No te ofrecen el menú al llegar así que no puedes ver los precios y no tienen casi variedad de comida. El peor lugar en el que he estado en Asturias a nivel gastronómico, aunque el trato fue bueno.

Fuimos a este restaurante por la buena puntuación que tenían en Google y la verdad que tras nuestra experiencia puedo decir que no debería de tener más de 2 estrellas.
Fuimos a comer menú cuyo coste son 16€, aparentemente el restaurante es bonito y no había casi gente, algo que nos extrañó. Cuando nos dicen los platos solo tenían 2 primeros y 2 segundos y además uno de los primeros ya estaba agotado.
Al no gustarnos mucho el menú decidimos pedir un cachopo y una ración de empanadillas y a nuestro asombro las empanadillas eran claramente de bolsa de supermercado y tienen la geta de clavarte 10€. El cachopo aunque no era de gran calidad, si era grande con coste de 16€ y no estaba malo.
En fin, ni por asomo volvería a este restaurante, creo que necesitan mejorar muchas cosas.

Cambio espectacular. Por eso siento retirar mi precedente valoración. Al retornar en familia éste último fin de semana, nos encontramos con otro personal al mando del restaurante. La oferta, tanto en cocina como en servicio no corresponde, ni se acerca, a mi última valoración. Por el lugar que se merece una mejor atención, espero que el nuevo equipo, con profesionalismo, rectifique cuando antes sus prestaciones.

Muy mala experiencia, según el dueño por problemas de personal. El servicio muy lento y la comida pésima. Domingo, sólo hay menú, macarrones y escalope, 18€. El pan, si lo pides, te lo cobran aparte.
Hasta que no mejoren no es nada recomendable.

El servicio, un desastre.
Hoy hubo espectáculo de circo gratis entre personal de cocina y un grupo de clientes.
La comida abundante pero el toro de maiz que pedí yo, estaba incomible de hecho no lo comí, los huevos fritos que acompañaban al torto y el picadillo pasados.
La comida pasable pero el espectáculo no me gustó nada y el personal que hay ahora muy mal

Una maravilla de sitio. Rosa encantadora y la comida estupenda.
No se puede pedir más.

Inmejorable. Comida casera de la de verdad. Fuimos un grupo de amigos a comer y como en casa. Un placer. Para repetir y recomendar 100%.

Sitio encantador, lo mejor el camarero que atiende el bar y las mesas, menú diario 12€, 22€ por la noche

Reservamos para comer, nos encantó el menú, muy rico y a muy buen precio. Comimos en la terraza que nos encantó, sitio espectacular.
Rosi, una profesional muy atenta.
Para volver sin duda

No se de dónde saca este local esa puntuación la verdad. Después de llegar allí por su propaganda descubrimos que solo te pueden ofrecer para comer un menú infantil de arroz y pollo. No tenían nada de pescado, marisco o carne de verdad que es lo que pide dicho lugar. Recomiendo hacer 10 min de viaje e ir a Ribadeo y comes de verdad.

Shhh no lo comentes, lugar para mimar el paladar y sin romper la cartera. Pero me temo que de poco sirva. Las estrellas, la cocina, el entorno así como la amabilidad de Rosa y demás personal ya no son ningún secreto. No dudes en desviar tu ruta, merece tu visita. Repetiré en familia o con amigos! Shhh no lo comentes ;)

Al calor de la leña en un lugar de encanto. Menú del día a 12 euros en un restaurante precioso. Mis hijas, el perro, nosotros, venimos siempre a desconectar y gozar de la naturaleza de sus alrededores. Gracias Rosi, por tu atención.

Reservamos para comer de casualidad porque nos quedaba de camino. Nos pusimos las botas con un menú barato, muy abundante y sabroso en unas instalaciones preciosas y con un trato exquisito.
Para repetir!

Sitio precioso en mitad del campo. Muy acogedor y cómoda muy rica. Trato genial y muy atentos.

Pequeño hotel rural, muy agradable, muy cerca de la playa de Penarronda a la que se puede ir dando un pequeño paseo.
No tenia servicio de restaurante ("por falta de personal").
Recomendable.

Un lugar increíble, nos llevamos una experiencia única y maravillosa en todos los sentidos, en cuanto a comida y servicio que fueron de 10, se los recomiendo sin duda alguna, me llevo un grato y lindo recuerdo a cuba

Gran hallazgo! Estupenda localización de un magnífico restaurante en un pueblito cerca de la playa, llevado por un personal encantador. Menú para cenar de "diez". Todo casero y sabrosísimo, desde la ensaladilla rusa, los garbanzos estofados con carne, el bonito escabechado, hasta el arroz con leche o el mouse de chocolate.todo ello por 12€ por persona. Se puede también comer en la terraza ajardinada. Cuando llegamos ya estaba ocupada y lo hicimos en el comedor interior, muy acogedor y construido en piedra y madera. Con las vigas de madera y el enbonado del techo vistos y presidido por una gran chimenea y un piano de cola. Vivimos en Ribadeo y no entiendo cómo no lo conocíamos. Repetiremos sin duda!

Un sitio espectacular, se come muy muy rico. El servicio inmejorable. El menú en domingo 20€ por persona con unas raciones muy generosas. El cordero y el dulce de leche están de 10. Quedamos satisfechos al 100%. Repetiremos!

Vomimos de domingo: pote asturiano, cachopo y arroz con leche. Buenísimo, espero repetir pronto!

Restaurante del hotel penarronda playa, hay para comer y cenar de menú o de carta. Lo que hemos probado muy bueno y ración generosa. Repetiremos!

Comida echa del día muy buena (vinimos el domingo y había menú), el trato bueno y cercano, se recomienda

Lugar excelente en el trato y en el producto. La atención de 10. La cocinera se merece el sueldo por 10

Todo espectacular! Acogedor, comida deliciosa, trato muy familiar y un lugar fabuloso para los niños. Lo recomendaremos!

Lo conocí realizando una senda por la zona con mi mujer y nos llamó la atención lo bonito que es por fuera y nos apeteció parar a tomarnos un café y verlo por dentro, estaba cerrado en ese momento pero tuvimos la fortuna de coincidir con una persona que estaba en el jardin (no sé, supongo que sería la dueña) y nos ofreció abrirnos para que pudiéramos tomarnos ese café, un detallazo por su parte, por dentro tan bonito como por fuera