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Hemos ido de casualidad por unas gaseosas y terminamos pidiéndonos unos torreznos de Soria que estaban BRUTALES, ni siquiera me gustan los pimientos y hasta eso me he comido, excelente recomendación de la dueña y un trato muy amigable, de hecho que volveremos a ir por algunas cervezas y probar otras cosas.
Fantástico descubrimiento para repetir muchas veces
Hemos ido a comer y ha estado cada plato a cual mejor, maravilloso el torrezno de Soria, las croquetas una pasada, las pencas buenísimas y por supuesto el encargo que habíamos hecho de cordero asado impresionante digno de los mejores asadores (y hemos estado en muchos).
Acompañado de un día precioso soleado en Guadalajara y al lado de la concatedral, la cual hemos visitado.
No os perdáis los postres. Hemos probado la tarta peruana muy jugosa (olvidé hacer foto) y la tarta de zanahoria brutal.
No se puede estar más a gusto. Pedro es un cocinero sobresaliente, y Miriam y Nati son un amor. La comida espectacular, gran calidad de material y de preparación. Nos gustó especialmente la oreja, pero todo estaba para chuparse los dedos. Los desayunos también genial, tostadas buenísimas con buen jamón, hasta el café lo tienen rico.Enhorabuena por vuestro trabajo, lo vais a petar en Guadalajara.
Entramos por casualidad, (donde ibamos no habia mesa) pero vaya acierto. Mi amiga comió carrilleras y yo rabo de toro.fantástico, la pena es que se me olvidó sacar foto) ; nos recomendaron una pensión pues estabamos de paso (mi amiga es de León y yo de Gijón) El Otero muy limpia y completa; volvimos a cenar, pedimos puntillas y oreja a la plancha, no dejeis de probarla es un espectáculo. Al dia siguiente fuimos a desayunar, la bolleria es del dia y el pan con tomate y jamón rico rico. Ponen unas tapas generosas. La verdad es que el trato es muy familiar, se nota que aman su trabajo. Cuando vaya a Guadalajara será mi sitio de referencia. Gracias por todo familia.
Nuestra experiencia ha sido espectacular, desde la amabilidad de toda la familia que lleva el restaurante hasta la comida. Estuvimos tomando una cerveza fresquita en la terraza con unos torreznos y nos atendieron tan bien que volvimos a cenar. Nos hemos sentido como en casa, pero sobre todo la comida ha sido un espectáculo. Las mejores albóndigas que hemos comido sin duda, el pastel de puerro, el rabifrito y las croquetas para repetir. Estamos deseando volver a Guadalajara y disfrutar de la comida y el buen rato que pasamos en la taberna.
Jarras y vasos helados para tomarse una cerveza bien fresca, un jamón espectacular, como la tortilla, tapas o torreznos. Y siempre con amabilidad, buenas formas y ambiente. 100% recomendable.
Excelente sitio en el centro de Guadalajara. Excelente servicio. Pedro es un mago de la cocina. La mujer creo que se llama.irían y es todo simpatía y amabilidad. Y la joven que se llama Natalia es un portento de trabajo, simpatía, amabilidad y muy agradable. Para volver seguro. Hacía falta un sitio así de tapeo en esta zona. Volveremos porque las migas que nos pusieron de tapa estaban de rechupete!
Pequeño Bar Taberna frente a la Concatedral de Guadalajara. Dispone de una pequeña terraza exterior descubierta con cuatro o cinco mesas. Bien para tomar unas cervezas, que te acompañan con alguna tapa para picar. Atención y servicio correcto.
Un lugar muy bueno de Guadalajara junto a la catedral disponer de dos terrazas una de ellas muy acogedora para tomar desde un café a medio día o una Cañaveral la tarde ideal y de paso aunque los pinchos no son de lo. Mejor que e visto el sitio está curioso.
Está chula la terraza con vistas a la concatedral. El punto negativo es que si quieres estar en la terraza no hay atención en mesa, pides por una ventana y te llevas tú tus cosas a la mesa
Buen sitio para tomar algo, el personal es amable y atiende bien. Precios en la media. Te ponen siempre algo con la consumición, poco espacio dentro pero montan unas pocas mesas fuera y en verano tienen la terraza en frente la iglesia.
Es la taberna más fantástica que existe en la zona centro, precios, y calidad de cocina de la tierra, y terrazas, en pleno centro histórico. Una pasada
Increíble las tapas que te ponen con la caña. Y pagas la caña a precio de caña, nada de pagar la tapa como en otro sitio. Complicado aparcar alrededor de las 17'00 porque está entre 2 colegios.
Antes de semana Santa había estado un par de veces y me encantaba el sitio, pero la última que estuve no me parecieron correctas varias cosas. Pedimos otra ronda de lo que estábamos tomando y la camarera se confundió y nos puso unas bebidas erróneas, se lo dijimos y la camarera dijo que no podía hacer nada porque ya estaban abiertas, todo esto de bastante malas maneras. En segundo lugar nos cobraron unas patatas bravas más caras que el precio habitual de carta, no sabía que se podían cambiar los precios por ser vacaciones, esto me pareció raro. En tercer lugar, que es lo menos grave, nos dijeron que no se podía pedir nada de la carta habitual, y habían reducido considerablemente su oferta a sólo 4 molletes y como ración solo patatas bravas o mixtas.