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Increíble lugar Solo el edificio y su jardín merecen la pena visitar por lo que si añadimos la increíble colección de pinturas de los más afamados pintores y muebles de madera no debería perderse de visitar
Sin duda es un lugar que recomendamos. Es increíble poder contemplar todas las obras de arte que allí se exponen. Pensábamos que la entrada sería más alta, pero por 6€/persona pudimos maravillarnos tanto con los cuadros, como por el hermoso jardín como por las esculturas. El palacio es precioso, y la señora que está allí para las entradas es muy atenta, con nuestra niña fue muy cercana, y nos explicó muy detalladamente todo lo que podíamos ver, indicándonos que en ese momento, por ejemplo, un Sorolla lo tenían en préstamo. ¡Pero pudimos contemplar un Picasso y muchísimos más! Repetimos, recomendable al 100%
Una excelente exposición de arte moderno, ubicada en el Palacio de Elsedo, que esconde sus tesoros y es más bonito aún, visitar su interior y su parque con arbolado y estanque.
La información en la web no es verídica, el Palacio se encuentra cerrado y no se puede visitar su colección de arte moderno desde hace almenos dos años. No está abierto en ningún horario ni día. No hay ninguna explicación para los visitantes.
Hace años lo visité y quedé gratamente muy sorprendido tanto por el contenido como continente. Una interesante colección con un inteligente hilo conductor en cuanto a la obra expuesta. Otros años, en mis anuales visitas a Cantabria, lo he intentado pero las obras lo impidieron. El último intento fue el pasado jueves 26 de agosto de 2021, no conseguí que me cogieran el teléfono, llamé varios días, (por hacer el viaje de más de 100 km con seguridad de poder entrar). Por fin decidí arriesgarme e ir, ya que, la página web me indicaba abierto y horario de tarde de 16,30 a 19,00 h, La sorpresa fue encontrarlo nuevamente cerrado e impedirme el paso por estar celebrándose una "fiesta privada". Un poco más de sensibilidad, la obra y el público se lo merecen. Lo volveré a intentar el próximo año.
No puedo puntuar porque ha sido imposible visitarlo. No cogen teléfono y cuando he ido en persona me han dicho que hay que pedir visita por internet. No he visto ninguna información al respecto ni correo electrónico. Supongo que al ser privado, no interesan las visitas.
Tiene piezas interesantes pero les falta un cierto orden y estética. El precio, 6 €, me parece elevado máxime cuando no expiden tickets por la entrada. Al menos con nosotros se le "olvido" a la señora a cargo.
Una oportunidad de ver a la vez un precioso palacio barroco, una curiosa colección de arte contemporáneo, sobre todo de escultura, y un jardín romántico.
Mucho más de lo que esperábamos. Una amplia colección en un lugar diferente a los museos habituales. Recomendalble. Y si eres aficionado al contemporáneo, imprescindible.
Imponente palacio barroco. La colección de arte es interesante.
***algunos cuadros necesitan una restauración. En concreto, el cuadro de Durango pintado por Regoyos tiene la pintura cuarteada con riesgo de que se caiga algún trozo.
Inesperado museo de arte contemporáneo alejado de las grandes ciudades. Un imponente y precioso edificio con una propuesta expositiva interesante. Personal amable y atento. Una pequeña escapada cultural que merece la pena.
Un museo muy interesante para aquellos que les guste el arte. Muy bonito por fuera y muy bonito por dentro, y por supuesto la guía y directora del museo una persona excelente.
Precioso palacio que alberga una exposición de arte contemporáneo, donde también se puede visitar la capilla con algunas piezas del s. XII en adelante. Agradecidos a la señora que nos atendió en recepción, experta en arte contemporáneo y con la que mantuvimos una conversación agradabilísima, aparte de explicarnos curiosidades del museo y palacio. Recomendadísimo para los amantes del arte.
El Palacio es muy bonito y alberga una colección privada de arte contemporáneo bastante interesante; muy amplia además para estar ubicado en un lugar tan pequeño. Bastante curioso es también el contraste con la capilla, donde se pueden ver tallas religiosas desde el siglo XII.