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Me gustaría hacer una reseña positiva pero un camarero muy maleducado me avisó que el bar estaba cerrado. Puerta abierta, gente a raudales y un par de mesas vacías me daban otra lectura. Fui un 24/12 y eso podía ser una señal de que pronto cerrarían, pero el modo era innecesario. Conclusión: no recomiendo, porque la calidad de servicio dice mucho de una empresa. Si vas a tratar mal a un posible cliente es porque de verdad no cuidas la calidad de lo mejor que tiene un lugar que es el cliente. Detalles que marcan la diferencia. Es uno de los pocos lugares que tienen una vista privilegiada y es una pena elegir no volver. Lo cierto es que mi elección siempre está basada en la calidad y este lugar solo posee un entorno que no lo merece. (El encargado, un señor portugués, también aporta su mala educación a la ecuación).
El sitio es espectacular, con vistas a la playa de la Concha. El servicio creo que no está a la altura. Han tardado 30 minutos para sacar una ración de rabas (que hemos tenido que reclamar) para que luego algunas estén duras. Además con no muy buenas caras.
Experiencia mixta: los cócteles en la terraza fueron increíbles y la vista de la bahía magnífica. Excelentes calamares como snack muy sustancioso para dos. Por otro lado, en el restaurante comimos vieiras y quedamos muy decepcionados. ¡Pocos en número por el precio y sobre todo insípidos porque estaban demasiado cocidos! La taberna también es ruidosa. ¡Con mucho gusto volveremos a la terraza pero no a la taberna!
Ideal para comer o desayunar con vistas al Cantábrico dentro o fuera en la terraza y permiten perros. Atención muy buena. Desayunamos tortilla de 10 y café espectacular. Volveremos seguro
Hemos tomado un par de vermut en la terraza del balneario la Concha, que se encuentra en un lugar.privilegiado de Santander, parece que entras en un sitio especial, pero que no te hacen sentir especial, de primeras esperas a entrar un buen rato sin casi gente y cuando viene el chico a acomodarte te dice que donde te sientes ya no puedes cambiar de sitio, así que, elegimos bien, con buenas vistas al mar pero viene y dice que ahí no podemos sentarnos porque está reservado para no sé qué, que luego viene su colega con la chica y se sientan allí donde tu no has podido sentarte. Te saca dos vermut que en la carta están a 2,8 con un incremento del 10% en terraza pero que acaban cobrándote 8€ en total. No compensa!
Reservamos para ir a comer básicamente buscando un sitio con buenas vistas de la playa. Buscábamos un espacio y un momento relajante para las vacaciones y nos sorprendió totalmente el lugar. En primer lugar nos ofrecieron una mesa ubicada en un sitio excelente, la atención fue muy correcta y la comida sabrosa, trabajada y con ingredientes de calidad. Totalmente recomendado el lugar.
Este lugar solo quiere comunicarse contigo a través de una aplicación.que no funcionaría en mi teléfono. No mostraron ningún interés en tratar de ayudar o, de hecho, hablar para preguntar qué quería. Tenía un código QR colocado frente a mí y eso fue todo. El personal fue abrupto. EVITAR!
Comí allí: El restaurante más formal (bajando a la derecha). El de la izquierda es más informal. Son del mismo grupo. Excelente producto y servicio. Vistas espectaculares.
A pesar de estar totalmente solas en el bar, no nos dejaron sentarnos en los sofás porque estaban todos reservados. Nos fuimos una hora después y dejamos el sitio igual que lo encontramos, vacío.
Lugar con encanto, magníficas vistas, atención fenomenal, comida de calidad y bien cocinada especial atención a las alcachofas confitadas, relación calidad precio equilibrada.
Fuimos a cenar sin muchas expectativas, pensando que sería como los restaurantes de la zona, pero no tiene nada que ver con como son los cercanos. El restaurante es muy agradable y acogedor. La comida, por lo que probamos nosotros, estaba muy buena (media ración de rabas y arroz meloso) pero lo mejor fue la atención del camarero, fue muy atento y amable. Sin duda volveríamos a repetir, un 10!
Vistas inmejorables. A nuestra llegada nos acomodan en la mesa, una camarera no muy agradable. Pedimos croquetas a nuestri gusto no estaban buenas. Las rabas si muy ricas. Y por ultimo solomillo muy rico tambien. No nos gustó lo poco atentas que estaban las camareras. El camarero que nos cobro tardó demasiado en traer la vuelta.
Tiene las que seguramente son las mejores vistas de la ciudad, directamente sobre la playa y un personal muy amable. Sin embargo, carta corta y precio muy alto. Ejemplo: tartar de tomate, tarta de chocolate, cerveza y café, 30 euros.
Estábamos buscando un sitio donde comer con nuestra perrita y cuando encontramos este sitio nos gustó el menú. Preguntamos si podríamos comer con y, aunque no creo que se pudiera, nos dejaron entrar. Nos pusieron apartados para no molestar a otros clientes y le dieron agua, cosa que agradecimos mucho. La atención de Yisel fue muy buena, al igual que del resto de trabajadoras. La comida muy rica, sobretodo el hummus.
Repetimos en cada viaje a Santander, no nos cansamos de ir, las mejores vistas, comida y personal.no puedes permitirte irte de allí sin desayunar, comer o cenar. 5 estrellas se quedan cortas
Pésimo, pedimos un poke y no pudimos terminarlo. La cerveza tampoco tenía fuerza. Tengo que decir que en la terraza de arriba pasamos un rato muy agradable.pero nos apetecía algo ligero y nos bajamos a cenar abajo.mala desición.la actitud de las camareras de abajo tampoco fue buena.
