Restaurante Cueva La Martina

Dudamos antes de entrar a este restaurante ubicado en medio de un sitio turístico. Bueno, ¡fue una agradable sorpresa! Agradable bienvenida, servicio rápido, comida de calidad y precios razonables. Un pequeño inconveniente: los calamares estaban un poco demasiado cocidos. ¡No lo dudes cuando visites este magnífico sitio!

Cocina sencilla y no demasiado sofisticada pero precio asequible, servicio muy rápido y agradable.
Una muy buena sorpresa para este sitio turístico. Yo recomiendo.
(Una de las personas habla muy bien francés)

No nos dejaron pasar 10 minutos antes de la reserva y había gente ya dentro! Las raciones no son acordes al precio y el trato deja mucho que desear.

Las chuletillas malisimas seis y 22, euros más IVA pero malas, la ensalada escasa y poco sabor las cuevas lo ves de lejos te meten en el comedor y sin aire acon osea que agua pan seis y seis chuletillas malisimas, más ensalada de cogollo que son dos partidos, 76euros, el IVA aparte

No ha podido ser peor experiencia.
El trato malísimo.
Nada más llegar el señor de la barra discutía con unas chicas diciendo que no les cobraba con tarjeta un importe menor a 10€ (cosa que es ilegal) si tienes tpv tienes que cobrar hasta 1centimo. Estas en medio de un cerro con restaurantes y para visitar molinos, si no llevas efectivo ¿que haces? No puedes tomar ni una botella de agua en medio de un secarral en medio del campo sin una sombra?
Le pedimos por favor un poquito de agua para un perrito que llevábamos y se ha reído en mi cara con 35grados que había. Otra más…y ya por último después de repetirle varias veces lo que íbamos a tomar nos lo pone y nos sentamos y dice que luego nos cobra. Pues se acerca el señor a la mesa al rato nos coge 10€ que teníamos encima sin decir nada y nos trae un ticket de importe 10€ de 2 coca colas y una copa de vino pero al darse cuenta que miramos la cuenta y le llamamos para que nos explique, vuelve y dice que le han dado mal las vueltas y que ahora nos trae 2,5€ que faltan.
Estafador! Si nos callamos se queda con la vuelta. Ojalá te pongan de patitas en la calle a saber a cuanta gente le haces lo mismo al cabo del día.
Lo unico bueno es que habia un chico más jovencito sirviendo las mesas que nos dio el agua para el perro y nos trató bien.

Lugar tranquilo ideal para comer gente el molino Quimera, trato correcto. Precios esperados para la zona donde está situado. Estuvimos en la terraza y el mirador es increíble.

Comimos de carta. Y estuvimos en una mesa en la cueva. Los que comen el menú del día comen fuera de la cueva. La paletilla de cordero y el solomillo están increíbles. A mi hermana le apetecía pollo k no hay en carta y sin problema le hicieron un muslo deshuesado con patatas que le encantó. No perderse los postres, están estupendos.

El restaurante está en Campo de Criptana, donde están los famosos molinos de viento, tienen servicio de terraza donde se puede cenar con unas espectaculares vistas al atardecer y un precio módico.

No merece la pena comer mal y muy caro estábamos tres pedimos lubina, unas costillas las bebidas y un revuelto de huevos y un poco carne sin postre ni café y casi 90 euros les pido la factura y me dan un papel que no quieren explicar dicen que es así y encima con malas contestaciones

Caro, servicio lento, platos bonitos con comida normal. Los entrantes: gachas, moje, duelos y quebrantos y migas, cuya elaboración es rápida y los ingredientes cuestan menos de 1€, en poca cantidad, calidad media y a 11€ el platito. 287€ de cuenta por 6 personas, aunque la comanda fue realmente de 4. Lo único que merece la pena es la estética del restaurante porque es una cueva real y está en la mejor ubicación, frente a los molinos, pero te saldrá un poco cara la visita.

Grata sorpresa el visitar Campo de Criptana y encontrarnos con este bonito restaurante, la cueva donde nos pusieron espectacular, nos gustó mucho, la comida, el servicio muy atento y cordial. Enhorabuena a todo el equipo.

