Restaurante Il Duomo di Milano

Hace unos días fuimos a cenar a Il Duomo di Milano, gracias a la recomendación de un amigo. A mí me encanta la pasta y queríamos probar un sitio nuevo por la zona. No salimos defraudadas de la nueva experiencia en este restaurante. Cenamos ensalada caprese y aguacates con gambas y salsa rosa como entrantes, y tortellini y tallarines como platos principales. La pasta estaba al dente. De postre, tomamos un tiramisú. Estaba todo riquísimo. Además, la atención y el servicio del personal fue muy profesional, agradable y cercano. Sin duda, volveremos pronto y recomendaremos el restaurante a amistades y familiares. ¡Muchas gracias!

Dos experiencias muy diferentes. La primera vez nos gustó y por eso repetimos. Pero no fué así la segunda vez. Llamamos a los días de haber comido allí e hicimos reserva para cuatro a las 15:15h según sus indicaciones. Llegamos puntuales, todas las mesas ocupadas excepto una para cuatro personas. Justo delante nuestra una familia de cinco personas y el camarero indicándoles que podría quedar una mesa libre a las tres y media. El caballero insistía, el camarero iba y venía y le decía que tal vez tenía que esperar. Pero el caballero insistía. No se dirigieron a nosotros en ningún momento aunque nos veían, esperábamos. El camarero colocó otra silla en la mesa libre para cuatro, otro servicio y les apañó en la mesa de cuatro a los cinco. Me acerqué a una camarera y me comentó que eran clientes que venían todos los días. Ante nuestro desacuerdo cambió su version indicando que también tenían reserva. Nos dejaron en la puerta sin más explicación esperando. Ante nuestra indignación me acerqué a la barra y les indiqué que nos marchánamos puesto que nos había parecido un gesto muy feo. La camarera intentó excusar a su compañero que no dió la cara. Detalle también feo. Nos gustó la primera vez pero esta experiencia deja mucho que desear, desacertada por completo. Todos y cada uno de los clientes son importantes y en nuestro caso además teniendo mesa reservada para cuatro, no para cinco como apañaron después. Son los detalles los que marcan la diferencia, para bien y para mal como en este caso.

Muy buen restaurante con un gran servicio.
¡Lo recomiendo encarecidamente para un almuerzo rápido o una velada romántica!
También te aconsejo que pruebes su Moscato, ¡es excelente!

Uno de mis favoritos en el Sur de Gran Canaria, me siento como en casa

Nos encantó nuestra comida aquí, tragar pájaros volando cuando oscurecía, el camarero fue servicial y registró la cantidad justa. En el frente, más tranquilo que algunos de los otros restaurantes que habíamos pasado.

La comida era deliciosa, no porciones enormes a primera vista, pero como de costumbre, mis ojos son más grandes que mi barriga y la porción fue perfecta.

¡Menú para alérgicos disponible, muchas opciones vegetarianas también!