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Comida de calidad, trato magnífico, comimos un tomate espectacular, almejas muy sabrosas, un arroz delicioso y una milhoja irrepetible, la materia prima es de muy buena calidad, para repetir, buena relación precio/calidad
Este restaurante tiene encanto a raudales, buenísima calidad de producto y de cocina, y personal muy atento. Y el pan es espectacular! Es la referencia a la que vuelves siempre
Aunque su terraza está bien y se agredece que puedas ir con el perro, me parece un restaurante sobrevalorado, en mi opinión hay en la zona sitios de igual o mejor calidad a mejor precio. Pero lo peor sin duda el servicio, sin un local lleno y con muchos camareros tardan la vida en atenderte y cuando lo hacen parece como si tuvieras que pedirle perdon. Al precio que cobran el cubierto no te esperas que tengas que estar persiguiendo para que te atiendan.
La comida estaba buena pero me pareció cara para lo que era, nada espectacular. Tuvimos que esperar bastante entre platos y para el postre unos 30 minutos. NO tienen trona de bebé, tienen una silla alta abierta por delante para niños más mayores.
La carta no muy extensa pero correcta. Coquinas muy ricas y alcachofas confitadas estupendad le daría más puntuación si el servicio no fuera tan lento. Éramos cuatro y tardaron muchísimo en servir y dejaron sin servir a los niños. Acabamos los adultos y aún no habían empezado a hacer la comida de los niños
Me ha gustado mucho el lugar pero desafortunadamente los precios son muuuuuy elevados, demasiado, buen producto pero exagerado así que no volveremos pero si, recomendable al que tenga buena cartera.
Íbamos sin reserva. Nos atendieron sin problema. Muy atentas. Buen servicio. Pedimos torreznos, rabas, picantón, tarta de queso y torrija con mermelada de naranja. Simplemente genial.
Lugar muy agaradable. Excional las croquetas, lss mejores que yo recuedo he comido. Muy vuena atención, personal profesional y atento. Lugar xon una decoración muy agradable y cuidada. Muy recomendabke para gente con buen gusto y quiera calidad. Precios en consonncia cob lo anterir.
Enhorabuena a Leticia y su familia. Que se siempre se han dedicado a la restauración, un lugar con encanto y mucho gusto, un trato exquisito y como colofón una comida sobresaliente. Muchos éxitos les esperan a este restaurante. Enhorabuena de nuevo
Cogimos mesa sin reservar a última hora y Peter nos atendió y asesoró a la perfección. Pedimos tómate antiguo de Tudela, media de croquetas, huevos rotos y alubias, la calidad es buenísima y el precio razonable. 100% recomendable
Pedimos unas alubias rojas, decían de la abuela, se supone que son con sacramentos, pero la abuela las ponía con un trozo de chorizo sin más, no sabían a nada y pocas, el bacalao al pilpil, fue falso pilpil, el bacalao estaba crudo por la parte de la piel y el pilpil agregado por encima, caro y mal, no volvere
Fuimos con mi pareja a picar algo y realmente decepcionante! Pedimos dos verdejos y una ración de rabas de calamar. La ración cuesta 13.80€ y vienen una 12/15 rabas insípidas! Sin sabor ninguno! Y los precios de la carta son bastantes elevados para la cantidades en los platos! La camarera en barra y su compañero (camarero también) cubano o dominicano eran majísimos y muy agradables! No volveré por supuesto!
Gracias a Leticia y todo su equipo por la cena de anoche. Gracias por atendernos con la mejor de vuestras sonrisas y la mayor profesionalidad a pesar de lo tardísimo que llegamos. Exquisito jamón, vino.y la torrija de postre que era para hacerle un monumento! El local agradabilísimo, acogedor y muy limpio. ¡Hasta pronto!
Atención al cliente muy buena, pero los precios carísimos. Una ración de rabas (calamares a la romana) 13'80€ y tampoco era ni en cantidad ni en bien hechos nada del otro mundo
Reservamos para comer a las 15: 15 y llegamos un poco antes, (para ser más exacto 15: 09) puedo entender que si es el segundo turno comamos un poquito más tarde, pero no empezar a comer a las 16: 30, la comida está bien, pero mi hija se pidió un solomillo, que de toda la vida es carne magra, cuando la veo sacarse la comida de la boca, y me dice que es nervio, de un solomillo. Para colmo la camarera tira la botella de vino, y no tiene ningún detalle, ni invitarme un café. No creo que vuelva.