No nos pusieron ni mantel de papel para comer. Raciones pequeñas y sin sabor alguno. No lo recomiendo

La comida esta bien, tampoco te esperes algo especial, el servicio muy lento sobretodo con los segundos.
Me parece caro para lo que es, es de esos sitios que pagas de mas por la zona en la que comes

Estamos de viaje y llegamos tarde para ver Los molinos sin esperanza de poder comer en Este restaurante.pero tuvimos suerte.y nos reciben con mucho calor y hospitalidad. Un menu genialllll.llevamos con nosotros un buen Recuerdo. GRACIAS!

La comida está buena, el restaurante muy bonito y acogedor. Lo que no nos gustó nada es que estando el restaurante prácticamente vacío, sólo había una mesa, nos pusieran justo al lado de la única mesa ocupada, cuando la distancia entre mesas es muy pequeña, y hay no queda todo, cuando llegó otra mesa la sentaron en la siguiente mesa, quedando todos agrupados en un pequeño lugar estando el resto del restaurante vacío. Entiendo que si el restaurante está lleno te sienten dónde esté libre, pero estando todo el restaurante vacío, no hay necesidad de agrupar a todos en una pequeña estancia ya que se crea una situación incómoda entre todos los comensales.

Lugar especial con grandes profesionales tanto en sala (José) como en cocina.
Comida maravillosa! Volveremos!

He comido con mi mujer y mis suegros, el sitio muy bonito, Una cueva con varios reservados y un buen salón.
La relación calidad precio muy buena.
Bien atendido por el personal.
Por supuesto que cuando vuelva los visitaré de nuevo.
Además junto a los Molinos

Excelente lugar! Terraza con increíble vista y por dentro es genial, te lleva a varios siglos atrás. Muy bien cuidad y excelente atención!

Sitio con encanto! Calidad en la comida. Migas, duelos y quebrantos, migas. Pero sobre todo, destacar la simpatía y la magnífica atención del camarero Raúl que tuvo con mi amiga y conmigo. Estaba en la barra de arriba del restaurante. Mil gracias Raúl! Personas como tú hacen que disfrutes del.doble de todo.

We took a place outside the restaurant, on the terrace.
We were waiting for at least 25min to get served the drinks-water and coca cola, waited another 20min to order food and then waited 25min to get the food - 2 hamburgers.
The waiter was completely drunk.
Then it started to rain, there was an awning, but the waiter didn't open it for us, only above his friends with whose he was chatting and drinking. So we had to change our place, all the paces under the awning was taken so we were standing by the bar.
Burgers we ordered - hamburgesa completa, it means burger with fries, was served only a burger with three sauces a side-mustard, ketchup and mayonesa, they just forgot the fried. Normal if you are drunk.
The burger was so awful, each bite I had to spill the cartilage. I had to stop eating in the middle, then we paid and left.

Estuvimos el domingo por estar cerca de Los molinos pero fue una gran sorpresa, fresquitos en la terraza con una comida muy buena y el trato de ellos increíble. Gracias!

Estuvimos comiendo en un reservado que es una cueva con el nombre "El Pajar", la comida exquisita, el trato excepcional y unos portes buenísimos.
Volveré con amigos de afuera.y recordar que hay jna tienda a la salida, muy coqueta y el señor muy simpático. Ah unas vistas especiales con Los Gigantes de los Molinos y el Quijote en la terraza, para tomar un buen café servido por un dicharachero y educado camarero.
A seguir así

Camarero antipático y soberbio.
La carta son hojas sucias, con manchas de aceite y arrugadas.
Comida aceptable y terraza con buenas vistas a los molinos pero no volvería a comer allí por el pésimo servicio.

Esta noche hemos ido a cenar, un sitio precioso y original. En el puro corazón de la mancha. El camarero súper atento y cariño. También decir que la cocina excelente, no tiene nada que envidiar a los grandes chefs. Volveremos salimos súper contentos. Todos muy atentos hasta la hora de venirnos.

