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Encantados con la experiencia, el sitio muy tranquilo y acogedor con un montón de lugares para visitar, el trato por parte de Sara fenomenal, realmente recomendable, seguro volveremos
Una casa rural muy bonita agradable y tranquila en medio de la naturaleza nos hemos sentido muy agusto la chica que nos atendio super atenta. La casa muy limpia y confortable.
La casa está bien, bien situada, camas muy cómodas, entorno precioso, desayuno rico, sin WiFi pero bueno para desconectar está genial. El restaurante está cerrado sólo se atiende a grupos grandes previo aviso, pero bueno no es problema, en la zona tienes un mesón y en Beteta hay más bares para un tomar un bocadillo etc.
Es un sitio amplio pero regentado por personas con pocas ganas de atender. En especial una señora, la misma dueña. En nuestro caso, íbamos con un perro. Atención personas que viajéis con perros a zonas rurales (que sé que cada día somos más) no aceptan perros ni en terraza! Vamos, poco amigos de los animales, y de las personas, por lo que vimos. En las dos ocasiones que pasamos por el Tobar el establecimiento está desierto. Fue nuestra última experiencia la que me hizo orientaros con esta reseña. Debido a que estaba vacío, sin clientes, decidimos parar a la sombra de un frondoso árbol a metros de distancia de la abandonada terraza para unos minutos dar de comer a nuestro perro, tranquilo, sentado. La dueña nos avisó al vernos a lo lejos que no servían y le respondimos que ya lo sabíamos, pero que estaríamos unos minutos solo a la sombra de ese árbol (repito, lejos de toda instalación). A los 5 minutos sale la misma señora y a gritos nos dice que nos vayamos de allí porque sus hospedados (serían los fantasmas del pueblo) estaban viendo al perro y ella no acepta perros. Repito. Estábamos debajo de un árbol lejos del restaurante y de cualquier zona habitada. Además, nos hizo retirar el coche (en medio del campo, enfrente de un muro, sin entorpecer entradas, ni caminos) a unos metros más allá “porque eso era suyo”. Aun estamos buscando las señales que indiquen que ese sitio era de la señora. Vamos, huid de allí, porque es la típica dueña que os hace un favor alojándoos/ dándoos de comer. Os recomiendo el Mesón Castilla, en la misma calle y a pocos metros. Son una familia encantadora, nada que ver con la dueña de este establecimiento porque, no nos olvidemos, que la comida puede estar riquísima (o no, no es mi intención puntuar en ese tema) pero la atención a los clientes (o potenciales clientes) es fundamental: id unos metros más allá y tendréis en el Meson Castilla el recibimiento humano que en este establecimiento no tendréis.
Increíble, fuimos a esta pequeña pedanía hacer una ruta y a través de un conocido que nos había recomendado este sitio, fuimos y la experiencia fue increíble, superaron las expectativas que nos habíamos hecho, una comida súper casera con un toque moderno pero sin perder la identidad y muy asociada a productos de la tierra! La verdad que encantados desde el primer plato hasta el último, esperamos repetir, el trato sensacional!
Hemos comido de categoría. La calidad del producto es muy buena y el servicio también. Íbamos con un perro y no nos han puesto problemas a la hora de comer, se agradece mucho. Sin duda repetiríamos! Nuestra recomendación son los huevos a baja temperatura y el entrecot, lo de berenjena y pera también estaba muy bueno ️
Buenísimo todo! Los primeros excelentes, desde el arroz a los canelones de morteruelo. Y de segundo, la paletilla de cordero, simplemente un escándalo, se deshace en la boca. Además de un gran postre de almendras. Totalmente recomendable!
No nos han dado de comer por no tener reserva y teniendo mesas libres a las 14.00H. Hemos ido al Mesón Castilla y sin reserva nos hen dado de comer aún teniendo ek restaurante completo y con un trato y una dedicación excelente.
Una de las mejores carnes a la brasa que hemos probado, en su punto y deliciosa. Destacar además la amabilidad del servicio y el ambiente agradable del restaurante con una decoración muy bonita
Un buen sitio si te gusta la carne, me gustó mucho el morteruelo. Pongo 4 estrellas porque la carne era muy buena pero me trajeron el chuletón un poco frío.
No sabría decir que plato es mejor que otro, su carta es reducida pero consistente, todo lo que comimos estaba riquísimo, el trato genial y el precio muy razonable.
