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Lugar y ambientes agradable. Atención del servicio bueno. Calidad de alimentos según lo que pedí. 8 puntos de 10. En salada y sardinas y postre. No soy ni amigos ni familiares. Me gusta comer y beber bien y sobre todo agusto y además, con un perro. Encontré el lugar por casualidad y me quedé sin palabras. Gracias y volveré a visitaros.
Este sitio es espectacular, tiene unas vistas increíbles. Nunca había comido en un sitio igual. La comida muy rica y la atención de los camareros fue excelente, nos atendieron rápido.
Espectacular sitio para relajarse y disfrutar. Las recomendaciones del camarero Juan son la mejor elección. Personal muy atento y simpático. Sin duda repetiremos
Muy mala experiencia. Llegamos a las 12.30 h y como el personal estaba comiendo, nos pusieron mala cara. Pedimos dos cañas y nos sacaron dos cervezas pequeñas por 4 euros, ya que sacaron la cuenta al momento esperando a ser pagada. Le quisimos pagas con tarjeta y nos dijo el camarero no muy amable que no se podía pagar así por menos de 10 euros. Nos ofreció unas rabas para llegar al precio. Las rabas costaban 9,25 euros (8 rabas grasientas). Le pedimos un par de rodajas de pan para acompañar y nos dijo que tendría que cobrarnos una cesta de pan, pero claro, como ya nos había cobrado los 13,25 euros antes de traernos las rabas, pues teníamos que volver a gastar otros 10 euros para poder pagar con tarjeta. Vamos, una mala experiencia pero eso si, con buenas vista.
Está en un entorno espectacular y los productos ofrecidos están muy buenos, pero el nivel de amabilidad en el trato de algún camarero, deja mucho que desear.
El entorno precioso! El restaurante superacogedor! Buena relación calidad precio! El cachopo buenísimo! Pero el sitio donde esta es lo mejor! Volveremos seguro!
20,15 de la tarde, el bar vacío y nos dicen que no podemos tomar nada porque las mesas son para cenas, incluidas las de fuera. Que nos podemos tomar algo de pie si queremos. Increíble. Sobre todo porque no admiten reservas. Repito las mesas vacías a las 20,15 de la tarde. Una pena. Nos fuimos y les dio igual
Increible! Atencion de 10. La comida riquisima en relacion calidad precio. He de destacar a los camareros Sergio y Charly, atencion de 10. Volveremos sin lugar a duda.
Un lugar en un entorno muy bonito, en el cual se come bien pero que cuenta con un servicio pésimo. Me sabe mal porque nos sirvió un señor mayor amable pero en lo que respecta a un chaval joven muy moreno de pelo y piel y el cocinero. Nada nada amables. El camarero joven de lo más desagradable que me he encontrado nunca. De asustar. Alguien así en una plantilla resta.
Nos dijo un chico que nos sentáramos fuera para tomar una cerveza y al rato apareció una camarera con muy malos modos y le dijo al chico que no y a nosotros que nos fuéramos. Impresentable.
Atendidos de lujo por Ramón el camarero y humorista que te hace la comida más amena, si cabe. El puding de puerros me encantó y la mousse de limón casera buenísima. Un placer volver por allí tras 15 años.
Hemos ido mi marido y mi sobrina, por tercera vez, las zamburiñas tan espectaculares como siempre, lo mismo que el Entrecot y el Sapito. Una pena la sequía, el maravilloso entorno de este restaurante ya no es lo que era. Que llueva por favor. Sitio totalmente recomendable. Servicio muy atento y amable. Volveremos mas veces
El sitio precioso.un 10.pero para comer mejor ir a otro lado.caro.comida de 3°calidad a precios de primera.pido un calimocho y ala que le bebo tenía lejía casi me me envenenan! Os lo juro.gambas sin hacer vamos ni que me inviten volvería
El peor servicio que he recibido en mucho tiempo. Pedimos 2 mesas de cuatro en la terraza que estaban libres y sin dar explicaciones, nos ofrecieron solo una mesa de 8 dentro, cuando estaba todo libre. Lamentable y poco profesional.
Buenos días contestando al dueño.gambas crudas el vino picado precios desorbitados para la calidad que tienen.y creo que no es la primera reseña mala que te ponen por poner el pescado crudo no volveremos! Y no! No! Nos pagan por comentar son cosas que pasan en su restaurante si no se entera de lo que pasa será que no anda mucho por la zona!
Lugar incomparable donde degustar la especialidad de la casa: rape negro a la parrilla. Sabor a Cantábrico en estado puro. Imprescindible. También destacable el chuletón, peso agradecido, mantequilla al corte, extra de sabor. A los postres: tarta de queso sin dudarlo. Exótico: tarta de sobao con piña. Buen ambiente, buen servicio.
