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Hacia años que no iba y la verdad que me lleve una gran decepción. El entorno está sucio y abandonado al igual que el restaurante en si;polvo, suciedad, telas de araña, cristales etc. Pese al esfuerzo de la joven camarera el servicio fue pésimo, la comida fría, escasa y mal presentada, y ya, para colmo, tuvimos que devolver un "chuletón" por el mal olor que despedía y la fundada sospecha de su mal estado. Visto lo visto, me parece increible que en esas condiciones (sobre todo higiénicas) este lugar aún siga abierto.
Entorno absolutamente maravilloso, una comida casera y tradicional como para abrirle un club de fans y propietarios y comensales que hacen que te sientas en casa ante tanta amabilidad y buen rollo. Necesito más estrellas. Voy a tener sueños eróticos con esas croquetas.
Un lugar, de los que buscamos un hogar para comer, descansar y estar muy agradable. Lugar de los de antaño, todo muy familiar y encantador. Precio realmente económico con el plus de la comida de calidad.
Comida casera muy rica. Los postres impresionantes, mención especial al arroz con leche, además de lo bueno que estaba generosísima ración. Buena atención. No pongo 5 estrellas porque en mi opinión deberían darle un pequeño repaso al comedor y los servicios. La comida para repetir.
Perdido en mitad de la naturaleza y a pocos minutos de Oviedo, el trato del personal excelente, el local muy bonito, aparcamiento para una docena de coches, mesas dentro y fuera a la sombra de unas parras, el menú muy bueno, rápido a pesar de que el arroz nos lo prepararon en el acto, el cordero delicioso y el pote asturiano muy bueno. El precio adecuado para lo que pedimos. Sin duda repetiremos muchas veces.
Un lugar muy recomendable para ir a comer. Está un poco apartado de todo, éramos 10 personas y comimos de menú. Entre nosotros una persona no comía carne y el dueño, muy amable, le preparó un menú vegetariano de lo más rico. Fueron muy amables. El menú consistía de 3 primeros platos y otros 3 segundos y unos postres riquísimos. Los niños lo pasaron genial en sus columpios. Vale la pena ir a disfrutar. Gracias por todo.
Tras una ruta en bici dende Soto a Brañes, pasando polos Covarones del Tuernes, volvimos a recuperar fuerces cola comida casera, bien fecha, con sabor de pueblu y con un preciu muy buenu nel restaurante Fondín. Recomendable reservar
La familia de Manuel todos muy amables y educados en la atención, todo facilidades. El ambiente hogareño, la comida casera y espectacular. Los alrededores un descanso para el cuerpo, paisajes y tranquilidad. Repetimos todos los años en 2 - 3 ocasiones con amigos y familia que no dudan en apuntarse cuando decimos de acercarnos
Un sitio para ir a comer la comida tradicional de siempre y salir satisfecho. Por su calidad y precio. Fabada, pote, pitu de caleya, arroz con leche. En un lugar apartado y precioso.
Comida tradicional en cocina, ingredientes y cantidad, en un ambiente genuinanente asturiano. Añadiendo el peculiar "toque" del servicio con Manuel al frente, tu visita no te dejará indiferente, la recordarás!
Menú de domingo muy flojo y por 20 €. Botella de vino Rioja tempranillo 2019 para 3 personas+pimientos rellenos de carne precocinados lo peor del menú. Pote y solomillo aceptables aunque el solomillo debió freirse o estar cerca de algún tipo de queso. Postre de arroz con leche bueno y cuajadas insipidas
De los mejores restaurantes tradicionales en los que he comido. Gran calidad y sabor, raciones abundantísimas, servicio atento y entorno acogedor. Espectacular.
Un restaurante muy amplio en una casa antigua, en el que la cocina tradicional es lo que se estila para ir a comer, fabada, pote, carne, buenos postres y una compota de trozos de manzana que es una delicia. Los precios son asequibles y el servicio muy anable, y llevo muchísimos añis yendo allí de vez en cuando y no hay queja, muy recomendable
No me gustó su cocina. El pote aguado y el pitu de caleya carente de sabor, no me ofrecia confianza, las patatas fritas hechas con mucha antelacion. No quisimos postres. Pudo haber sido un mal día.
Comida casera de verdad, todo riquísimo. Encontramos este restaurante de casualidad y quedamos encantados. Las croquetas y el revuelto de morcilla, de los mejores que hemos probado. Después tomamos un cachopo para compartir que estaba muy rico y nada aceitoso. El servicio muy atento. Volveremos sin dudarlo.
Comimos hace un montón de años allí, y nos llevamos un grato recuerdo, y en nuestra ultima visita a Asturias lo estuvimos buscando para repetir, y sin duda, es una experiencia fenomenal. Comida casera, como de la abuela, riquísima y en gran abundancia, en un salón grande, al calor de la leña del hogar, atendido por gente muy amable. Comimos fabada y pote asturiano, pitu de caleya (pollo de corral) y cordero… Exquisito todo. Y luego arroz con leche y una “orgásmica” tarta de fresa casera que nos acabó de rematar. Muy, pero que muy recomendable la visita.
Si tenéis ganas de comer una buena fabada y un cachopo de verdad, aquí no vais a fallar. Restaurante rústico en el cuál la carta y platos que ofrecen a parte son auténticamente caseros. No esperéis lujos ya que está habilitado en lo que es un anexo de la casa donde deben de vivir el dueño y la familia, pero a mi y los que fueron conmigo nos encanto, el ambiente es especial y este estilo la verdad que si te gusta, aquí lo vas a disfrutar. Os recomiendo al que le guste este tipo de cocina y ambiente ir. La comida.de Diezy la gente que atiende muy cercanos y agradables. Deseando poder repetir muy pronto.