Atención pésima. Llamamos para reservar para dos personas, nos cogieron el teléfono pero no respondieron y cuando llegamos al restaurante pusieron la excusa de que no tenían mesas libres habiendo varias vacías en la entrada. Decepcionante. 0 estrellas le doy, marco 1 estrella porque no me deja darle 0.
Un lugar precioso con una comida magnífica! Es la primera vez que quiero probar todo lo que hay en una carta! La presentación de los platos es preciosa, acorde con el lugar, el sabor no es lo que esperas, es mejor! Sin duda volveremos️️
Fenomenal! Hemos parado por casualidad y ha sido lo mejor. La es comida exquisita. No como carne, pero con la ensalada a la brasa con quesos y los huevos rotos con trufa he acabado encantada. El mejor plato de huevos rotos que he comido. Muy buen trato de la camarera y buena relación calidad - precio.
Hemos comido en este restaurante tras la visita a la mina romana d Cueva del Hierro y la laguna de Tobar. Comida espectacular, muy rica y elaborada. Alguna ración un poco escasa, pero en general bien. Hemos probado el canelón de rabo de toro, huevos rotos con jamón y trufa, revuelto de morcilla y queso y pasta rellena de boletus y foie. 100 % recomendable. De postre almendro, riquísimo.
El mejor sitio en el podría haber comido. La comida es tremendamente espectacular, con una relación calidad precio inigualable. Sin duda mi postre favorito es el almendro mmm. Además el trato ha sido increible, han sido super amables, me voy completamente enamorada de este lugar. Lo recomiendo a todo el mundo.
Lo recomiendo al 100 por 100, el chuletón a la brasa está espectacular, las migas de la abuela deliciosas y los postres de alta repostería. Los precios están muy bien, dada la calidad y la materia prima. El entorno muy tranquilo y acogedor. Por último, los dueños son muy amables, te hacen sentir como en tu casa. La casa rural, que nos quedamos en ella, con vistas preciosas, de piedra y madera, amplia y muy limpia, otro lujo. SITIO PARA REPETIR.
Muy buena calidad, presentaciones encantadoras, buen trato. Te sorprenderá encontrar un restaurante así en un lugar así (al lado de la Laguna del Tobar, sitio espectacular). Pedimos ensalada de quesos, ensalada de verduras asadas, canelón de rabo de toro, chuletas de cordero y tres postres. Los postres increíbles. Sitio de sobra para aparcar. No pongo las 5 estrellas porque se sube un poco de precio y estoy acostumbrada a racionalizar algo más grandes pero por la calidad y la originalidad de la carta repetiría sin duda.
Estuvimos hoy comiendo.una maravilla de lugar con una comida.espectacular.comimos asado mi marido, yo bacalao y entrante pasta rellena y salsa de boletus, en postre buenísimo, una gran cocina.volveremos seguroooooo
Todo un descubrimiento para anotarlo en imprescindibles de restaurantes de la zona. Vine por una recomendación y fue todo un acierto. Platos que sorprenden tanto en las presentaciones como en sabores en un pueblo pequeñito de la serranía de Cuenca. Todo lo elegido buenísimo. De primero ensaladas braseada con queso, para compartir y de Segundo paletilla de cordero (súper tierna, jugosa y con guarnición de patatas con un toque de ajo) y de postres Tiramisú y tarta de mus de queso con presentación y sabores sorprendentes nada comunes… la atención de la camarera a destacar por su amabilidad y atención… El entorno es maravilloso… Volveremos sin duda
Todo es espectacular! La comida, el restaurante, el entorno y el trato. Siempre que vamos por la zona es parada obligada. Los platos de la carta van variando y a cual más delicioso. Recomendable 100% de postre El Almendro
Lugar muy bonito, acogedor, pulcro. Comida exquisita, calidad, precio muy bien. La ensalda a la brasa con quesos un gran descubrimiento. Personal muy agradable y la señora un encanto. Volveremos a seguir degustando la exquisita carta.
Genial! Nos prepararon macarrones para los niños. Y nosotros pudimos degustar sus platos. Huevos rotos con jamón y revuelto de morcilla. Amén de un chuletón y unas chuletitas buenísimas. Todo a la brasa. Espectacular y no se pasan de caros, buena relación calidad precio.
