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Excepcional casa rural ubicada en un pequeño pueblo de Cantabria. Atención excepcional, personal muy amable y cuidadoso, y comida y habitaciones maravillosas. Desayuno incluido, pero también hay comida y cena, además de bar. Hay una bonita ruta junto al río, que, eso sí, acaba en la carretera. Puedes llegar fácilmente andando al siguiente pueblo. Para llegar, sinuosa carretera en excelente estado de conservación, en coche o autobús desde Santander.
Pues un poco de todo Buen ambiente pero el camarero.peculiar.si no eras del pueblo o de la zona mala cara seco y antipático Y ya hemos estado muchísimas veces pero.no sé.
Casa de comidas y alojamiento en el valle de Polaciones. Habitaciones sencillas y correctas, quizás le faltan un poco de actualización. Disfrutamos de una cocina casera excelente, tanto en la cena como en el desayuno.
Sitio de 10, no puedo decir otra cosa, fue mi último día en Cantabria y fue el más maravilloso, el Valle es especial. Tanto la dueña como sus trabajadores de 10. Volveré a venir aquí siempre
Un verdadero tesoro. Personal muy amable y servicial, habitaciones frescas y cómodas a muy buen precio. Vale la pena tener en cuenta que no aceptan pagos con tarjeta, pero el personal aquí fue muy complaciente con mi ignorancia al respecto. Lo recomiendo encarecidamente si viajas por esta zona.
Un sitio de 10! Las habitaciones cómodas y limpias. La cocina casera de la de toda la vida, el desayuno insuperable, ambiente acogedor y trato familiar. Volveremos seguro!
Mi familia y yo hemos quedado encantados con el restaurante, su personal y su gastronomía. El cocido montañés excelente y el estofado de cordero delicioso. Los postres, tanto la natilla como la tarta de la abuela riquísimas. Todo todo casero y excepcional. Gracias!
Paisaje precioso, habitación espaciosa, sencilla y cómoda. Desayuno abundante y exquisito servido con gran amabilidad. Gente muy agradable, te hacen sentir como en casa. Lo recomiendo, nos encantó.
La atención amabilisima, pendiente de los detalles. La habitación muy completa y limpia, únicamente detallar que había hormigas en el suelo del baño y dentro de la bañera. La cena deliciosa, una caldereta de cordero con patatas caseras y una carne en salsa, riquísimos ambos guisos. Volveremos si tenemos oportunidad y recomendaremos. Muchas gracias
Es un buen lugar para relajarse y disfrutar del entorno que es sencillamente espectacular, las habitaciones están bien acondicionadas con TV incluida, no se pasa frío a pesar se estar en alta montaña, mejorable los colchones. Se ofrecen menús de comida y cena aceptables pero no tengáis grandes pretensiones. El servicio es bueno, los duelos son muy amables y hospitalarios.
El restaurante genial, familiar, muy amables, comimos el menú de las jornadas gastronómicas del Saja-Nansa y todo riquísimo, y muy buena relación calidad precio. Repetiremos
Ambiente de polaciones mezclado con rock añejo y con personal muy atento y simpático siempre dispuestos a una buena conversación. Un lugar de obligada parada en un sitio precioso que jamás se olvida
Atención y cordialidad del personal sin queja de ningún tipo, a mi paso por acá en moto, pare a desayunar y me han atendido excelentemente. Lugar acogedor y vistoso al visitante.
Trato inmejorable, comida casera buenísima, estancia tranquila, paisajes preciosos. Excelente lugar para hospedarse si te gusta el ambiente rural y quieres conocer la Cantabria profunda, su comida y costumbres. Recomendable 100x100.
Un cocido montañes buenisimo, la chuleta de ternera dificil de superar, Comiendo en el exterior bajo la carpa adjunta al comedor y con vistas a la montaña a sido todo un placer, precio del menú para volver, Que lastima la falta de simpatia por parte de una camarera Ilicitana algo borde con los clientes.
Hemos parado en el bar a tomar algo (serían sobre las 12) He pedido un bocadillo de jamón y queso y el pan estaba duro, se notaba que era del día anterior (cuando estaba terminando he visto que ha llegado el repartidor del pan). Me he dejado la mitad; podía haberlo avisado, me parece una falta de profesionalidad. El café espantoso (parecía malta). El fiambre bien, así como las vistas. Precio normal: Bocata + cerveza + 2 ¿cafés? = 8,20€
Paramos por casualidad en este lugar con tanto encanto. Comimos su menú de 12€ y unos torreznos, comida tradicional y casera. Espectacular! Uno de esos sitios que tanto gusta encontrar. (No aceptan tarjeta)
Sin lugar a dudas una estancia muy grata! Con atención muy cercana por parte de Isabel y de toda la familia. Cabe destacar la calidad de la comida casera que ellos sirven en el bar! Me encantaría volver pronto.