En la terraza el camarero estaba borracho, literalmente, y nos atendió fatal, no se aclaraba con las mesas y los pedidos y tardaba una eternidad fruto de su embriaguez. Pedí un vino, me trajo un vínculo tempranillo lleno de posos en la copa, una pena todo. Mejor no volver.
Precios altísimos sin duda para exprimir turistas

Nos ha encantado el ratito con los niños en la terraza de noche, frente a los molinos. Las vistas inigualables. El barista encantador y muy simpatico con los peques y el cafe con leche y los colacaos que nos ha preparado IMPRESIONANTES.pocos hemos probado asi, una cremita super densa y riquisima. Nos ha conquistado. Muy recomendable.

Una vergüenza de sitio, fuimos a cenar, con niños, y para empezar el camarero borracho o 'puesto', no lo sé, pero una de las dos fijo, limpiándose la nariz, sudando como si no hubiera un mañana, haciendo comentarios inapropiados.y tras 45 minutos de espera nos trae la mitad de las bebidas que habíamos pedido, de lo demás, que lo tenia apuntado, ya no se 'acordaba'. Vimos como otros clientes se iban del lugar enfadados y sin ser atendidos despues de un buen rato de estar de pie. Después de 1 hora y cuarto de espera, y tras preguntarle que si iba a tardar mucho más, que sobre todo por los niños que ya era tarde, nos responde que bajó a preguntar a cocina y que le habian regañado por bajarle 5 notas seguidas y que tardaría lo que tuviera que tardar. Nos acabamos yendo del establecimiento. Eso sin entrar en más detalles de limpieza y acondicionamiento del lugar pero ya se pueden imaginar. Lo peor de lo peor en Criptana.

Hacia más de dos años que no veníamos (noviembre 2019) y teníamos mejor recuerdo. Creemos que la calidad ha bajado y el precio ha subido. El plato de migas, que en 2019 era abundante y generoso se ha convertido en una cazuela tipo tapa. Los 10 euros del precio son absolutamente desorbitados, por cuatro migas con dos cachitos de pimiento y un ajo. Carne brillando por su ausencia y cuatro uvas partidas a la mitad. Lamentablemente.
Las chuletas de cordero, deliciosas, pero muy pequeñas y tan pocas, que no entiendes en qué te has gastado 19 euros. El señor fue bastante amable. No se si esto será debido a la pandemia, pero así no van a conseguir clientes que vuelvan. Nosotros íbamos mucho y teníamos ganas de volver, pero tras la experiencia, no creo que lo hagamos.

Una vista espectacular, la cocina muy de La Mancha con "Duelos y quebrantos" y "Gachas de matanza" buenísimas y el vino de la zona para recordar.

El lugar es bonito, ya que es una antigua casa hecha en una cueva. Los entrantes estuvieron muy ricos y vinieron rápido, pero tuvimos que esperar 1 hora hasta que llegaron los segundos. No dudo que tuvieran mucha gente, pero esperar tanto tiempo hace que te quedes sin hambre. Es una lástima porque éso le quitó puntos a nuestra experiencia

Las cuevas son preciosas y la comida muy rica y bueno tiene un precio medio de 35€ por persona. Muy buena atención por parte del personal. Está situado además en un paseo de molinos que no deja indiferente. Muy recomendable verlos por la noche ya que están iluminados. A mejorar, se agradecería algo de música ambiente en lugar de la radio o la televisión.

Nos dijeron que estaba lleno, pero que en la terraza nos podíamos sentar a tomar algo. Pedimos migas y una hamburguesa. Las migas eran normalitas y la hamburguesa vino cruda. Vimos como les decían a la mesa de al lado, que ya habían pedido las bebidas, que no podían comer porque la cocina no daba a basto.
Tuvieron el detalle de hacernos un descuento por la hamburguesa, por eso le pongo 3 estrellas y no menos.

Sinceramente el sitio espectacular.el problema el servicio. 2 camareros sin ganas de trabajar.nada amables.

Pésima atención muy mal trato del dueño mala la comida camareros muy lentos lugar no no recomendada de ninguna manera xfabor no ir

Después de pedir las tapas media hora más tarde nos dicen que tienen el restaurante lleno y no nos pueden servir comida. Mal trato, mal servicio, nada recomendable

Estuvimos comiendo en el restaurante, en una de las cuevas; el sitio espectacular. El vino que nos recomendó, manchego, totalmente acertado. La comida nos gustó y el trato que recibimos, muy bien. Por mi experiencia, recomendable.

