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Pues a diferencia del que dice que pago 28 € x dos personas, nosotros hemos comido de lujo y bien barato para los tiempos que corren. Felicidades chicos!
Pequeña joya escondida en las empinadas calles de Los Realejos. Llegamos un domingo por la noche sin demasiadas esperanzas. Cuando nos metieron en el comedor, que desde fuera no parecía que fuera a ser tan amplio, ya empecé a sospechar que íbamos a disfrutar de lo lindo ahí dentro. Nos pedimos unos tequeños que eran crujientes y suaves a la vez, con el punto justo de sal. Pura ambrosía. Seguimos con unas papas bravas que hacían honor a su nombre, no como las de Barcelona, que son para gafapastas que odian el picante pero adoran el postureo. Las garbanzas (potaje de garbanzos para los peninsulares) me retrotrayeron a los guisos de mi madre en mi infancia, cual crítico gastronómico de Ratatouille. Para acabar, carne fiesta (trozos de cerdo con papas fritas), que era toda una fiesta en el paladar, con el punto justo de especiado y todo casero. Si es que hasta el café con leche estaba buenísimo. A destacar que tanto las bravas como las papas fritas eran caseras, las cortó y frió delante de nosotros. Totalmente recomendable.
Desde fuera no parece lo que es, hay que entrar y todo canvia, sala de billar, terraza exterior, amplio comedor, cocina a la vista, muy limpio y ordenado, baños correctos, económico y muy recomendable
Este lugar lo recomiendo a todos, es donde se une el sabor tradicional con la función del gourmet, el atendimiento inmejorable y si quieres probar gustos paladar diferentes vengan a este lugar, además siempre se están innovando olé por ellos