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Es una tienda de vestidos de fiesta verdaderamente increíble. Llevan toda la vida vestiendo elegancia. Saben entender a sus clientas a la perfección, se adaptan a toda clase de personas. Una verdadera maravilla. Por cierto hacen unos lazos de ensueño.
Lo peor de toda la tienda el trato recibido. Fuimos dos veces a probarnos un vestido y no se cual de las dos fue peor. La primera nos repitió 500 veces que había que tener en cuenta que mi madre con su edad se estaba probando un vestido juvenil, al principio me chocó un poco pero cuando era la décima vez que lo decía me empezó a sentar bastante mal! Aun así nos gusto mucho el vestido y aunque vimos más en otras tiendas decidimos volver a probarselo ya que era el que más le convencía. En el momento en que entramos por la tienda la mujer, un poco renegada a tener que volver a dedicarnos 15minutos más de su tiempo, nos dijo "que no le extrañaría que se empezara a cobrar por probar los vestidos como ya hacen en Italia porque el trabajo de dependienta esta muy poco valorado". Creo que en toda mi vida me he sentido peor atendida como en esa tienda y finalmente, aunque era el vestido que más le gustaba, decidimos comprar en otro lugar solo por esta pésima experiencia.
Me hicieron un arreglo en una prenda de piel y en los puños hicieron una chapuza. He pedido opiniones en otras peleterías y me lo han confirmado. Muy buenas palabras diciendo que iba a quedar bien arreglado. Una cara dura la persona que nos atendió.
Me he comprado de mi boda allí y el vestido ha quedado precioso, pero han tenido varios detalles que no me han gustado. Algunas malas modos de alguna empleadas y que los últimos remates no los hicieron, me quedo le escote mal encajado. Lo mejor es que el vestido fue un éxito y era muy cómodo