El dueño es una persona muy indeseable con mal aspecto trata mal los empleados y se cree q por q es dueño calla los clientes y les grita las mesas sucias los cubiertos q me dieron sucios y 3 horas para servir un bocadillo así q no lo recomiendo

Un buen restaurante con una buena comida y unas excelentes vistas de la llanura manchega y los famosos molinos. Una recomendación: el vermut local es buenísimo y con unas aceitunas y viendo los molinos! Que más se puede pedir!

Pedimos un par de tostadas y unos refrescos. La comida en bien, pero un poco lento pese a estar solos

Pedimos dos tostas (5€ cada una) y dos refrescos (2.5€ cada uno). Estaban bastante buenas aunque nos pareció un poco caro y fueron bastante lentos. Supongo que el precio corresponde al lugar donde está (es un mirador justo donde están los molinos).

No lo recomiendo, nos dijeron que tardarian media hora para tomarnos nota xq había atasco en la cocina, estuvimos esperando desde las 15: 05 hasta las 16: 30 y no nos atendieron, la camarera joven y sin experiencia, solo daba vueltas x la terraza y cuando le preguntábamos nos volvía a repetir que no podía tomarnos nota aún, hasta que se acercó un señor y nos preguntó si ya nos habían atendido y le dijimos q no, al final tuvimos que pedir bocadillos xq nuestro autobús se marchaba a las 17: 00, no merece la pena pagar 5€ por un bocadillo con el pan demasiado tostado y duro, lo único que pude comer son los 7 calamares que pusieron en el pan.

Ubicación junto a los famosos molinos de viento de Campo de Criptana. Edificio singular, buena cocina casera, buen trato, amplia terraza, trato diligente y amable. Menús los días de diario. Recomendable.

El sitio es muy especial y la atención es muy buena. Gastronómicamente no salimos satisfechos, tanto los sabores como las texturas de los platos eran muy mejorables.

Migas y tabla de orza buenísimas. Inmejorable servicio de Raúl y Jose.
Terraza con vistas muy bonitas a Campo de Criptana.
Lugar muy recomendable. Volveremos seguro.

La atención de los camareros un 10, el entorno un 10, junto a los molinos de Campo de Criptana, pero nuestra elección gastronómica no fue la mas adecuada. Las migas al pastor las encontré secas, no se si realmente son así, ya que el día anterior las comimos en Toledo y no eran iguales. Las patatas con huevos y foie, eran un revuelto de patatas que no estaba mal, pero el foie brillaba por su ausencia, es para compartir. Los postres, al pastel de queso manchego, le sobraba el chocolate y que fuese un poco mas cremoso, xq lo encontramos un poco denso. Y el flan de huevo casero, aun no sabemos que le fallaba, pero el sabor de flan no nos recordaba a casero y le sobraban las virutas de chocolate. Posiblemente si hubiésemos pedido carne o pescado la opinión ion seria diferente.

Restaurante meson a los pies de los magnificos molinos del Campo de Criptana.
Puntos fuertes:
Dos ambientes, terraza y comedor
Vistas unicas
Al pie de los molinos
Comida sabrosa
Simpatia del camarero Raul
El precio.

Puntos debiles: 2 moscas cojoneras.

Le pongo 1 estrella ya que es lo mínimo que se le puede poner porque salimos muy decepcionados. ¡¡NOS HEMOS SENTIDO ESTAFADOS. Pedimos, un día laboral, 2 menús de 13.65€ cada uno. Pues nos cobraron 60€ por los dos menús diciendo que era festivo cuando NO lo era y encima 6€ de más por atendernos en la mesa. Vamos, 66€ la broma.
JAMÁS VOLVEREMOS A IR, Y OBVIAMENTE, HABLAREMOS DE ELLOS COMO LO QUE SON. ¡UNOS ESTAFADORES!

Lugar y comida buena, la atención mala. Los camareros discutiendo y hablando para todo el vomedor. Antes de pagar miren la cuenta!

Al pie de los molinos, hemos comido genial en familia, sobre todo por la simpatía del camarero. No teníamos sitio en las cuevas pero nos han montado una mesa arriba junto a una estufa de leña y hemos estado genial: migas del pastor, chuletas a la brasa y batalla de huevos y patatas= a un rato genial. Gracias!