Una pena que con la calidad de productos que tienen, cuiden tan poco la atencion Poquísima profesionalidad Después de reservar 2h para ser atendidos y con malas formas
Más que digno "sucesor" de la añorada "La Bolera", es un lugar muy especial, no sólo por la decoración o por la comida, sino por el ambiente, la atención, el sentirse "como en casa". Cocina con buen producto, actualizada y sensata. Y riquísima! Buena bodega. Enhorabuena, Leticia (y su eficiente madre, Josefina). Volveremos y volveremos!
Mala organización y raciones exacasas para el precio que es, más de una hora nos tuvieron esperando en la calle diciendo que no había mesas libre cuando había muchas vacías en la calle e interior.
Acogedora terraza, nos sentamos a tomar un par de vinos y nos pusieron una tapa de aceitunas, ojeamos una carta de picoteo que tenía encima de la mesa y pedimos una sardina en escabeche (3,80) y una flor de alcachofa (3,50). Todo estupendo salvo la tapa de alcachofa que nos pareció decepcionante, venía sin tan siquiera una gota de aceite de oliva o un poco de sal. Cómo se puede apreciar en la foto tapa fallida.
Rabas y dos vermuts 20,80 € carisimo, desproporcionado el servicio te omite así no creas clientela. Ferra Adriá solo hay uno y vosotros vendéis rabas en Cabezon y de las congeladas. Humildad.
Hemos comido al mediodía de la carta y todo estaba delicioso y presentado con mucho estilo. Entrantes de picar. Las alubias con nécora tremendo plato de cuchara. Y un postre delicioso. Yogurt con frutos rojos. Felicidades, repetiremos!
Tienda gourmet donde también se puede sentarse a comer. Terraza súper agradable, personal súper atento, local cuidado. Imprescindible probar el tomate.
Servicio muy lento, quizás por demasiados clientes o por falta de personal para abastecer esta demanda. Buen poducto aunque no me entusiasmó. Con todo, creo que el local tiene potencial y quizás repitamos.
Un lugar muy agradable. Excelente el servicio, y la calidad de sus productos. La carta no es extensa pero todo lo que probamos estaba delicioso. De entrante pedimos unas alcachofas de tudela, jamás las habías probado tan buenas. Desgustamos la merluza y el. Solomillo de vaca gallega y ambos un manjar. De postre tarta de almendra y chocolate de cabezón con aceite y sal, q pusieron el Broche de Oro a nuestra cena. Todo esto acompañado de agua y vino. Si vovelmos repetimos.
Horrible servicio. Tiempos desmesurados para todo y además les da igual no atenderte. Dueños/gerentes pasando de todo y discutiendo entre ellos. Desagradable. No quieren cambiar ya que ha sido así las 2 veces que hemos ido. Hemos dado otra oportunidad, y de verdad ha sido la última No recomendable en absoluto.
La comida, muy rica, pero el tomate es espectacular. La calidad de los platos es muy buena aunque en algunos casos un poco escaso de cantidad. La experiencia fue muy buena, quitando los postres, que sinceramente nos parecieron muy malos.
Ha sido un placer encontrar abierta La Abaceria. El nuevo local es un acierto y nos ha encantado. La comida estupenda y de muy buena calidad. Leticia se merece todo lo mejor.
Precio de las rabas abusivas 13.80 por una ración escasa, buenas pero el precio desorbitado, estamos en cabezón de la sal y es una ración para dos. Pagar 20 euros por un calimocho, una cerveza y unas rabas hace que no vayamos a volver. Se tendrían que replantear los precios viendo además la competencia que hay.
La ensaladilla y las croquetas más caras (que no las mejores) de mi vida. La espera, larga para no haber prácticamente nadie, hasta el pan resulta caro para ser un pan normal y muy poco hecho. Tenía grandes expectativas y se me chafaron. Qué pena.