El lugar es precioso en plena serrania de Cuenca. Comimos en el exterior. Las carnes magnificas y buen punto de brasa. Paleta de lechal muy bien asada. Recomendable bacalao. Entrantes sorprendentes. Destacan una morcilla con burrata y un insuperable arroz con carrilladas y sandia. Buenisimo y original. Buen lugar buena cocina y gente muy amable
Todo correcto. Pero si pedís la carne poco hecha, avisar que no os la traigan en plato de barro calentado, porque se os pasará de punto. La carne es de calidad y los postres muy ricos.
No pudimos tener un mejor menú para nuestra boda. Los entrantes una pasada (el arroz meloso con carrillera una locura! Y esa morcilla.) y la carne buenísima, hacia tiempo que no me comía una paletilla de cordero tan tremenda. El postre como no podía ser de otra manera no defraudó. Muchas gracias a todo el equipo del restaurante y nuestras felicitaciones a la cocinera! Gracias por vuestro buen hacer!
Caro para lo que se ofrece. Las chuletas de cordero no estaban bien cortadas. Tiramisú estaba congelado. El carpachio de ciervo con verduras confitadas si estaba bueno
No creo que vuelvo a ir en la vida. Fuimos un grupo de amigos en motonos dijeron que estaba todo reservado y había un montón de sitios vacíos. No nos quisieron atender y tuvimos que irnos
La mejor carne a la brasa que te puedes comer en la provincia de Cuenca, todo un descubrimiento que si tenemos la oportunidad, volveremos a probar. El solomillo una delicia y el chuletón trinchado no defrauda. En los postres es recomendable el típico de Cuenca
Comida espectacular en un entorno único, platos muy elaborados e innovadores, no te puedes ir sin probar la tarta de queso, opciones variadas y sevicio encantador!
Una experiencia fabulosa, una carta de calidad y un trato excelente. Para repetir y terminar de probar toda la carta. El asador esta justo detrás de la barra y ves como te cocinan. Los postres caseros una pasada. El entorno espectacular. Gracias por la atención recibida
Muy buena experiencia. El trato muy bueno y familiar. Tuvimos la ocasión de tomar café y postres y nada que envidiar a los de grandes restaurantes. Volveremos para probar el resto de platos y carnes.
Está ubicado en un entorno precioso, con una buena terraza, y una comida muy cuidada, quizá un pelín caro y las raciones un poco pequeñas, pero aún así lo recomiendo. La atención muy buena.
El mejor guiso de arroz con carne que he comido en mi vida. El lugar es muy agradable y los dueños unos auténticos cracks de la cocina y de la restauración. Y la tarta de queso. Por favor. ¿Como pueden hacer una tarta de queso tan espectacular?
Gran sitio en la Alta Serranía de Cuenca para degustar, sobre todo, carne de vacuno. La comida es excelente gracias a Sara que cocina genial. El trato por parte de los camareros es cordial y agradable, así como la decoración del lugar. El precio puede resultar algo elevado aunque la calidad de la carne es superior. El resto de platos de la carta puede parecer algo escaso y con un importe elevado.
Comida exquisita.huevos rotos, migas y croquetas, todo muy bueno. Muy bien cocinado, el postre de chocolate delicioso. Esta a 5 minutos de la Laguna del Tobar
Restaurante muy bonito. Con una decoración rustica bien adecuada a entorno en el que se encuentra. Rodeado de naturaleza y con un lago natural muy chulo a escasos minutos andando. Con acceso también en coche. La atención por parte de las camareras muy buena el dueño parco en palabras. Los platos muy bien cocinados y con productos de buena calidad. Relación calidad precio muy bueno. Volveré
Restaurante al lado de la Laguna. Es un lugar acogedor para comer. Es muy bonito y con una decoración muy cuidada y en armonía con la zona. Han pensado en todos los detalles. Tiene un comedor no muy grande, pero con suficiente sitio entre comensales, con chimenea para los días fríos de la zona. No tienen menú, tienen carta. Está todo muy bueno y con una pinta magnífica, carnes, pescados, las migas y el morteruelo un 10. Los postres; un vicio, especial mención merece la Mouse de chocolate, es un pecado. El precio es algo elevado, pero sinceramente lo merece; Primero por el entorno, el sitio y la ATENCION.