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Un antiguo colegio reformado en un pequeño hotel. Techo superaltos un lugar con mucha historia. Podrás ser atendido por la dueña una mujer con la que podrás contar para que pueda explicarte todas las historias de la casa así como cualquier necesidad que tengas sobre Liérganes y todos sus alrededores. Tan solo tener en cuenta que como es una casa antigua no cuenta con ascensor. Por la mañana nos brindó un buen desayuno con tostada café con leche y bollería todo servido en mesa conjunto zumo de naranja natural. Está justo al lado del río y dentro del municipio de Liérganes donde podrás pasear por unas calles muy bonitas y antiguas. Si te he ayudado te agradecería un like.
Lugar encantador, con mucha historia compartida por sus propietarios (gracias Inés y Gabriel por vuestra calurosa acogida, tiempo y dedicación - ¡no tiene precio!) en un entorno idílico.
Desayuno rico y abundante, los innumerables detalles en toda la casa, las hortensias frescas en la habitación.
Espectacular casona para pernoctar en Liérganes. Habitación amplia, con calefacción, baño completo. La atención de Inés insuperable. Desayuno casero. Gracias
Desde el primer momento Inés te hace sentir que estás en un sitio especial. El hotel está muy bien decorado, es muy tranquilo y tiene todo lo necesario para descanse. El jardín es una zona con encanto y perfecta para pasar un rato agradable. El desayuno es espectacular, hacen un buen café y unos bollos caseros muy ricos. Ha cumplido totalmente nuestras expectativas. Totalmente recomendable!
Me alojé con mi familia y nos encantó todo de nuestra estancia.
El exterior, todo un sueño del siglo XVIII. Su entrada llena de flores y su jardín de cuento es un oasis de paz, en el que relajarte tras un agotador día de viaje. Nos gustó especialmente la casita del jardín, con su encantador balconcito al río Miera, el lugar perfecto para desconectar escuchando los pájaros y el sonido del agua.
Las habitaciones y toda la casa están decoradas con un gusto exquisito, de estilo rústico y romántico, como una casa de campo inglesa de ensueño en la que todo está cuidado al detalle. Jane Austen y las hermanas Brontë sin duda se hubieran sentido inspiradas aquí. Todo ello sin perder el confort y la limpieza, pues todo estaba en perfectas condiciones y con todas las comodidades.
El desayuno casero, con su preciosa vajilla, y deliciosos bizcochos, fue una auténtica delicia, tanto en presentación como en sabor.
Nos gustaría destacar la amabilidad de los dueños, que nos hicieron sentir como en casa. Nos explicaron la historia del lugar, y cómo ha mantenido su esencia a lo largo de los años, formando parte de la historia de Liérganes.
Además, por casualidad nos alojamos el día de San Pedro ad Víncula, “San Pedruco”, y pudimos ver a los danzantes y piteros en el jardín por la mañana. Fue una experiencia muy bonita.
Sin duda repetiremos, es el lugar perfecto para pasar unas vacaciones de ensueño en familia.
No question about it: best place to stay when you come to Lierganes. Yes, you cannot park your car. Yes, there is no lunch or diner served. But the atmosphere, the charm, the hospitality is unmatched.
Estancias súper acogedora. Inés y Gabriel son encantadores y todo son facilidades. Casa con mucha historia y en entorno privilegiado! Hemos disfrutado mucho!
La casa y su jardín es precioso, muy bien cuidado. Inés y Gabriel son majísimos y preparan unos desayunos caseros deliciosos. Las habitaciones son enormes y muy bien equipadas. No hay ruidos que molesten y se descansa muy bien. No puedo esperar a verlo en otoño, sin duda para volver.
Es un lugar entrañable, los dueños maravillosos te hacen sentir muy bien, están muy orgullosos de la historia de esta casona que antiguamente fue un colegio que acogía a niños huérfanos, mi marido estuvo de pequeño ahí y le trae muy gratos recuerdos, es un lugar en el que parece de otra época donde el encanto del agua y el paisaje y los pájaros te hacen sentir muy bien.