Fuimos un día de mercado cerca de la terraza del restaurante dándole un ambiente muy bueno; el servicio muy atento y correcto para el volumen de gent que había; Pedimos unas alcachofas riquísimas, rabas, anchoas y un tronco de bonito en escabeche; muy buen gusto de selección vinos y whisky; un placer la musíca y la decoración; parada obligatoria desde hoy
Las rabas más caras que he comido en mi vida, además de escasas y poco hechas, cuál es mi sorpresa cuando por unas rabas, un mosto, un zumo y dos cervezas para los adultos, nos traen una cuenta de 23'80€. Nos habíamos quedado con ganas incuso de pedir otras por lo escaso de la ración, menos mal q no decidimos pedirlas finalmente, porque nos hubiéramos puesto en 40€ de cuenta.puesto que solo las rabas rozan los 14€! Soy de Santander y estoy harta de ir a comer las rabas, y ésto en Cabezón de la Sal, increíble
La comida no estaba mal, el servicio bastante lento. Feo detalle que pedimos la ensalada de tomate y la camarera nos dijo que mejor otra cosa porque solo les quedaban ya tomates muy verdes, así que nos hizo cambiar de opción. Al rato se sentaron en la mesa de al lado y pidieron la ensalada de tomate, nuestra sorpresa fue que la camarera no les comentó nada de los tomates, y cuando se la trajeron, nos fijamos y nada de tomates verdes, eran rojos y tenían muy buena pinta. Desconozco el porqué de este feo detalle, pero me sentó especialmente mal como para escribir esta reseña. Desde luego que no volvería.
Un lugar muy cuidado a nivel estético, una música de ambiente placentera, el personal muy amable y la comida. Fantástica. Una grata sorpresa parar aquí. Comimos tomate, anchoas y huevos rotos con patatas. Exquisito todo.
Elaboración, calidad de producto y precio muy alineadlos. Sin duda un sitio para probar producto local y cocina cántabra. Desde los tomates al bonito en escabeche.
Ha empeorado con respecto a otras veces que había estado. Ahora tienen un local más grande y, en mi opinión, eso ha ido en detrimento de la atención al cliente. No nos gustó nada el trato del camarero que nos atendió. Además la carta, personalmente, me gusta menos que la que tenían hace un tiempo. No me gustó tampoco el hecho de haber llamado para reservar y que nos pusieran una mesa algo incómoda que prepararon en el momento. Daba la sensación de que no nos hubieran cogido la reserva, pero puede que no fuera así. En cuanto a la comida, pedimos las croquetas y el bonito con fritada de cebolla pimiento y tomate. Las croquetas estaban buenas, especialmente la de jamón. El bonito también estaba bueno, aunque lo pusieron un poco crudo y eso puede no agradar a todo el mundo (a mí personalmente me gusta, pero a mi pareja no le gustó mucho ese detalle). La ración era un poco pequeña para el precio. De postre pedimos una quesada que estaba fuera de carta. Venía con un poco de helado y estaba bastante rica.
Conocemos a Leticia su dueña desde hace años. Fiel heredera de su padre Nacho Gonzalez. Los productos exquisitos y frescos. Calidad premium de los mismos como alcachofas naturales traídas de Comillas, guisantes con huevo escalfado de 10, ensaladilla rusa con gambas, muy buena, y unas anchoas de canlamar, de rechupete. Terminado con unas almejas a la sartén, y unas alubias rojas y unas delicias de merluza muy ricas. Se volverá como Mac Arthur. Sitio excelente y más que recomendable.
Producto de primera calidad y persona muy amable, pero el local se queda cortísimo, y en la terraza tienen más mesas de las que pueden atender para dar un buen servicio.
Restaurante pequeño con comida de muy buena calidad. Muy recomendable la pluma de cerdo y los embutidos. Como punto negativo hay que decir que el restaurante es frío, el calefactor no alcanza a todo el salón.
Pésimo servicio y atención, si tienes hambre no lo recomiendo, solo veras pan en el plato durante mas de 40 minutos. Deberían de avisar que va a tardar. No lo recomedaria a nadie, me senti muy mal atendida. No nos ofrecieron nada para beber mientras esperabamos la carta y la tuvimos que coger nosotros al final. 30 min esperando la bebida y 40 min la comida. Bueno un mal gasto de dinero.
La comida muy rica pero tardaron media hora entre plato y plato y se equivocaron con la comanda. Al final y después de dos horas, por no esperar nos quedamos con hambre. Lo suyo es que si van desbordados por la razón que sea te avisen antes de sentarte