El sitio es bonito pero los camareros a cada cual más impertinente. Mal servicio. Se accede por un camino en el campo y te encuentras en la puerta a un camarero voceando a la gente para que se pongan la mascarilla, “desde la valla la tienes que llevar aunque estés en la calle”. Y si al aire libre no estoy obligada a llevar mascarilla no sé porqué se inventan que en su terraza hay que llevarla cuando ellos mismos por detrás van sin ella. Dicen que es por ley, por favor vean el telediario o abran un periódico, en la calle no es obligatoria! Además, si tienen que pedir algo háganlo con educación, no tienen porqué actuar como perros guardianes. No me extraña que la mitad de la gente que pasó por allí se diera la media vuelta. Y de paso si limpian el baño sería fantástico. (Para medida sanitaria que tenéis el baño está hecho un asco!)
Sitio recomendable, la cocina muy buena la tarta de queso espectacular, el camarero muy atento y en todo momento pendiente. En un entorno privilegiado con vistas a la ria de Ajo.
Hace una semana leí una reseña parecido a lo que vivimos por desgracia. Hoy acudimos 4 personas a comer y delante había un grupo de 12 personas, entre ellos 2 niños y 2 personas mayores, con la intención de dividirse en dos mesas y no se lo permitieron pq era 12 que se conocían, la camarera mal educada y un argumentario de vergüenza. Nos dimos la vuelta los cuatro pq si está es la actitud es en la entrada, lo demás queda todo dicho. (NOSOTROS ERAMOS 4 ESPERANDO EN LA COLA, NO PERTENECIAMOS AL GRUPO)
Una pena que con comida buena y un sitio bonito el servicio sea tan terrible, otra vez. Bordes, irracionales y chulescos, de ver insultante. Es una vergüenza el servicio en este sitio. Trato HORRIBLE, negándose a servir ciertos platos, no dejan esperar a gente que va a llegar en 5 minutos y todo tratado con malas formas.
La comida bien sin ser excepcional. El emplazamiento y las vistas muy buenas.
NO ir con niños. Aunque sean niños educados -no de los que van dando la lata y corriendo por el lugar- el comportamiento del personal sólo se puede calificar de hostil a los niños. Por otra parte, tampoco es un lugar pensado para cenas románticas a la luz de las velas.
Muy cuestionable la hoja llena de datos de todos los clientes que han estado ese día y que te pasan nada más sentarte para que escribas también tus datos personales según ellos porque el gobierno de Cantabria se lo exige por el tema del Covid. Dueño maleducado y arrogante, en lugar de la cueva de las brujas debería llamarse "la cueva del brujo". No hace falta más que ver las respuestas que da a los comentarios. No tienen desperdicio y se retrata. No volveremos.
Soy una de las que según esté hombre no cumplieron las normas covid. He de decir que nosotras cumpliamos perfectamente las normas covid, porque en ningún momento nos quitamos la mascarilla, no nos acercamos a nadie y nos dimos el gel, antes de entrar en el asador. Si usted no sabe aceptar las críticas, no debería de estar al frente de un restaurante
Sitio increíble, transmite esa magia que te hace sentir como en casa. Camarera (Cristina) un amor, educada, simpática y eficiente. La comida espectacular, recomiendo la tarta de queso para terminar con el mejor sabor de boca
Bueno la experiencia en este lugar ha sido bastante penoso El trato ha sido muy malo y el sitio esta super sobrevalorado Cantabria esta plagado de sitios mejores de trato y de gastronomia Viva cantabria y sus buenis hosteleros no como este sitio
Es la primera vez que vamos. El sitio lo mejor, la experiencia para NO REPETIR. Hemos pedido: - Espaguetis para el niño. Venían fríos y al decirlo nos los han metido en un microondas en medio del comedor y nos han dicho que iríamos nosotros a sacarlos (obviamente no lo hemos hecho y hemos pedido que nos los trajeran). - Fua de pato. Muy frío y difícil de untar, hemos dejado que se temple y bien. - Quesucos de Cantabria. Bastante bien. - Croquetas de Jamón. No nos han gustado nada, para lo que cuestan podían ponerlas de mejor calidad. -Gambas a la plancha. Muy ricas, alguna un poco cruda pero pasable. - Almejas a la marinera. Muy ricas tantos las almejas como la salsa. - lubina salvaje. No sabemos si por la distribución del fuego o porqué pero estaba cruda en algunas zonas, lo peor de todo es cuando lo hemos dicho y nos han contestado que estaba muy bien así. Aunque no podíamos despegar la espina de la carne. Se lo han llevado a regañadientes y salido de nuevo crudo en las mismas zonas, hemos comido lo que hemos podido y sin postre ni café ni copa hemos decidido pagar y marcharnos. Una pena porque el sitio es excepcional.
Inmejorable. Un poco de caos, pero poco. Somos como somos, y todos a comer a la vez hecho que satura a cualquier cocina. Pero un buen detalle, te van avisando del tiempo de servicio de la comanda y eso tranquiliza al comensal
Hemos comido cinco amigas comida de excelente calidad, sabrosa y de precios asequibles (ver foto). La cantidad estuvo muy bien, el servicio también estuvo bien. El sitio es precioso, con vistas increíbles. Volveremos sin dudarlo.