Unas vistas espectaculares, casi a pie de playa. Ideal para tomar algo, refrescarte o comer, productos buenos. Terraza pequeña pero espaciosa. También tienen comedor.
Fuimos a reservar y nos hicieron un hueco muy amablemente. Muy buenas vistas, aunque la comida le daría un 8/10, es decir, está bien y se come bien pero creo que pagas más las vistas y el sitio.
Fabulosos mojitos. Lindas vistas al mar al atardecer. Excelente ambiente y música relajante. Agradecimiento especial a Mario que luego nos diseñó unas capas especiales para protegernos de la lluvia inesperada. Buen lugar para compartir.
Parece un sitio con buenas vistas una pena que si no posees un smartphone no te dejen entrar ya que te obligan a escanear un Código QR. Discriminación o Protocolo? En mi opinión una insensatez.
Una de mis visitas obligadas cada vez que voy a #Santander indistintamente de la estación del año, ya sea para comer, cenar o desayunar como en esta ocasión. Un diseño agradable en un emplazamiento único y muy buen servicio.
Fantástico restaurante a pie de playa con un toque informal. Comida muy rica y preico moderado, con un trato excepcional por parte del personal. Sin duda, uno de esos sitios a los que venir en cada visita a Santander.
Grosse déception dans l’assiette.nous étions côté grandes tables en bois, vue splendide et bons cocktails mais côté cuisine pas grand chose dans l’assiette et prix élevés. Bref adresse uniquement pour prendre un verre ou préférez la street food au rez-de-chaussée.
Sitio precioso, bonitas vistas, buenos precios Muy buena comida, buenísima la verdad, los camareros super educados y atentos, lo único malo es el trato que tienen los "encargados" o como queráis llamarlo hacía los camareros.el servicio que nos estaba dando uno de los camareros estaba siendo perfecto, comida, bebida.todo.hasta que han comenzado las faltas de respeto por parte del señor que te lleva hasta la mesa que has reservado (el encargado o el puesto que ocupe). Una detrás de otra.
Magnífico establecimiento en el Sardinero. No dejar de visitar. A cualquier hora desayuno encima del mar, con vistas majestuosa. La comida está buenísima desde los desayunos hasta la cena. El lugar precioso al atardecer. Y el servicio muy atento y la decoración del local sobre todo parte de abajo muy buena.
Sitio inigualable, con primeras vistas a la playa. Comida sabrosa y atención espectacular. El encargado que nos ha atendido, así como el cocinero q nos ha traído la paella, súper majos. Sin duda para repetir.
Me gustó mucho, no había ido nunca y el camarero nos atendió muy atento en todo momento, muy rico el desayuno con tostadas y unas vistas que no tienen precio, muy recomendable
Tiene un lugar dentro de la playa del Sardinero estratégico y óptimo. Es como un gran ventanal mirando al mar. Con eso ya tiene garantizada un aluvión de de visitas. Dispone también de una bonita terraza y un gran comedor, además de lo que es la cafetería. Lo que me gustaría encontrarme un servicio permanentemente homogéneo, ya que hay mucha rotación.
Me encanta venir a desayunar a este sitio, con los ventanales directos a playa.
Desayunos correctos y el precio algo por encima de lo deseado, será por la ubicación del local.
Para comer es muy recomendable, vista geniales y una muy buena cocina, el precio si me pareció acorde con lo servido. El personal del restaurante muy bien.
Antiguo balneario en la playa de la Concha, hoy unida a la primera playa del Sardinero, actualmente es un bar - restaurante, agradable y coqueto, en un sitio incomparable de la ciudad.
Emplazamiento inmejorable, carta y servicio mediocres. Paella con colorante, tartar de tomate verde, salpicón de marisco en el límite de la salubridad y vino mal servido. Café torrefactado. A los postres no llegamos ️Pésima relación calidad-precio. Una pena!
Muy bien situado con unas vistas muy bonitas de la playa. Limpio y acogedor.
Quizás nos equivocamos al pedir y elegimos platos, no de la carta habitual, sino de las sugerencias del chef. Nos esperábamos algo más. La comida correcta, raciones bien de tamaño. El precio esperado por la situación y vistas.
De los mejores y más completos balnearios spa que he conocido y las vistas al mar el restaurante con una carta muy exclusiva a la altura de San Sebastián escuchando a Edith piaff de fondo.hermosas memorias sii
Es uno de esos lugares que acudo, como una liturgia, siempre que vuelvo a mi tierra. Poco puedo decir que no destacaran otros usuarios y clientes. En la terraza, en plena playa de la Concha, tomar un vermut solo o en tertulia, escuchando las olas romper, es reparador. La comida como siempre, no defrauda. Unas rabas sabrosas, el pastel de cabracho a la altura. Muy recomendable.
Cliente asiduo que renuncia a ir más los fines de semana. Auténtico caos por falta de personal, una sola camarera para atender todas las mesas del interior y la terraza. Después de una espera de 20 minutos hemos decidido levantarnos, para no volver mas.
El restaurante esta a pie de playa y cuenta con unas vistas al mar increíbles. Es un recinto cerrado con terraza exterior para cuando empieza el buen tiempo. La relacion validad precio esta bien.
Un sitio perfecto para desayunar al lado del mar. Las tortillas espectaculares. Siempre que vamos a Santander desayunamos ahí un par de veces. El servicio algo lento.
Me encanta este lugar, ya sea para un café o simplemente disfrutar las vistas. La gente muy simpática y servicial.desde que fui el primer día, no me ha interesado ir a otro lugar.