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Impresentable, nos sentamos en una mesa a tomar unos vinos, llega un camarero de malas maneras diciendo que la mesa está reservada, la mesa no tenía ningún aviso de reserva, por no tener más problemas nos levantamos, y al irnos, este impresentable dice que las mesa es para unos amigos, que le van a dejar 80€. No volveremos.
Mala atención al cliente. Nos apagaron la música nada más entrar a pesar de seguir sirviendo, las puertas abiertas de par en par a pesar de que hacía frío un 21 de diciembre en Gijón. En general un trato poco agradable por parte del dueño del local, en ambos locales.
Después de 10 minutos sentados no nos atendieron, ni nos dirigieron la palabra. Nos fuimos sin consumir y el local no estaba especialmente lleno. Lentitud pasmosa del personal.