Comida y trato exquisitos. El local está muy cuidado y es muy acogedor. Tiene buen emplazamiento, justo al lado de los molinos. Enhorabuena a todo el equipo.

Demasiado costoso, nos tiro para atrás el coste de precios al final no comimos, la carta demasiado cara para el lugar que es.

Hemos comido hoy en Cueva La Martina. Es un restaurante muy acogedor y la comida excelente. Un día estupendo

Íbamos con ilusión a probar un lugar nuevo porque ya conocíamos Las Musas y qué gran decepción. Platos caros, poco elaborados y un servicio muy deficiente. Hemos estado seis personas comiendo y se les ha olvidado un plato de uno de los comensales. El personal que te pone los cubiertos, la bebida y la comida tiene las manos y uñas sucias. No lo recomiendo. El café y el postre hemos ido a tomarlo a Las Musas, que es donde iremos a comer el próximo día.

Servicio muy bueno comida excelente entorno espectacular buenas vistas al pueblo y molinos.
Recomendabble 100%.

Nos sentamos en una mesa y el camarero pasando por las demás sin caso alguno a la nuestra. 10 min después bajamos por si podíamos cenar (21: 00) y nos dice el cocinero con tono súper condescendiente que a donde íbamos que hasta pasada media hora nada. Cuando en el horario se supone que abren a las 20: 30.nos fuimos sin catar nada jajajjajaja

El menú demasiado caro para lo que es. Las patatas dejaban mucho que desear, el sitio bonito pero la comida.

Demasiado caro para la poca calidad que tiene, el solomillo que nos han puesto no era nada tierno, el queso frito fatal, la actitud del camarero 0, el cocinero sin mascarilla fumando en la barra, no repetiré más y por supuesto no lo recomiendo.

Acogedor restaurante con una buena carta y el mejor codillo que hemos probado en la vida. Y la caldereta de cordero también muy buena.

Sitio genial. El restaurante es una cueva auténtica, los camareros muy majos y atentos y la carta tiene producto de la tierra y con gran calidad. Después de visitar el restaurante, dar un paseo por entre los molinos y el casco histórico del pueblo. Muy recomendable.

Nos ha encantado el lugar y su impresionante puesta de sol. La comida fantástica al igual que la atención. Muy recomendable, seguro volveremos pronto.

Como una vez más sorprenden los platos y sin más que decir un servicio excelente en un sitio tan emblemático como es cenar en una cueva

Una experiencia maravillosa la del pasado viernes cenando, con una propuesta culinaria del máximo nivel, un equipo de trabajo formidable con una dirección perfecta para la realización del evento. Gracias Pedro a ti y todo tu equipo.
El mejor maridaje de la mano de una de las mejores bodegas de Mallorca y culminado con una ginebra de elaboración nacional y reconocida como una de las mejores ginebras del mundo.

Esto solo es posible si amas mucho tu profesión. Volveremos seguro!

Para cenar en pareja! Muy recomendable, inconveniente es que es carillo para la cantidad que te ponen

El lugar. Idílico. La atención inmejorable. La comida exquisita. El café, mejorable. Es el único "pero" del lugar. Por lo demás, completamente recomendable. Volveré.

Un sitio increíble. Tanto las vistas a los molinos como la propia cueva.
La carta que tiene es muy amplia, con variedad de productos de la tierra manchega y elaborado con mucho esmero.
Un trato muy agradable. Volveremos!

Clavada del 15. Pfff. (50€ por cabeza, vino, entrantes a compartir y un plato principal, postre). El vino caro. Entrantes caros. Postres caros. Con 2 euros más en cada cosa, pues eso. Vamos ni en el Asador de Aranda, te dan estos meneos.

Muy mala la comida. La atención de los camareros pésima. NO VUELVO NUNCA MÁS. LOS QUE HAN DADO BUENA NOTA, ME DA A MI. QUE SON AMIGUETES DEL DUEÑO.

Fue un día de sorpresas. Mucho frio. Pero allí en la cueva pudimos estar bien arropados y la calidad de los platos servidos pues ya fue la sorpresa. Exquisito.

