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Por fin se le dio al bar de la piscina de Parrillas ese cambio que se necesitaba en el pueblo. Moderno, un sitio más al que ir a tomar algo y también a comer y/o cenar.
Nunca fue eso, nunca fue diseñado para eso, pero afortunadamente se pudo lograr con esfuerzo y buenas ideas.
Si se quiere comer o cenar se recomienda encarecidamente reservar, y, si se consulta la carta y se va a pedir algo elaborado, dejarlo encargado también, para optimizar la organización de la cocina y de los camareros, ya que la cocina es pequeña y si se llenan las mesas los tiempos de espera son muy muy muy altos. También recomendable acudir pronto para evitar estas largas esperas.
Todo está bueno, bien elaborado y a unos precios dentro de lo normal en su amplia carta.
Se está fenomenal, te recomiendo que si sois un grupo grande reservéis con antelación, y también, si vais fines de semana o a primeros de agosto. Tiene un poco de todo para comer, raciones, hamburguesas, sandwiches, (paella, chuletones, pollo asado por encargo) y los niños tienen un polideportivo al lado para jugar si es a la hora de la cena. La piscina está genial, podéis ir a pasar el día y comer, merendar y cenar allí. Lo recomiendo