Restaurante tradicional, especializado en carnes y pescados a la brasa. Gracias a su ubicación privilegiada en plena naturaleza, junto a la ría de Ajo, goza de unas vistas preciosas. Es muy agradable relajarse un momento después de comer disfrutando del entorno. En su sencillo comedor acristalado sirven platos a la brasa. Muy recomendables las sardinas y las zamburiñas, así como, el chuletón a la brasa. La relación calidad-precio es buena, y un detalle importante a tener en cuenta es que solo se puede pagar en efectivo.
Fuimos a disfrutar de un cafecito y unas copas, y a parte de tener un precio por encima de la media, uno de los camareros nos trato de muy malas formas. No hay derecho querer tomar algo y que te traten como basura. Creo que hay mejores lugares por la zona para tomarse algo! No repetiré.
El sitio espectacular la falta de respeto de la camarera, más espectacular todavía. Insultar a un cliente no tiene precio. Ni volveré, ni lo recomendare.
Tercera vez que vamos este verano y cada vez salimos más satisfechas. Pedimos raciones de croquetas, pastel de cabracho, pimientos verdes, almejas, langostinos plancha. Todo espectacular, pero lo mejor vino con la lubina salvaje y el entrecot, ambos dos perfectamente hechos y deliciosos. Todo acompañado por unas cañas bien tiradas y un sitio con un enclave precioso. La guinda para los postres: una tarta súper original de piña, y cómo no, una tarta de queso, que para eso estamos en Cantabria! Los dos postres buenísimos. Gracias al camarero Rafa!
El sitio precioso pero nos pusieron unas rabas que estaban malas, se lo dijimos, no las comimos y aún así las cobraron. Ahí llevaron la propina, y también esta reseña y que no volveremos.
El entorno del local es magnífico, con unas vistas increíbles, nosotros pedimos 4 cafés y un té, y el café que yo me tomé estaba exquisito, y nos lo tomamos sentados en la pradera que tienen, con vistas a la ría. Tienen un campo con vacas, y eso en mi opinión le da un valor añadido, porque tienes más contacto con la naturaleza. El camarero que nos atendió fue muy correcto. Los precios de los cafés en mi opinión, un poco abusivos, y no tenían casi de ningún tipo de helado, por poner algo negativo. VISITA RECOMENDADA.
Me gustó mucho el sitio pq está en un enclave natural precioso, y la comida muy buena y aceptable. Lo único es que somos alérgicos y los camareros no tenían mucha idea del significado de las leyendas de alérgenos, al igual que nosotros y pienso que nos las tendrían que facilitar.
Lugar privilegiado por su emplazamiento y las vistas. La comida normal, a destacar el arroz con leche. Servicio correcto. Hay un pequeño cartel que lo anuncia: NO SE ADMITEN TARJETAS. Pero lo normal es que te pille el toro. Y. Ojo! Que está bastante apartado del pueblo!
Un lugar espléndido, con unas vistas maravillosas. Los trabajadores son muy atentos y conocen muy bien el material y los platos que sirven. Los platos que pedimos estaban, exquisitos!
El sábado sobre las 15: 00h estuvimos mi pareja y yo. Pedimos unas rabas, unas navajas, brochetas de cordero y solomillo. Vino blanco de la tierra similar al albariño. A parte de que tuvimos que solicitar cubiertos y demás, nos hemos traido un regalito: ayer estuvimos ambos ingresados por una intoxicación alimentaria. Llevamos desde el domingo con diarreas, vomitos, fiebres, sin poder comer nada y sin poder ir a trabajar. Sólo pedimos que cuiden el producto que ingerimos.
Fantástico. Un sitio de los que no te puedes perder. Comida muy buena y la atención de Alfonso genial, todo simpatía y buen hacer. La verdad es que pienso volver y recomendarlo a mis amigos. Eso sí si llegas no se te ocurra pedir las cervezas al jefe te morirás de sed. Tu pregunta por Alfonso que es un Genio.
Difícil de encontrar 'la primera vez' buena parrilla, baños con encanto 'uno para niños' más bonito con marea alta. Si hubiera un alquiler de 'pedalinas o tablas surf de pala' sería un éxito. Buenos tragos largos, camareros amables. Recomendable, romántico, bien cuidado.
Las vistas son espectaculares. El personal es muy amable y el lugar es muy acogedor. El servicio fue muy rápido y la comida estaba muy rica. Buena calidad-precio. Uno de los restaurantes más bonitos en los que hemos estado. Muy recomendable.
Lugar privilegiado con unas vistas impresionantes y una comida buenisima y con variedad de platos. El servicio excelente, rapidos y atentos. Hemos repetido varias veces y sin duda volveremos.
Me encanta porque me hace sentir mejor, relada. Los camareros son muy agradables. Los servicios están en cuevas, la cocina y cafetería también. Merece la pena ir. Yo repito siempre que puedo.