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Buen mirador del mar Mediterráneo y de la reserva natural cercana. Este lugar está situado sobre un acantilado bastante alto. Por su ubicación, el mejor horario para visitarlo es por la mañana. Hay una calle sin salida que conduce hasta este punto, donde no hay problema para aparcar. El acceso es bastante interesante por varias calles sinuosas.
Merece la pena acercarse hasta esta zona de la urbanización, en el extremo del pueblo para contemplar una bonita vista de la isla de Dragonera, justo enfrente nuestro. Si nos adentramos por los pinares que rodean el final de la calle, podremos ver la misma panorámica desde una altura un poco más elevada.
Muy fácil acceso, con unas vistas panorámicas bastante despejadas. En temporada estival, se puede bajar y dar un chapuzón, la bajada es bastante escapada pero el agua y el entorno merece la pena.
Las vistas son magníficas, y desde luego observar un atardecer con tranquilidad y un heladito en la mano, es de los mejores planes que se nos plantean en nuestro viaje por mallorca.
El acceso caminando por todo el paseo de la playa y restaurantes es muy agradable y cómodo se hace en 10-12 minutos a paso tranquilo.