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Es muy fácil darse cuenta de que si entras y te pones a mirar los productos en las estanterías a tu bola, en un instante tienes a una empleada detrás vigilando como si fuera una funcionaria de prisiones. La primera vez pensé que igual eran imaginaciones mías pero tiempo después he vuelto a entrar e igual, es tan bochornoso que me he agobiado y me he salido sin comprar nada. No vuelvo a pisar más allí.
Perfumería avenida calle Brasil. Pésimo el trato de la empleada, perdió la compra que ya habíamos cogido y la posible compra de unos perfumes por su tono déspota y falta de atención.