Vistas preciosas, ubicación perfecta, comida rica y atención perfecta.eso sí algo caro pero la ubicación y el lugar se pagan. Un lugar para repetir en ocasiones especiales!

Es demasiado caro para la cantidad y calidad que ponen. El plato de garbanzos con bogavantes era escaso. El solomillo no estaba muy bueno y las patatas parecían estropeadas.
Lo único bueno la atención del personal

Las cuevas son bonitas, si eres de fuera es curioso visitarlas, pero es un poco caro para la calidad q se da.

La verdad es que fui hace unos años y me pareció un buen restaurante. Algo informal pero muy vistoso y muy bien ubicado con vista directa a los hermosos y antiguos molinos. Evidentemente el restaurante se nutre de un aire quijotesco acordé a la escena tan famosa de la literatura española.

Buen servicio y recuerdo que los mesoneros eran muy amables.

La ubicación y el restaurante en sí están genial pero el servicio muy lento, casi dos horas para 3 platos para compartir y otra media hora para esperar un postre. El precio bastante elevado 71'50€. Destacar la carrilada que nos ha gustado mucho, sin embargo el coulant 7€ y muy flojo. Además de las cuevas para comer, disponen de una terraza arriba para aperitivo.

Un rincón manchego para disfrutar de la buena comida
Fuimos mi pareja y yo porque habíamos escuchado que tenían unos platos bastante buenos y porque buscábamos la experiencia de un entorno diferente donde cenar en unas cuevas al lado de los molinos de Campo de Criptana apuntaba a ello. Nada más lejos de la realidad. Todo fue perfecto, la atención del personal, el emplatado y la calidad de los platos. Volveremos

Bastante mala la atención, bastante secos los camareros. El precio ha estado bien. A los lugareños les han servido tapa. A nosotros foráneos, no. La atención es lo que yo más valoro. Nos íbamos a quedar a cenar, pero evidentemente nos marchamos a otro lado. Ni vuelvo ni lo recomiendo y ya sabéis que es raro que yo no dé una oportunidad a un lugar. 2 terrazas. Una a la que se accede subiendo escaleras y la otra a pie de bar.

Una buena terraza & Balcón. No puedo opinar de la comida, puesto que hemos ido al bar. Las cervezas muy fresquitas, la terraza y el balcón muy cómodos, nos han puesto una tapa generosa de chorizo frito. Bueno opción para tomar algo frente a los molinos

Lo peor que puede sentir un cliente es sentirse engañado, y así nos sentimos cuando nos cambiaron el precio del pulpo (de 12 a 18€) alegando una mejora de calidad, para terminar sirviendo un pulpo precocinado de esos que encuentras en los supermercados. Además, a esto hay que añadir la sensación de molestar que tuvimos desde que entramos por la puerta.

El sitio es espectacular, una comida típica de la zona preparada de una manera moderna, además de deliciosa. El servicio es excelente y la comida aparte de estar recién hecha no tarda demasiado. Las cuevas son típicas de la zona y además muy curiosas y alucinantes.

La entrada engaña, el restaurante se ubica bajando unas escaleras y las mesas se ubican en una cueva. La comida es excelente, las distintas carnes estaban en su punto y se desacen en la boca. No es barato pero la ubicación y lugar merecen la pena.

A ver, por donde empiezo. El trato del personal deja mucho que desear, pareciera que hubieran hecho un casting de mala hostia en vez de una selección de personal. El pan.no diría que duró, más bien petrificado, y tuvieron la poca clase de soplarnos 2€ por él, aún cuando no lo pedimos. La comida de escasa calidad, a excepción del surtido de quesos que, en definitiva, sólo es cortar y poner en un plato, vamos algo fácil. Los pinchos grasientos, los chorizos de jabalí incomibles, sándwich para el niño que, ni el gato que por allí andaba tuvo arrestos de probarlo. Para remate, aún cuando en la puerta ponía que se puede pagar con tarjeta, se niegan a usar el datáfono y cobrar con tarjeta. Toda una suerte de infortunios que hacen que me lleve una muy mala experiencia y que, por ende, no pueda recomendar la visita, ni siquiera, para una caña rápida. Lamentable. Teniendo el sitio que tienen, es para que estuviera lleno y, claro, ahora entiendo porqué estuvimos solos.