Sólo hemos pasado una noche y no hemos podido disfrutar mucho del hotel pero nos ha encantado. Toda la casa está decorada con mucho gusto y la habitación "Mercadillo" es fantástica. De gran tamaño, luminosa y decoración muy cuidada. El día que salíamos, madrugábamos mucho y como nos íbamos a perder el desayuno, nos dejaron en la habitación unos termos con café y leche, galletas y medias noches. Todo un detalle. Volveremos pronto.
La Casona del Arral es el lugar ideal para celebrar una boda. La de mi hija María en ese entorno fue de cuento. La amabilidad de Inés y su familia te hacen sentirte como en casa.
Positivo: Posición muy comoda y casa old style. Negativo: - asegurate de reservar habitación en la ultima planta porque si no…. Se escucha todo: cuando la gente camina (hasta tremblan las luces del techo), cuando se duchan, hablan etc… - desayuno: nos lo habian aconsejado pero la realidad es que lo que ofrecen (casi nada) NO es acorde ni con en el estilo y ni el precio del hotel: mini bikinis de mala calidad, si quieres un huevo te lo COBRAN a parte, y nada de variedad de dulce (y si se acaban, pues te quedas sin…). Y si eres celiaco, recuerda de avisar porque si no te quedas sin desayuno
Si se busca un sitio donde reine la tranquilidad a la vez que sentirte partícipe de una historia, el Arral es perfecto. Construido sobre un antiguo colegio, todo son recuerdos de familia, comenzando por la dirección de la casona descendientes directos de los fundadores del colegio. Gente muy amable y acogedora que te hacen sentir como en tu propia casa, a la vez que te explican y enseñan sus recuerdos históricos. La capilla anexa, el jardín con la casita que da al río. Todas las habitaciones llevan nombres de lugares o personas que tienen algo que ver con el lugar. La nuestra era Rucandio. El desayuno, siempre individual, hace que te levantes con buen pie. En resumen un lugar imprescindible para disfrutar de una buena estancia.
Se trata de un antiguo colegio, que actualmente funciona como casona. Es un placer estar instalados en un lugar tan maravilloso y con tanta historia. Además nos encontramos muy céntricos en el pueblo. En cuanto al personal, para quitarse el sombrero, nos han dado indicaciones e ideas para hacer por la zona, por no hablar del servicio que ofrecen a los huéspedes. Los dormitorios son muy amplios, con baño propio, un pequeño saloncito y servicio de habitaciones. También cabe destacar el desayuno, de calidad y muy variado.
Por nuestra experiencia, lo recomiendo al 100%, ya que puedes estar en el centro del pueblo y disfrutar de la esencia de las casas de la zona.
Vuelvo después de 4 años, atención escelente, protocolo covit bien y cuidado, entorno agradable y cómodo; buenos, variados y deliciosos desayunos, que alegran el comienzo del día con alegría, además tienen para las intolerancias. Volveré pues se disfruta, se descansa muy bien y la atención es amable y esquisita, además del entorno tan bonito y tranquilo que rodea Al Arral en Lierganes.
El trato y el desayuno son geniales, la casona, preciosa, con patio increíble; y Liérganes, un lugar con encanto, con buena ubicación, desde donde puedes ir a cualquier lugar de Cantabria.
Se trata de un antiguo colegio, el cual actualmente funciona como casona. Es un placer estar instalados en un lugar tan maravilloso y con tanta historia. Además se encuentra muy céntrico en el pueblo. En cuanto al personal, para quitarse el sombrero, nos han dado todo tipo de indicaciones e ideas para hacer por la zona, por no hablar del servicio tan excelente que ofrecen a los huéspedes. Los dormitorios son muy amplios, con baño propio, un pequeño saloncito y servicio de habitaciones. También cabe destacar el desayuno, de calidad y muy variado.
Por propia experiencia, lo recomiendo al 100%, ya que puedes estar en el centro del pueblo y disfrutar de la esencia de las casas de la zona.
