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Sidrería con parque de bolas en Lugones. Comimos bien, nada espectacular, pero rico. El parque de bolas dentro de la propia sidrería se agradece porque los críos lo pasaron pipa.
Es una sidrería en el centro de Lugones. Local amplio, zona infantil con parque de bolas y terraza en la calle a la entrada del local. Buena comida con mención especial a los postres por la abundancia de los platos y lo ricos que estaban. Por lo demás ambiente típico de sidrería asturiana. Me gusta mucho el ver que escancian la sidra, no ves los típicos tapones y escanciadores de mesa que ves en otras “sidrerías”.
Servicio y atención muy buena, no falta el detalle con la consumición, tienen parrilla de gas y platos varios. Lugar perfecto para tomar una sidras. Y el parque para los peque están entretenido
Si te gusta la parrilla este es un buen sitio para disfrutarla. Hemos comido Bacalao Portugués a la brasa y chorizos, estaban muy buenos, siempre acompañados de una buena Sidra Trabanco.
Estuve este mediodía, con un amigo, tomando un vino. Nos lo azotaron en la mesa.y no nos pusieron ni una aceituna de cortesía. Dada la competencia que hay en la zona, francamente, no merecen una segunda oportunidad.
He comido varias veces. Menú del día 10€. Muy sabroso. Mantelería de papel y cubiertos higienizados y entregados en bolsa de plástico. Muy sabrosa la comida. Baños limpios, camareros atentos, y situado bastante céntrico.
La comida y la sidra bastante bien, sitio agradable para ir con niños, tiene zona de bolas ", no tiene parking pq está en el centro de lugones y con una buena terraza ya sería de 10.
Me gustó muchísimo la comida, los postres caseros muy muy ricos y a pesar de estar superlleno t atienden pronto. Los niños pueden jugar en un parque de bolas q tienen dentro del local y se está muy agusto. La verdad que comimos muy bien
La comida muy rica, pero el trato del camarero, que nos atendió en la mesa, fatal. No sirve de nada tener profesionales antipáticos, muchas veces es mejor tener gente que no sepa tanto, pero que tenga ganas y que sea agradable con el cliente.
Sidrería en el centro neurálgico de Lugones. Buena sidra, camareros atentos, pasan canapés continuamente. Amplio comedor. Buena carta de platos con buena presencia de Asturias, buena elaboración, sin gota de aceite y buen sabor.
Como siempre todo riquísimo! Solemos frecuentar este sitio y numca defrauda. Igual de bueno para alternar y tomar unas sidras que para comer. La parrillada ruquisima y abundante, los escalopines igual y el coulant de chocolate todo un placer!
He ido a cenar por segunda vez y cada vez peor. Nada que destacar, pedi un solomimllo que me recomendo el camarero y eran dos trocitos con un poco jamon en medio, salsa barbacoa de bote y un trozo de queso de cabra y 22 €, la ensalada templada una decepcion, pero lo gordo fueron los escalopined al cabrales, bueno de llorar unos folios churruscaos que no los pudimos comer, protestamos al camarero y nos dijo que alli eran asi, aun asi nos cobraron todo. No volvere mas y ya esta.
Muy buena relación calidad precio, menú de domingo a 16 € con un entrante de jamón, cachopinos de setas y brochetas de pixin amariscadas. De la carta un buen plato de entremeses calientes y un entrecot a la parrilla de muy buena calidad.
Lugar agradable para tomar sidras y una buena cantidad de pinchos que te van sirviendo con la consumicion. Camareros muy agradables. Solo una pega, cuidado que el suelo resbala, yo uso muleta y tengo que tener cuidado porque mas de una vez casi me voy al suelo.
Amplio local con zona infantil acorde al volumen de niños que precuentan la sidrería. Todas las bebidas están incrementadas 0,10€ respecto al resto de locales hosteleros, pero en compensación no falta pincho que llevar a la boca. Personalmente pagaría 0,10€ más en cada consumición por la mitad de pinchos que se come aquí. La parrilla en mi opinión es lo mejor que tienen. El servicio está bien atendido, siendo en algunas zonas sobresaliente la atención y el trato.
La comida perfecta, muy abundante y con un sabor espectacular, el único problema es que solo había un par de meses comiendo y para que los camareros sirviesen sidra había que llamarlos y muchas veces no estaban por ahí. Pero todo lo demás muy bien.
No me gusta aunque siempre está lleno de gente, los camareros son o muy secos o con demasiada confianza. No tienen término medio. Y la terraza es como sucia, da la impresión de ser sucia, fui dos veces y no vuelvo.
Una cena genial mucha cantidad y buenísimo mucha gente trabajando y Christian muy atento la sidra genial ni una gota al suelo Para repetir sin ningún duda