Una atención exquisita, muy cercana. Te hacen sentirte como en casa. Es muy limpio el sitio. Al llegar te dejan las llaves de la habitación sobre un recipiente y las desinfectan con un spray delante de ti. Todas las toallas, papel higiénico y mando de la habitación, están envueltos con papel film para mayor limpieza e higiene. Muy interesante la historia que tuvieron con un anuncio de tv, preguntad por “El anuncio prohibido de Mahou”. El desayuno es muy completo y está buenísimo. Y qué decir del lugar, es un pueblo con 4 casas contadas, por lo que es muy muy tranquilo. Se puede bajar al río que está a 2 minutos. Muy recomendable, un sitio para repetir. Gracias por todo.
Después de disfrutar dando la vuelta al valle en bicicleta de montaña, parada en Casa Molleda un refrigerio y a comer. La atención, como siempre, muy buena y la comida en la misma línea.
Isabel y Enrique siempre muy atentos, nos han tratado como en casa. Su comida está buenísima y, el hospedaje muy tranquilo y cómodo. Sin duda volveremos aquí! Gracias
Nos hemos sentido como en casa. Todo el equipo humano capitaneado por Isabel son estupendos. Sus menús por 12 € no os van a defraudar. El entorno de Casa Molleda es mágico. Lo recomiendo.
Casa Molleda son unos apartamentos situados en Pejanda, Cantabria en medio de la Montaña alejado del ruido y del bullicio de la ciudad. Un lugar ideal para escapar y desconectar. La atención fue estupenda y los apartamentos son muy grandes, limpios y bien cuidado. De todos los apartamentos a los que he ido, este está en mi número uno porque cuida los detalles como no he visto en otros lugares y tiene provisiones de todo tipo: desde gel, hasta algodón para desmaquillarse, secador con difusor (esto me encantó), chimenea con leña para los días más fríos. Para llegar aquí tendréis que subir un puerto de montaña, pero a cambio disfrutareis de las hermosas vistas de la naturaleza. Los dueños fueron muy hospitalarios con nosotros incluso pudimos pedir la cena en el bar de abajo y subirla a nuestra habitación para evitar estar con gente (por tema COVID19).
El camino hacia aquí es espectacular, para dejarte extasiado. La habitación muy limpia, la cama muy cómoda, todo en excelentes condiciones, la cena ha sido muy rica. Isabel la dueña es de trato muy agradable y te informa de todo, son muy atentos. Sin duda un lugar para regresar.
Un sitio genial, tanto para alojarte como para comer platos caseros. Estupendo en fiestas. Muchos de los actos los mueven los propietarios, lo que es muy de agradecer! Dan vida al pueblo y la comarca, que vale la pena conocer.
Genial. Excelente la relación calidad precio. La casa está muy bien, el servicio es estupendo, el desayuno está bien, puedes pedir lo que quieras. Recomendable. Lástima que no nos hemos podido quedar a comer.así que hay que repetir.
En los montes de Cantabria, barrio de Pejanda. Sitio tranquilo, en un pueblo de pocos habitantes, pero muy majos! Los dueños son encantadores, y te hacen sentir como en casa. Desde el trato cercano hasta la comida. Cenamos el menú por 12 euros, era como estar cenando en casa de la abuela. Para alojarse hay varias opciones, desde habitaciones a apartamentos. Muy buena experiencia.
Nuestra estancia aquí fue muy cómoda y acojedora. La habitación es sencilla, rústica, limpia y bien cuidada. La cama es bastante cómoda también. Pero lo que más destacó fue el desayuno, ya que nos sirvieron unas tortitas caseras típicas de allí. El trato, en general, fue estupendo.
Nos hospedamos una noche y fue fantástico. Los propietarios, en especial Isabel, fueron muy amables y hospitalarios. Cenamos en el restaurante el menú de noche por 12€ el cual estaba espectacular. Marmitaco de bonito y filete de ternera con patatas fritas. El filete, de los mas tiernos y sabrosos que he probado. La posada se encuentra en una carretera comarcal la cual si únicamente pasas por allí te dará la sensación de vacío. Sin embargo si te hospedas o te quedas a comer uno queda sorprendido del movimiento y el ambiente que se lleva allí. La habitación muy limpia y acogedora. Tranquilidad absoluta entre las montañas de Cantabria. Totalmente recomendable.
Ambiance locale et familiale typique de Cantabrie. Ancien établissement, une institution locale où l'on se sent bien. Super accueil, personnel agréable, chambres au bon rapport qualité prix, plutôt confortables. Environnement magnifique pour les fans de nature et de montagne.