Lugar precioso, y los anfitriones encantadores, te cuentan toda la historia para que puedas disfrutar al máximo del pueblo que es una maravilla. Las habitaciones impresionantes, son preciosas y un desayuno muy rico. Lugar recomendable
Hoy hemos tenido la suerte de conocer esta casona, pequeño hotel situado en el pueblo encantado y encantador de Liérganes, en Cantabria. Enclavado al lado del río, solo se siente el sonido del algua al paso cercano al balcón y la algarabía de los pájaros en su alegría, lejos de presencia humana. Rincón de ensueño, nido recogido para artistas y escritores; con su propio cuento de novela histórica real, como no podía ser de otra manera. Cuna de sabiduría ya que fue centro de enseñanza y religioso por la misma razón. Agradecimientos a la propiedad por ser tan amables en vuestro empeño altruista, con la detallada y gentil explicación de sus aconteceres.
Sencillamente una estancia extraordinaria. Casa amplia, luminosa, decorada con muy buen gusto con elementos del patrimonio familiar de los propietarios. Un lugar para descansar en todos los sentidos.
Agradecidos por el disfrute de esta notable casona y desde luego, sobresaliente entorno. En "el Arral" se respira agradable tranquilidad junto a la buena educación de sus dueños (fundamental para los viajeros).
Un charme désuet et délicieux. On a l'impression d'entrer dans une vieille maison de famille. La décoration est à l'avenant, avec des tableaux et des gravures anciennes, provenant pour certaines de Paris ou de Londres, des meubles début XXe, etc. La propriétaire est accueillante, le confort est agréable et le petit déjeuner, classique plutôt que continental, très correct.
El Arral es una puerta en el tiempo que nos devuelve el olor, el color, la cadencia, los sonidos y los silencios vividos en la infancia. Es un espacio en consonancia con la esencia de lo que fue y todavía perdura en Liérganes. En el desayuno flotan suaves notas de piano que ayudan a despertar. Sus dueños y gestores, Inés y Gabriel, hacen un buen trabajo envuelto en ilusión. Desde el ingreso a la despedida hemos respirado confianza. Volveremos.
Es un lugar mágico, lleno de historia. Un remanso de paz dónde descansar y relajarte. La atención de los propietarios es exquisita y el desayuno típico de la zona, inmejorable. El mejor hotel donde quedarse en Cantabria, sin nunguna duda. Lo recomiendo 100%.
Gabriel, el dueño, es alguien que se debe conocer. Un tio superamable. El lugar es maravilloso, lleno de historia familiar, con un jardín bellísimo y al lado del río tienen una casita donde se puede leer o relajarse oyendo el agua.
Casona el Arral, un lugar privilegiado con una decoración muy bien cuidada, Inés y Gabriel (los propietarios) son encantadores con un trato muy cercano y familiar a los clientes.
La casona es preciosa. Las instalaciones están bien, hay que tener en cuenta que no tiene ascensor y que hay que subir con las maletas dos pisos sin que nadie te ayude, ni siquiera se ofrecen a hacerlo. La propietaria es distante, rozando en la antipatía.
Lugar idílico y ubicado en un lugar especial, se respira historia en esas paredes, y me gusta la forma que tienen de querer conservarlo, os animo a seguir así. Todo muy limpio, el desayuno súper rico, casero y zumo recién exprimido. Quiero hacer mención a la amabilidad de Inés y de Begoña, que siempre estaban pendientes de nosotros y de que a las niñas no les faltara de nada. Gracias por todo.
Conocí el Arral hace tiempo y me encantó, los dueños son educados, respetuosos y muy atentos, decidimos celebrar allí nuestra boda en el jardín de la casona y todo salió perfecto, clima muy bueno para ser Santander, solo puedo decir que repetiría una y mil veces más.
Muy recomendable para alojarse en Liérganes, el sitio es precioso, la ubicación estupenda, el trato fenomenal y la casa desprende encanto por todos los rincones. Nos volveremos a ver.
Muy recomendable, muy buenas personas al frente del edificio histórico. Y desde que amanece un hilo musical único.canto de pájaros sobre fondo de agua fluyendo libre.verdaderamente te aislas de este mundo superficial.muchas gracias Gabriel e Ines.
Lugar encantador. Situado en un antiguo convento en Lierganes. Ideal para turismo tranquilo y de calidad. El edificio es precioso, las instalaciones acogedoras y el jardín una delicia, con una preciosa casita a la orilla del río.
El extractor del WC era muy ruidoso, el wifi no funcionaba bien, preferí utilizar datos, nos tocó un segundo piso sin ascensor, el desayuno justito, etc.