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Alojamiento muy recomendable por el trato exquisito de los dueños, las características de la casa: la decoración, amplitud de la habitación y baño, todo muy bonito y decorado con un gusto excepcional, el entorno precioso. Y como colofón el desayuno espectacular, en el porche y formado por productos de la tierra, zumo recién hecho, pan elaborado por Isabel. Todo ello mientras escuchas el canto de los pájaros, y observas los prados. Javier nos elaboró un itinerario con recomendaciones de visitas y lugares donde comer que nos facilitó totalmente nuestra gestión del tiempo durante nuestro viaje. ¡Volveremos sin duda cuando regresemos a Cantabria!
Localización perfecta en medio de la naturaleza para un fin de semana de tranquilidad y desconexión. Lo más destacable las vistas, los desayunos con productos de la tierra y la hospitalidad de Isabel y Javier. Volveremos.